29 Diciembre 2014
PASADO Y PRESENTE. Zalatel luce orgulloso un viejo modelo de la camiseta de Huirapuca y muestra las del seleccionado italiano, donde juega desde hace varios años. la gaceta / fotos de diego aráoz
Se inició en el hockey a los 13 años y desde entonces no paró de jugar. Martín Zalatel llegó al club Huirapuca de Concepción guiado por su hermana, Paulina. Allí se formó como jugador y un día decidió buscar nuevas aventuras. Su pasión y su talento le permitieron recorrer distintos lugares del mundo. El primer destino fue España, luego Italia, Holanda y por último Bélgica, país donde compite en la actualidad. Cursó el segundo año de Luminotecnia y abandonó momentáneamente para dedicarse al hockey. Hace 20 años que no se despega de la bocha y del stick. Sus primeros pasos los dio de la mano del recordado entrenador Rodolfo Sueldo, “el viejo Gugui” como lo llamaba cariñosamente Martín. Además de vestir la camiseta del club del sur Integró los seleccionados “naranjas” Juveniles y Mayores.
En 2002, Jorge Ruiz, entrenador del seleccionado nacional lo convocó a una preselección. No quedó en la lista, pero eso no lo frustró. Estuvo cuatro años vistiendo esa camiseta en amistosos. Aprovechó cada momento que compartió con jugadores de mayor oficio. “El nivel del hockey tucumano en esos momentos no daba para que me tuvieran en cuenta. Yo sentía que estaba lejos de los demás. Por eso decidí irme a jugar a Europa. Quería mejorar mi técnica”, recuerda.
¿Qué fue lo mejor que te dejó el seleccionado nacional? “Cosas positivas, siempre. Vestir esa camiseta fue increíble. Haber vivido en el Cenard y entrenarme todos los días me sirvió y aprendí muchísimo. Trabajé con dos grandes entrenadores como Ruiz y ‘Cachito’ Vigil’”, contó.
En 2005 llegó a España, su primera escala en este recorrido por el mundo. Jugó en Hockey Club Barrocas, de Orense, al sureste de Galicia. “Esos cuatro años con el seleccionado nacional me sirvieron de trampolín para que me tengan en consideración afuera. Lo que viví en España fue maravilloso”, repasa su trayectoria. Luego pasó al Paolo Bonomi, de Italia, donde jugó la segunda parte del ascenso (2008). Pronto llegó su primera convocatoria para entrenarse con el seleccionado italiano, aunque su primer desafío con la camiseta “azzurra” fue en 2009, cuando jugó la fase clasificatoria para el Mundial de Lille, Francia. No logró el objetivo, pero tuvo su primera experiencia internacional. En 2009 se fue de Italia y regresó a España. Jugó en Unión Deportiva Taburiente, desde febrero a mayo hasta cumplir con el contrato. En ese momento, Bonomi volvió a tentarlo. “Me ofrecieron un mejor contrato para sumarme otra vez al seleccionado italiano. No dudé en aceptar”, contó.
En 2010 desembarcó en Holanda, la mejor liga del mundo, donde jugó hasta el año pasado. En 2014 emigró a Bélgica y se incorporó a Louvain la Neuve, aunque sigue ligado al seleccionado de Italia, plantel con el que consiguió en Portugal el pasaporte para jugar la segunda ronda de la World League a disputarse en 2015, en California, Estados Unidos.
¿Cuáles serán los deseos que pedirá durante el brindis de fin de año? “Que el hockey tucumano se transforme en potencia; seguir creciendo como persona y como jugador, y obviamente por el binestar de mi familia”, respondió.
Martín aprendió a hablar italiano, francés e inglés. Todo gracias al hockey que lo llevó a recorrer el mundo y su próximo destino será Australia, una de las ligas más exigentes del mundo
En 2002, Jorge Ruiz, entrenador del seleccionado nacional lo convocó a una preselección. No quedó en la lista, pero eso no lo frustró. Estuvo cuatro años vistiendo esa camiseta en amistosos. Aprovechó cada momento que compartió con jugadores de mayor oficio. “El nivel del hockey tucumano en esos momentos no daba para que me tuvieran en cuenta. Yo sentía que estaba lejos de los demás. Por eso decidí irme a jugar a Europa. Quería mejorar mi técnica”, recuerda.
¿Qué fue lo mejor que te dejó el seleccionado nacional? “Cosas positivas, siempre. Vestir esa camiseta fue increíble. Haber vivido en el Cenard y entrenarme todos los días me sirvió y aprendí muchísimo. Trabajé con dos grandes entrenadores como Ruiz y ‘Cachito’ Vigil’”, contó.
En 2005 llegó a España, su primera escala en este recorrido por el mundo. Jugó en Hockey Club Barrocas, de Orense, al sureste de Galicia. “Esos cuatro años con el seleccionado nacional me sirvieron de trampolín para que me tengan en consideración afuera. Lo que viví en España fue maravilloso”, repasa su trayectoria. Luego pasó al Paolo Bonomi, de Italia, donde jugó la segunda parte del ascenso (2008). Pronto llegó su primera convocatoria para entrenarse con el seleccionado italiano, aunque su primer desafío con la camiseta “azzurra” fue en 2009, cuando jugó la fase clasificatoria para el Mundial de Lille, Francia. No logró el objetivo, pero tuvo su primera experiencia internacional. En 2009 se fue de Italia y regresó a España. Jugó en Unión Deportiva Taburiente, desde febrero a mayo hasta cumplir con el contrato. En ese momento, Bonomi volvió a tentarlo. “Me ofrecieron un mejor contrato para sumarme otra vez al seleccionado italiano. No dudé en aceptar”, contó.
En 2010 desembarcó en Holanda, la mejor liga del mundo, donde jugó hasta el año pasado. En 2014 emigró a Bélgica y se incorporó a Louvain la Neuve, aunque sigue ligado al seleccionado de Italia, plantel con el que consiguió en Portugal el pasaporte para jugar la segunda ronda de la World League a disputarse en 2015, en California, Estados Unidos.
¿Cuáles serán los deseos que pedirá durante el brindis de fin de año? “Que el hockey tucumano se transforme en potencia; seguir creciendo como persona y como jugador, y obviamente por el binestar de mi familia”, respondió.
Martín aprendió a hablar italiano, francés e inglés. Todo gracias al hockey que lo llevó a recorrer el mundo y su próximo destino será Australia, una de las ligas más exigentes del mundo
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