Por Leo Noli
14 Diciembre 2014
DISTENDIDOS Y CON FE. La práctica “decana”, pensando en Huracán, llega a su fin en Mendoza y Azconzábal charla relajado con Gómez, Imbert, Menéndez y compañía. foto de marcelo ruiz (especial para la gaceta)
MENDOZA.- (De nuestro enviado especial, Leo Noli) Si en la ida, el piripipí motivacional llegó a través del contingente de bancarios hasta Buenos Aires, en este segundo tramo con destino a Mendoza, el avión de Atlético cambió de look, de postura ideológica y se cortó casi al ras el flequillo. Bien “ricotero” fue el trayecto desde la gran ciudad hasta la tierra del buen vino.
Pero, a diferencia de la noche caliente del viernes, la resaca de varios de los fans del “Indio” Solari, que tocó anoche en San Martín, parece haberlos activado a mitad de camino, justo minutos después de que el avión superara el trance de una autopista aérea llena de pozos de aire.
La nave era más bien un caballo en plena competencia de saltos. Arriba. Abajo. Suba conciencia, baje conciencia. El camino no fue tan malo como para intentar escribir un guión de una película con final reservado. Pero sumó, al menos, para que el servicio de a bordo dividiera en dos tandas le repartija de la cajita mágica que viene un sabroso alfajor de chocolate y la galleta con sabor a arándanos.
Mientras la espera del desayuno/almuerzo desaparecía, los jugadores de Atlético fueron de a poco metiéndose en su partido, en el de hoy con Huracán, esa final del mundo que tendrá un ganador y un derrotado, cuya condena será convivir con el pesar de haber desaprovechado la oportunidad de jugar en la A. El “globo” ya tomó de esa medicina la temporada pasada, quizás le haya gustado y vuelva a caer en desgracia. Ese es deseo del plantel “decano”, que también articuló conjeturas sobre cómo el “globo” había ganado ayer en el rubro descanso.
“Un viaje contra dos de nosotros, Tucumán/Buenos Aires, Buenos Aires/Mendoza, y un arribo mañanero a la provincia cuyana. Quizás la mejor idea hubiera sido pagar un charter, pero bueno...”, deslizó uno de los comensales albicelestes, que despertó de la mini siesta cuando los amantes de Patricio Rey entablaron cual tablón cánticos de la cancha en versión de aguante a los Redondos.
Bla, bla; bla, bla. Y el Indio se roba la cancha, y los muchachos y muchachas que anoche fueron a verlo a San Martín lo apuntalan.
No faltó el gracioso, el que cortó el aluvión de estrofas futboleras con el nombre de Solari por un “¡aguante Arjona!”. Y claro, el grupo se destartaló de la risa. No fue una chicana sino más bien un pase de factura a la alegría del momento. Y de nuevo todos con el Indio. Y de nuevo pidamos otra lata de cerveza. Y de nuevo pidamos llegar a Mendoza. Llegamos.
Los “ricoteros” fueron desapareciendo de a poco, despidiéndose de esta primera experiencia antes de acariciar el cielo con las manos pero estando en tierra firme. Desearon suerte, un “vamos Atlético”. Y los de atlético entendieron que en menos de 24 horas el mundo de las finanzas y el rock de culto se habían puesto de su lado, como estirando la mano y la buena onda para que hoy su gran anhelo de volver a Primera sea una realidad.
Pero, a diferencia de la noche caliente del viernes, la resaca de varios de los fans del “Indio” Solari, que tocó anoche en San Martín, parece haberlos activado a mitad de camino, justo minutos después de que el avión superara el trance de una autopista aérea llena de pozos de aire.
La nave era más bien un caballo en plena competencia de saltos. Arriba. Abajo. Suba conciencia, baje conciencia. El camino no fue tan malo como para intentar escribir un guión de una película con final reservado. Pero sumó, al menos, para que el servicio de a bordo dividiera en dos tandas le repartija de la cajita mágica que viene un sabroso alfajor de chocolate y la galleta con sabor a arándanos.
Mientras la espera del desayuno/almuerzo desaparecía, los jugadores de Atlético fueron de a poco metiéndose en su partido, en el de hoy con Huracán, esa final del mundo que tendrá un ganador y un derrotado, cuya condena será convivir con el pesar de haber desaprovechado la oportunidad de jugar en la A. El “globo” ya tomó de esa medicina la temporada pasada, quizás le haya gustado y vuelva a caer en desgracia. Ese es deseo del plantel “decano”, que también articuló conjeturas sobre cómo el “globo” había ganado ayer en el rubro descanso.
“Un viaje contra dos de nosotros, Tucumán/Buenos Aires, Buenos Aires/Mendoza, y un arribo mañanero a la provincia cuyana. Quizás la mejor idea hubiera sido pagar un charter, pero bueno...”, deslizó uno de los comensales albicelestes, que despertó de la mini siesta cuando los amantes de Patricio Rey entablaron cual tablón cánticos de la cancha en versión de aguante a los Redondos.
Bla, bla; bla, bla. Y el Indio se roba la cancha, y los muchachos y muchachas que anoche fueron a verlo a San Martín lo apuntalan.
No faltó el gracioso, el que cortó el aluvión de estrofas futboleras con el nombre de Solari por un “¡aguante Arjona!”. Y claro, el grupo se destartaló de la risa. No fue una chicana sino más bien un pase de factura a la alegría del momento. Y de nuevo todos con el Indio. Y de nuevo pidamos otra lata de cerveza. Y de nuevo pidamos llegar a Mendoza. Llegamos.
Los “ricoteros” fueron desapareciendo de a poco, despidiéndose de esta primera experiencia antes de acariciar el cielo con las manos pero estando en tierra firme. Desearon suerte, un “vamos Atlético”. Y los de atlético entendieron que en menos de 24 horas el mundo de las finanzas y el rock de culto se habían puesto de su lado, como estirando la mano y la buena onda para que hoy su gran anhelo de volver a Primera sea una realidad.
NOTICIAS RELACIONADAS
Lo más popular