Una convocatoria a la traición

¿Tendrán José Alperovich y José Cano la autoridad suficiente en 2015 para disuadir las internas que hoy se les activan ante cada decisión que toman? Convertidos en los dos grandes electores de los principales espacios que se perfilan para el año próximo, el oficialista y el opositor enfrentan el mismo problema: hacia abajo todo es disconformidad y reproches. Es que frente a una elección tan pareja como la que se vislumbra, ningún dirigente hará gala de su generosidad a riesgo de quedar cuatro años relegado al llano.

Las alianzas alperovichistas se desarman a las pocas horas de que los dirigentes se juran fidelidad. Así implosionó el “Grupo Terraza” en la capital, cuyos referentes anhelaban liderar una gran lista “oficial” y hoy se prometen lealtad al oído mientras arman por separado. Algo similar ocurrió en el oeste, en donde el tan mentado acople del hombre que reparte millones en la Cámara, Juan Antonio Ruiz Olivares, sufrió una explosión a poco de presentarse en sociedad. Es que el susto escénico que sufrieron el legislador Sisto Terán y el intendente yerbabuenense Daniel Toledo al verse en una foto en la que no salía Alperovich fue tal que no se sonrojaron al encoger los hombros y volver al redil del gobernador. En esta sección electoral, tan sólo el garabateo de los nombres para la lista del Frente para la Victoria despierta el canibalismo reprimido en los dirigentes. El senador Sergio Mansilla se jacta de haber mantenido una charla informal con poderosos miembros del Poder Judicial en la que le aseguraron que no tendrá problemas en buscar su segunda reelección como legislador porque renunció antes de asumir al mandato que se inició en 2011. Con ese discurso, el ex arquero apalabra en nombre del gobernador a intendentes y actuales legisladores. El problema es que son muchos barones para tan pocos casilleros con premio garantizado. Mansilla también sufre la arremetida del ministro del Interior, Osvaldo Jaldo, quien como virtual compañero de fórmula de Juan Manzur siente que puede involucrarse en la confección de la nómina oficialista. De paso, el tranqueño adoctrina intendentes rebeldes, como el concepcionense Osvaldo Morelli. Al ex radical, aliado del precandidato a gobernador José López, le salió repentinamente un grupo de concejales díscolos y que, llamativamente, fue visitado el viernes por Manzur y por Jaldo. Estos ediles, conducidos por Mario Carrier, además conversan con el empresario Miguel Abboud, quien a su vez ya se había sacado fotos con el intendente Domingo Amaya y con el opositor Cano.

Es tal el nerviosismo entre los dirigentes que Alperovich se acostumbró en las últimas semanas a escuchar más seguido las quejas, en persona, de los seducidos y abandonados. Desde legisladores hasta concejales, las voces de repudio se multiplican y las de advertencia crecen: el gobernador los necesitará dos meses después de que la suerte de todos ellos haya sido sellada, cuando dispute su desembarco en el Senado. ¿Recibirá el mismo trato que Julio Miranda, en aquel 2003 que lo catapultó a la cima del poder?

El radical Cano mantiene un dilema similar al del gobernador. Con tantas chances de acceder a cargos públicos, quienes están bajo sus alas se desangran. Sumado a esto, el antecedente internista del radicalismo vaticina un primer semestre de 2015 movido para el diputado. El primer fuego se le inició en las ciudades en las que las encuestas sonríen al Acuerdo Cívico y Social, como la Capital. Cano no quiere sufrir el desgaste de comicios internos y aspira a que la senadora Silvia Elías sea la candidata, pero La Pisarello, del diputado Luis Sacca y el legislador Fernando Valdez, le promete batalla. A ellos empuja en silencio Ariel García, de pésima relación con su ex compañera de bancada. El otro problema para el líder opositor son los aliados: aún no sabe cómo contentará a sus correligionarios en el armado de las listas legislativas ni cómo contendrá a los extrapartidarios. Hay quienes le sugieren que libere acoples, ya que todos le sumarán en su carrera para la Gobernación. Otros le aconsejan fortalecer una lista única para no dispersar recursos ni esfuerzos frente a un oficialismo que no escatimará en gastos.

Así, en el equilibrio y en la cohesión que consiga Cano puede estar la llave para abrir el cerrojo que impuso el alperovichismo a la consolidación de una estructura opositora en la provincia.

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