30 Enero 2015
SONRISAS. Carlés (izquierda), junto a la Presidenta y al ex vocal de la Corte Eugenio Zaffaroni, a quien reemplazaría.
BUENOS AIRES.- Los sectores políticos opositores coincidieron -por separado- en considerar que el Gobierno nacional pretende desviar la atención de la muerte del fiscal Alberto Nisman con la postulación de Roberto Carlés como ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. El kirchnerismo, por su parte, insistió en que sus rivales deben permitir el normal funcionamiento de las instituciones y votar el pliego del penalista elegido para reemplazar a Raúl Zaffaroni, que en diciembre renunció para jubilarse.
“Lo de Carlés es una bomba de humo para distraer la atención”, opinó Sergio Massa, el presidenciable del Frente Renovador. El ex jefe de Gabinete kirchnerista manifestó que no tenía dudas de que la designación no iba a concretarse porque no contará con respaldo en el Congreso de la Nación. En diálogo con Radio Mitre, Massa vinculó a Carlés con la “justicia militante”: “la sociedad demanda una Argentina con una Justicia independiente y ese reclamo se profundizó tras la muerte del fiscal Nisman”. Según su criterio, tanto la discusión sobre la Agencia Federal de Investigación como la designación de un nuevo miembro de la Corte son, precisamente, cuestiones que quitan el foco de lo importante, que es buscar y condenar a los responsables de la muerte de Nisman y de la causa AMIA.
“Si hoy tuviese que avanzar en la designación de un juez, le pediría a la Unión Cívica Radical que proponga un nombre para mostrar apertura, diálogo, consensos y que estamos dispuestos a construir una justicia distinta entre todos y pluralmente”, agregó Massa.
Hermes Binner, diputado por el Partido Socialista y precandidato presidencial del Frente Amplio Unen, dijo que lo que importaba era saber qué pasó con la muerte de Nisman y continuar con la investigación del atentado. “Lo de Carlés es una cortina de humo”, insistió Binner desde Córdoba. El también precandidato presidencial Ernesto Sanz (UCR) acusó a la presidenta Cristina Fernández de enviar al Congreso el pliego de un juez militante e insistió con que el Gobierno busca impunidad. Asimismo, Sanz ratificó el respaldo del bloque radical al documento que hace dos meses firmaron 26 senadores de la oposición por el que se comprometieron a rechazar cualquier nominación que haga el Poder Ejecutivo para cubrir vacantes en la Corte Suprema de la Nación durante la actual gestión.
Enlodar y confundir
En su conferencia de prensa matutina, Jorge Capitanich, jefe de Gabinete, advirtió que el rechazo de la oposición a la propuesta de Carlés, de 33 años, constituye una estrategia autoritaria, típicamente antidemocrática y claramente golpista. El oficialista chaqueño argumentó que ese rechazo implicaba obstaculizar el funcionamiento de las instituciones. Capitanich consideró que la Corte había recuperado prestigio a partir de la presidencia de Néstor Kirchner e insistió en que los rivales del Gobierno pretendían enlodar una iniciativa para confundir a la opinión publica.
El 31 de diciembre, el máximo tribunal se quedó con cuatro miembros por la renuncia de Zaffaroni. Antes habían fallecido Carmen Argibay y Enrique Petracchi. Permanecen en funciones el presidente Ricardo Lorenzetti, el longevo Carlos Fayt (97 años), Juan Carlos Maqueda y Elena Highton de Nolasco. Aunque Kirchner dispuso que la Corte tenga cinco miembros, Lorenzetti dijo que el cuerpo puede funcionar perfectamente con cuatro.
“Lo de Carlés es una bomba de humo para distraer la atención”, opinó Sergio Massa, el presidenciable del Frente Renovador. El ex jefe de Gabinete kirchnerista manifestó que no tenía dudas de que la designación no iba a concretarse porque no contará con respaldo en el Congreso de la Nación. En diálogo con Radio Mitre, Massa vinculó a Carlés con la “justicia militante”: “la sociedad demanda una Argentina con una Justicia independiente y ese reclamo se profundizó tras la muerte del fiscal Nisman”. Según su criterio, tanto la discusión sobre la Agencia Federal de Investigación como la designación de un nuevo miembro de la Corte son, precisamente, cuestiones que quitan el foco de lo importante, que es buscar y condenar a los responsables de la muerte de Nisman y de la causa AMIA.
“Si hoy tuviese que avanzar en la designación de un juez, le pediría a la Unión Cívica Radical que proponga un nombre para mostrar apertura, diálogo, consensos y que estamos dispuestos a construir una justicia distinta entre todos y pluralmente”, agregó Massa.
Hermes Binner, diputado por el Partido Socialista y precandidato presidencial del Frente Amplio Unen, dijo que lo que importaba era saber qué pasó con la muerte de Nisman y continuar con la investigación del atentado. “Lo de Carlés es una cortina de humo”, insistió Binner desde Córdoba. El también precandidato presidencial Ernesto Sanz (UCR) acusó a la presidenta Cristina Fernández de enviar al Congreso el pliego de un juez militante e insistió con que el Gobierno busca impunidad. Asimismo, Sanz ratificó el respaldo del bloque radical al documento que hace dos meses firmaron 26 senadores de la oposición por el que se comprometieron a rechazar cualquier nominación que haga el Poder Ejecutivo para cubrir vacantes en la Corte Suprema de la Nación durante la actual gestión.
Enlodar y confundir
En su conferencia de prensa matutina, Jorge Capitanich, jefe de Gabinete, advirtió que el rechazo de la oposición a la propuesta de Carlés, de 33 años, constituye una estrategia autoritaria, típicamente antidemocrática y claramente golpista. El oficialista chaqueño argumentó que ese rechazo implicaba obstaculizar el funcionamiento de las instituciones. Capitanich consideró que la Corte había recuperado prestigio a partir de la presidencia de Néstor Kirchner e insistió en que los rivales del Gobierno pretendían enlodar una iniciativa para confundir a la opinión publica.
El 31 de diciembre, el máximo tribunal se quedó con cuatro miembros por la renuncia de Zaffaroni. Antes habían fallecido Carmen Argibay y Enrique Petracchi. Permanecen en funciones el presidente Ricardo Lorenzetti, el longevo Carlos Fayt (97 años), Juan Carlos Maqueda y Elena Highton de Nolasco. Aunque Kirchner dispuso que la Corte tenga cinco miembros, Lorenzetti dijo que el cuerpo puede funcionar perfectamente con cuatro.