Tras años de hibernación, se mueve la deuda

Por Daniel Bases - Columnista de la agencia Reuters

21 Diciembre 2014
El avance histórico en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba cierra un capítulo de animosidad que se remontaba a la Guerra Fría, pero deja sin resolver asuntos que los inversores necesitan abordar con cuidado. Cuba ha estado fuera de los mercados financieros globales durante décadas, pero los restos de su deuda en default y sus préstamos no reestructurados de décadas pasadas han sido comercializados entre un pequeño grupo de inversores de riesgo con la esperanzas de una solución. “Si se levanta el embargo y quieren venir al mercado y vender deuda, sería mucho más fácil para ellos decir que han pagado la deuda en su totalidad. ¿Por qué no venir con un borrón y cuenta nueva?”, dijo Thomas Herzfeld, un gestor de cartera de un fondo de inversión centrado en Cuba.

Según la firma de Herzfeld, el valor neto de activos del fondo Caribbean Basin enfocado en Cuba había subido a U$S 8,21 por acción el jueves, desde los U$S 7,79 de antes del anuncio del restablecimiento de relaciones entre Washington y La Habana. Las acciones de la empresa han subido desde U$S 6,81 antes de la noticia a U$S 11,67 el viernes en el Nasdaq.

La deuda cubana, que acumula polvo en algunas carteras de inversores, en ocasiones ha subido por noticias surgidas desde La Habana o Washington, ya que ofrecen pistas de una posible resolución del enfrentamiento entre ambas naciones. “Algunos tenedores querrán vender y nosotros esperamos que los precios suban más. Otros tenedores, debido a que esperaron tanto tiempo, sin duda la mantendrán. Nosotros vamos a mantenerla”, explicó Phillip Blackwood de EM Quest.

En 2005, el volumen de operaciones se disparó a más de U$S 1.400 millones por la mala salud de Fidel Castro y la llegada al poder de su hermano Raúl.

El Gobierno cubano informó por última vez en 2010 que su deuda “activa” extranjera, acumulada tras declarar el default a fines de 1980, era de U$S 13.600 millones. La Habana ya no informa sobre la deuda “pasiva” de antes del default, que los economistas calculan en U$S 8.000 millones. La deuda pendiente de Cuba con el Club de París oficialmente de un poco más de U$S 35.000 millones.

“Cuba está en el camino correcto, pero todavía está en medio de un entorno empresarial pobre. La aplicación de las leyes es arbitraria y desigual, y hay mucha opacidad en los datos del Gobierno”, dijo Gregan Anderson, analista de Cuba para Business Monitor International, en Nueva York.

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