Por María Ester Véliz
16 Diciembre 2014
13 clavespara no perder el equilibrio
Los balances, las corridas para dejar todo en orden antes de salir de vacaciones, las comidas con amigos y la planificación de las Fiestas generan mucha tensión y el mecanismo de defensa del organismo es el estrés. Prestale atención a los indicios que te envía el cuerpo si querés reducir las posibilidades de sufrir problemas de salud, entre ellos, las afecciones cardiológicas
Llega diciembre y la tensión está a flor de piel. El movimiento laboral y personal, las corridas, las compras y las comidas opíparas pueden jugar una mala pasada a la salud. El organismo percibe este desorden como una agresión y genera estrés como mecanismo de defensa. Si a esto le sumamos las preocupaciones diarias, la angustia, la ira por problemas cotidianos y el poco descanso tenemos un puñado de factores que llevan a un mal funcionamiento del organismo en general. El llamado estrés tiende a ser definido como una respuesta física y psicológica que tiene toda persona ante situaciones adversas, de peligro o conflicto. Afecta el sistema inmune y produce agotamiento físico, lo que favorece el desarrollo de enfermedad coronaria y de otros males.
“Es importante tener en cuenta que así sea crónico, agudo o repetitivo, el estrés afecta al equilibrio general del cuerpo, lo cual puede convertirse en un desencadenante fatal. El cuerpo habla y no hay que pasar por alto los diversos indicios que otorga”, advierte el doctor Ernesto Crescenti, médico investigador y director del Instituto de Inmunooncología que lleva su nombre.
Por su parte, el cardiólogo doctor Juan Pablo Costabel, especialista del Instituto de Cardiología de Buenos Aires, sostiene que el estrés severo “está claramente asociado con el infarto agudo de miocardio y por eso es considerado un factor de riesgo cardiovascular tan importante como la hipertensión arterial, el tabaquismo y el colesterol elevado”. En su opinión, la prevención cardiovascular ocupa un lugar central y por eso a los médicos en general y a los cardiólogos en particular le preocupa la educación de la población. “Y la mejor alternativa es tomar ciertas precauciones y acatar los consejos médicos”, remarcó.
En escenarios normales -según el doctor Crescenti- el organismo emplea casi toda su energía en actividades destinadas a la modificación, reparación y creación de nuevos tejidos. Pero en momentos de estrés todo cambia, ya que el organismo debe dirigir su energía a otros procesos. Esto lo obliga a detener las actividades de renovación del cuerpo. Con el paso del tiempo, estas situaciones pueden funcionar como colaboradoras del desarrollo de enfermedades, entre las que se destacan el colon irritable, las alergias, las enfermedades de la piel, las enfermedades cerebrovasculares, la hipertensión arterial, las jaquecas, el lupus y algunos cánceres e infartos.
La movilización de emociones:
El nivel emotivo aumenta en esta época, ya sea de manera positiva o negativa, y esto desarrolla un importante estrés para el organismo.
Exceso en la alimentación:
Este mes se caracteriza por las reuniones familiares, laborales y de amigos, cuyo denominador común son los platos salados, postres y bebidas en abundancia. Esto va acompañado de una liberación de las sanas “restricciones” que se mantienen durante el resto del año provocando una mala combinación para el cuerpo. Las comidas navideñas pueden alcanzar las 8.000 a 9.000 calorías. La presión arterial, los niveles de azúcar en sangre y la frecuencia cardíaca ascienden debido a estos “gustos”, y esto, a su vez, aumenta el trabajo del sistema cardiovascular.
Olvido de la toma de medicamentos:
Distintas encuestas demuestran que junto a la liberación de los autocontroles va el olvido de la toma de los medicamentos habituales, lo que pone aún más en peligro la salud.
Demora en la consulta médica:
En esta época se tiende a subestimar o desatender síntomas esperando la autorresolución del problema de salud. Se actúa así para para evitar inconvenientes a familiares y amigos que se aprestan a disfrutar de las Fiestas, pero esta situación provoca mucha tensión y ansiedad. Para cuidarse del estrés, médicos aconsejan identificar las situaciones o factores estresantes para evitarlos, comer sano, generar vínculos afectivos prolongados y realizar ejercicios físicos y actividades artísticas.
Verduras, tareas agradables y deportes
1-Planificá las comidas. La clave está en saber elegir y ser moderados.
2-No ayunés ni saltees comidas, aún cuando la comida del día previo haya sido abundante.
3-Evitá entradas copiosas y ricas en fiambres, quesos y grasas.
4-Preservá la presencia de vegetales crudos y frutas frescas.
5-Evitá mayonesas u otras salsas para aderezar las ensaladas. Utilizá aceite de oliva y medí la cantidad (una cucharada sopera por porción).
6-Evitá excesos de sal y elegí carnes magras.
7-¡Atención en la mesa dulce! A la hora del postre las calorías se triplican fácilmente.
8-Regulá la ingesta de alcohol. No más de dos copas por día para el hombre y una para las mujeres.
9-Mantenete bien hidratado. Bebé entre 2,5 y 3 litros de agua por día.
10-Continuá con la actividad física habitual o incorporá caminatas diarias con paso rítmico.
11-Respetá la toma y los horarios de los medicamentos.
12-Buscá satisfacción en el área laboral haciendo tareas que sean agradables y reconfortantes. Practicá otras actividades que generen distensión, como el baile y el canto.
13-Ante la presencia de síntomas como dolor de pecho, falta de aire o palpitaciones tenés que consultar con urgencia al médico sin importar el contexto en que te encuentres.
“Es importante tener en cuenta que así sea crónico, agudo o repetitivo, el estrés afecta al equilibrio general del cuerpo, lo cual puede convertirse en un desencadenante fatal. El cuerpo habla y no hay que pasar por alto los diversos indicios que otorga”, advierte el doctor Ernesto Crescenti, médico investigador y director del Instituto de Inmunooncología que lleva su nombre.
Por su parte, el cardiólogo doctor Juan Pablo Costabel, especialista del Instituto de Cardiología de Buenos Aires, sostiene que el estrés severo “está claramente asociado con el infarto agudo de miocardio y por eso es considerado un factor de riesgo cardiovascular tan importante como la hipertensión arterial, el tabaquismo y el colesterol elevado”. En su opinión, la prevención cardiovascular ocupa un lugar central y por eso a los médicos en general y a los cardiólogos en particular le preocupa la educación de la población. “Y la mejor alternativa es tomar ciertas precauciones y acatar los consejos médicos”, remarcó.
En escenarios normales -según el doctor Crescenti- el organismo emplea casi toda su energía en actividades destinadas a la modificación, reparación y creación de nuevos tejidos. Pero en momentos de estrés todo cambia, ya que el organismo debe dirigir su energía a otros procesos. Esto lo obliga a detener las actividades de renovación del cuerpo. Con el paso del tiempo, estas situaciones pueden funcionar como colaboradoras del desarrollo de enfermedades, entre las que se destacan el colon irritable, las alergias, las enfermedades de la piel, las enfermedades cerebrovasculares, la hipertensión arterial, las jaquecas, el lupus y algunos cánceres e infartos.
La movilización de emociones:
El nivel emotivo aumenta en esta época, ya sea de manera positiva o negativa, y esto desarrolla un importante estrés para el organismo.
Exceso en la alimentación:
Este mes se caracteriza por las reuniones familiares, laborales y de amigos, cuyo denominador común son los platos salados, postres y bebidas en abundancia. Esto va acompañado de una liberación de las sanas “restricciones” que se mantienen durante el resto del año provocando una mala combinación para el cuerpo. Las comidas navideñas pueden alcanzar las 8.000 a 9.000 calorías. La presión arterial, los niveles de azúcar en sangre y la frecuencia cardíaca ascienden debido a estos “gustos”, y esto, a su vez, aumenta el trabajo del sistema cardiovascular.
Olvido de la toma de medicamentos:
Distintas encuestas demuestran que junto a la liberación de los autocontroles va el olvido de la toma de los medicamentos habituales, lo que pone aún más en peligro la salud.
Demora en la consulta médica:
En esta época se tiende a subestimar o desatender síntomas esperando la autorresolución del problema de salud. Se actúa así para para evitar inconvenientes a familiares y amigos que se aprestan a disfrutar de las Fiestas, pero esta situación provoca mucha tensión y ansiedad. Para cuidarse del estrés, médicos aconsejan identificar las situaciones o factores estresantes para evitarlos, comer sano, generar vínculos afectivos prolongados y realizar ejercicios físicos y actividades artísticas.
Verduras, tareas agradables y deportes
1-Planificá las comidas. La clave está en saber elegir y ser moderados.
2-No ayunés ni saltees comidas, aún cuando la comida del día previo haya sido abundante.
3-Evitá entradas copiosas y ricas en fiambres, quesos y grasas.
4-Preservá la presencia de vegetales crudos y frutas frescas.
5-Evitá mayonesas u otras salsas para aderezar las ensaladas. Utilizá aceite de oliva y medí la cantidad (una cucharada sopera por porción).
6-Evitá excesos de sal y elegí carnes magras.
7-¡Atención en la mesa dulce! A la hora del postre las calorías se triplican fácilmente.
8-Regulá la ingesta de alcohol. No más de dos copas por día para el hombre y una para las mujeres.
9-Mantenete bien hidratado. Bebé entre 2,5 y 3 litros de agua por día.
10-Continuá con la actividad física habitual o incorporá caminatas diarias con paso rítmico.
11-Respetá la toma y los horarios de los medicamentos.
12-Buscá satisfacción en el área laboral haciendo tareas que sean agradables y reconfortantes. Practicá otras actividades que generen distensión, como el baile y el canto.
13-Ante la presencia de síntomas como dolor de pecho, falta de aire o palpitaciones tenés que consultar con urgencia al médico sin importar el contexto en que te encuentres.
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