Un nuevo retroceso experimentó el mercado interno de tractores

Luego de dos años seguidos en alza, se produjo un freno de la demanda de los productores. Incidió la falta de rentabilidad agrícola.

02 Enero 2015
La venta de maquinaria agrícola en el país no termina de agarrar velocidad. Luego de haber encadenado, en 2012 y 2013, dos años de crecimiento en la comercialización de tractores, la adquisición de estos equipos volvió a poner reversa y cayó un poco más de 20%.

De acuerdo con los datos registrados hasta noviembre, y en función de las proyecciones para el último mes del año, el mercado nacional de tractores durante este año absorbió alrededor de 6.000 unidades, un 23% menos que durante 2013, cuando las ventas totalizaron 7.767 unidades.

Dentro de esta composición, las empresas multinacionales adheridas a la Asociación Fábrica Argentina de Tractores (AFAT) habían vendido hasta noviembre 3.926 unidades, mientras que la empresa cordobesa Pauny había logrado colocaciones, hasta mediados de diciembre, por 1.700 unidades. De esta manera, las proyecciones dimensionan operaciones durante el año por unos 6.000 tractores.

De esta manera, el mercado nacional de esas maquinarias rompe una inercia positiva de dos años. En 2013, cuando el mercado había alcanzado las 7.767 unidades, las ventas habían crecido un 44% respecto a 2012, cuando las ventas reunieron 5.382 unidades (3.578 de las empresas asociadas a AFAT y 1.804 de Pauny). En relación con 2011, el mercado había crecido un 6,27%. El mejor año de la última década para la venta de tractores fue 2008, cuando la demanda interna requirió de 8.360 unidades. Desde que existen estadísticas de ventas, el mejor año para los tractores en Argentina fue 1977, con 23.700 unidades.

El tamaño es, quizá, el único aspecto en el que los tractores muestran un crecimiento. Los requerimientos de potencia se encuentran en promedio en 130 HP, con una tendencia creciente.

Escaso margen

La retracción en los niveles de la demanda tiene su fundamento en el balance económico que aportó la última campaña agrícola.

Con el precio de la soja desenvolviéndose, durante una parte de 2014, en su peor valor en los últimos cuatro años, sumado a un aumento considerable en los costos de producción, la ecuación agrícola dejó, en el mejor de los casos, poco margen para la inversión. Sin liquidez, el crédito volvió a ser la polea que traccionó las ventas.

El crédito bancario, en especial la línea del Banco Nación disponible para la compra de bienes de capital fabricados en el país (con una tasa de interés del 15,5%) dominó nuevamente el mercado de tractores, a tal punto que ya hay gestiones, por parte de la industria, para renovar la operatoria para el año próximo.

La línea productiva que tienen en vigencia los bancos privados, con una tasa de interés en pesos del 17,5% anual, también generó operaciones. “Hemos podido redondear un año muy similar a 2013, en cuanto a las ventas en el mercado interno”, aseguró José María López, vicepresidente de la empresa cordobesa Pauny. Por cuarto año consecutivo (desde 2011), la empresa de Las Varillas lideró las ventas domésticas, con alrededor de 1.700 unidades.

Más allá del esfuerzo de las fábricas por mantener los niveles de venta, los industriales admiten que hay una disminución en los márgenes del negocio, producto de la inflación y del costo financiero.

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