Por Nicolás Iriarte
14 Diciembre 2014
EL ESCENARIO DEL DESEMPATE. Leandro Díaz, que estará en el banco de relevos, participó del último ensayo del año que el plantel “decano” realizó en Mendoza. foto de marcelo ruiz (especial para la gaceta)
Para Atlético, el pasado funcionó en este torneo como generalmente funciona en mucha gente: la evocación de una época añorada. Las primeras fechas fueron de lo mejor que se le vio al equipo y más allá de que le añadió algo de esos días a su presente en la goleada contra Santamarina, esta tarde cuando enfrente a Huracán a las 17.15 en Mendoza -buscando el ascenso- deberá repetir sí o sí, una fórmula que aplicó a inicios de temporada.
En las tres primeras jornadas, el equipo ganó tres partidos seguidos por única vez en el torneo. Crucero, Unión y All Boys. Nunca lo volvió a repetir así como parte de su andamiaje dinámico y efectivo, por lo menos hasta que llegó Juan Manuel Azconzábal.
Ahora acumula dos y si vence al “globo” , definitivamente será como antes. Está claro que ni al “Vasco” ni a sus jugadores les interesa demasiado si lo hace con el mismo nivel de juego, si es que termina imponiéndose.
“No me importa cuántos goles haya en el partido. Yo sólo quiero que Atlético convierta más que Huracán”, señaló el entrenador.
Después de esa seguidilla en las jornadas 1, 2 y 3, el “decano” intentó conseguir el cuarto éxito con Independiente Rivadavia, justamente en Mendoza. Si bien no alcanzó para el puntaje perfecto, el empate 0-0 ayudó a aumentar el invicto a cuatro partidos. Un registro que, oh casualidad, tampoco se volvió a repetir.
Entonces, el empate durante los 90’ y la resolución a su favor en el alargue o penales, volvería a emparejarlo con el Atlético de antes.
Pero como suele suceder con el pasado, mientras más atrás nos vayamos, más “gloriosa” fue esa época. Los que presenciaron el ascenso a Primera de 2008/09 sabrán que el equipo de Héctor Rivoira (dirigió el equipo hasta la fecha 18) lo consiguió en el partido ante Talleres, con un triunfo por 4 a 0 que significó además alargar una cadena de 15 partidos invicto.
Sin dudas, el mejor tiempo será el presente si es que Atlético gana. Pero para eso, inconscientemente, debe imitar al pasado.
En las tres primeras jornadas, el equipo ganó tres partidos seguidos por única vez en el torneo. Crucero, Unión y All Boys. Nunca lo volvió a repetir así como parte de su andamiaje dinámico y efectivo, por lo menos hasta que llegó Juan Manuel Azconzábal.
Ahora acumula dos y si vence al “globo” , definitivamente será como antes. Está claro que ni al “Vasco” ni a sus jugadores les interesa demasiado si lo hace con el mismo nivel de juego, si es que termina imponiéndose.
“No me importa cuántos goles haya en el partido. Yo sólo quiero que Atlético convierta más que Huracán”, señaló el entrenador.
Después de esa seguidilla en las jornadas 1, 2 y 3, el “decano” intentó conseguir el cuarto éxito con Independiente Rivadavia, justamente en Mendoza. Si bien no alcanzó para el puntaje perfecto, el empate 0-0 ayudó a aumentar el invicto a cuatro partidos. Un registro que, oh casualidad, tampoco se volvió a repetir.
Entonces, el empate durante los 90’ y la resolución a su favor en el alargue o penales, volvería a emparejarlo con el Atlético de antes.
Pero como suele suceder con el pasado, mientras más atrás nos vayamos, más “gloriosa” fue esa época. Los que presenciaron el ascenso a Primera de 2008/09 sabrán que el equipo de Héctor Rivoira (dirigió el equipo hasta la fecha 18) lo consiguió en el partido ante Talleres, con un triunfo por 4 a 0 que significó además alargar una cadena de 15 partidos invicto.
Sin dudas, el mejor tiempo será el presente si es que Atlético gana. Pero para eso, inconscientemente, debe imitar al pasado.
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