En tres lustros, la Pampa perdió casi 1.300 km de alambrado

En tres lustros, la Pampa perdió casi 1.300 km de alambrado
26 Octubre 2024

Una interesante nota publicada en el sitio Agroempresario.com da cuenta de un trabajo realizado por investigadores de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Buenos Aires (Fauba), que muestra que entre 2004 y 2019, la Pampa Ondulada ha visto la desaparición de casi 1.300 kilómetros de alambrados rurales. Se trata de un fenómeno alarmante, que repercute negativamente en la biodiversidad y en la salud de los agroecosistemas de la región.

Estos cercos, que históricamente delimitan terrenos y sirven de refugio para diversas especies vegetales y animales, están siendo eliminados por los mismo productores rurales para optimizar el uso de maquinaria agrícola en lotes más extensos.

La Fauba documentó que en el período analizado se removieron 1.270 kilómetros de alambrados, lo que impactó notablemente en la biodiversidad; en especial, en las encrucijadas de alambrados, donde se observa una mayor diversidad de especies en comparación con los tramos lineales.

Los alambrados rurales cumplen un papel esencial en la protección de la biodiversidad. Ailén Federico, investigadora del Conicet y docente en la Universidad Nacional de Hurlingham, señala que la vegetación que crece alrededor de estos cercos proporciona servicios ecosistémicos cruciales, como la polinización y refugio a insectos que controlan plagas, contribuyendo a la sostenibilidad agrícola.

El avance de la tecnología agrícola, impulsado por el uso de grandes maquinarias y sistemas de riego, ha llevado a muchos productores a eliminar los alambrados para ampliar sus lotes. Aunque esta práctica optimiza la producción, también acaba con espacios donde prosperan la fauna y flora nativas, afectando la biodiversidad.

El estudio de los especialistas de la Fauba reportó una reducción de un 38% en la cantidad de especies vegetales en las áreas donde se removieron los alambrados. Federico indica que varias especies nativas, como la verbena y la campanilla roja, han desaparecido, y fueron reemplazadas por malezas resistentes a herbicidas, como el yuyo colorado. Este cambio no solo reduce la diversidad vegetal, sino que también genera complicaciones para los productores, quienes deben invertir más en el control de estas plantas invasoras.

Un hallazgo relevante del estudio es el papel de las encrucijadas de alambrados, donde los cercos se cruzan. Estas áreas, menos accesibles para la maquinaria agrícola, se convierten en refugios para la flora y fauna nativas. Federico destaca que estos cruces albergan un 21% más de especies vegetales que los tramos lineales, subrayando su importancia para la dispersión de semillas y el crecimiento de vegetación espontánea.

La investigadora enfatiza que preservar los alambrados restantes resulta crucial para mantener la biodiversidad en los paisajes agrícolas. “Si continuamos eliminando los alambrados, afectaremos la biodiversidad y complicaremos la agricultura”, advierte Federico.

El futuro de la Pampa Ondulada se encuentra en una encrucijada. Los alambrados, a menudo vistos como simples delimitadores, son en realidad pilares de la biodiversidad y la sostenibilidad agrícola. Conservarlos es esencial no solo para proteger la flora y fauna nativas, sino también para garantizar la productividad y salud de los agroecosistemas a largo plazo.

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