Por Gustavo Frías Silva
06 Marzo 2015
Las economías regionales son muy importantes para los argentinos del Norte, ya que manejan la macroeconomía de la región. Estas se refieren a todas aquellas actividades productivas que se localizan fuera del área pampeana, y que históricamente estuvo destinada al mercado interno. Estas actividades productivas se organizan por medio de circuitos de producción donde existe un encadenamiento de eslabones o etapas que, en conjunto, dan lugar a un proceso de producción, y generalmente van de la mano la actividad agrícola con la industrialización de la materia prima.
En nuestra provincia las actividades azucarera, citrícola, hortícola, tabacalera, y por qué no la ganadera y la producción de granos, son y deberían ser consideradas como tales para diferenciarlas de otros tipos de producciones pampeanas.
Actualmente, estas economías, en todo el país, vienen sufriendo los actuales avatares de la economía nacional; la crisis que sufren muchas de ellas es muy grave. Esto trajo como consecuencia que la Comisión de Enlace, y algunos parlamentarios, presentaran un informe donde se muestra la crisis que enfrentan las diferentes economías regionales del país.
Los ruralistas aseguraron que hoy está en riesgo 1,5 millón de puestos de trabajo debido a la falta de políticas adecuadas a las necesidades de las diversas actividades del campo.
La pérdida de competitividad, producto de la inflación, el aumento de costos en dólares, la creciente presión fiscal, el alto costo de financiamiento y el deterioro de la infraestructura han impactado negativamente en la viabilidad de estos sectores productivos. Hoy, los resultados de quebranto obtenidos por el productor y la falta de financiamiento ponen en riesgo la cadena de pagos, y con ello el nivel de actividad económica en el interior del país.
El sector vitivinícola nacional enfrenta una crítica situación por un exceso de oferta de 200 millones de litros, es decir el 10% de la producción anual, como consecuencia de las desacertadas medidas de Gobierno. Esto, sumado a la caída de la demanda interna y externa del orden del 7%, al aumento de costos en dólares y la pérdida de competitividad, hace peligrar la actividad de 40.000 productores vitivinícolas y más de 156.000 puestos de trabajo.
Los productores de tabaco han sido afectados por factores climáticos. En el NOA, por granizos, se perdió el 10% de la superficie implantada. Respecto de la situación económica, durante el último año los costos de producción crecieron un 40%, mientras que el precio al productor sólo aumentó un 10%.
Los citricultores en alerta
Los productores citrícolas se enfrentan a un escenario internacional y local adverso, como consecuencia de una demanda internacional afectada por la devaluación de los mercados compradores como la Unión Europea, Rusia y Brasil. La mayor oferta de cítricos de Perú y de Sudáfrica nos está desplazando de los mercados mundiales, lo que volcará una mayor cantidad de fruta en el mercado interno e impactará aún más en el precio al productor, que hoy está cobrando un tercio de lo que necesitaría para cubrir los costos y seguir en la actividad.
Los productores de azúcar están recibiendo el mismo precio que hace 4 años, situación que impacta en la viabilidad del negocio de 4.800 pequeños productores cañeros, es decir el 90% del total. La pérdida de competitividad internacional le quita al sector la posibilidad de exportar, y la sobreoferta se vuelca al mercado interno e impacta aún más en el ya bajo precio al productor.
Los productores trigueros, desde 2006, están en un mercado cautivo, donde ni los exportadores ni los molinos compiten por este producto. De esta forma, la producción termina transfiriendo recursos al resto de la cadena debido a la distorsión e intervención perniciosa del mercado. Por la aplicación de cupos a la exportación (ROE-Res. 543/2008), al comienzo de la próxima siembra 2015/16 quedaría un remanente equivalente al 50% de la cosecha de la cosecha anterior, lo que deprimiría aún más los precios internos pagados al productor.
Los productores de maíz se enfrentan a una situación tan complicada como la del trigo, donde se ha hecho inviable producir debido a la distorsión del mercado, también por el cupo a las exportaciones, por la alta presión impositiva, el aumento de costos y por la fuerte incidencia del flete. En el NOA, el costo del transporte de granos puede representar más del 50% del valor del producto.
Realmente la situación de las diferentes actividades de la región sufre crisis complicadas y con un futuro incierto sino se plantea discriminar, en alguna medida, las diferentes políticas agropecuarias que aplica el Gobierno para toda la actividad agropecuaria nacional, y dejar de medir con la misma vara a una actividad pampeana de una regional como las nuestras.
En nuestra provincia las actividades azucarera, citrícola, hortícola, tabacalera, y por qué no la ganadera y la producción de granos, son y deberían ser consideradas como tales para diferenciarlas de otros tipos de producciones pampeanas.
Actualmente, estas economías, en todo el país, vienen sufriendo los actuales avatares de la economía nacional; la crisis que sufren muchas de ellas es muy grave. Esto trajo como consecuencia que la Comisión de Enlace, y algunos parlamentarios, presentaran un informe donde se muestra la crisis que enfrentan las diferentes economías regionales del país.
Los ruralistas aseguraron que hoy está en riesgo 1,5 millón de puestos de trabajo debido a la falta de políticas adecuadas a las necesidades de las diversas actividades del campo.
La pérdida de competitividad, producto de la inflación, el aumento de costos en dólares, la creciente presión fiscal, el alto costo de financiamiento y el deterioro de la infraestructura han impactado negativamente en la viabilidad de estos sectores productivos. Hoy, los resultados de quebranto obtenidos por el productor y la falta de financiamiento ponen en riesgo la cadena de pagos, y con ello el nivel de actividad económica en el interior del país.
El sector vitivinícola nacional enfrenta una crítica situación por un exceso de oferta de 200 millones de litros, es decir el 10% de la producción anual, como consecuencia de las desacertadas medidas de Gobierno. Esto, sumado a la caída de la demanda interna y externa del orden del 7%, al aumento de costos en dólares y la pérdida de competitividad, hace peligrar la actividad de 40.000 productores vitivinícolas y más de 156.000 puestos de trabajo.
Los productores de tabaco han sido afectados por factores climáticos. En el NOA, por granizos, se perdió el 10% de la superficie implantada. Respecto de la situación económica, durante el último año los costos de producción crecieron un 40%, mientras que el precio al productor sólo aumentó un 10%.
Los citricultores en alerta
Los productores citrícolas se enfrentan a un escenario internacional y local adverso, como consecuencia de una demanda internacional afectada por la devaluación de los mercados compradores como la Unión Europea, Rusia y Brasil. La mayor oferta de cítricos de Perú y de Sudáfrica nos está desplazando de los mercados mundiales, lo que volcará una mayor cantidad de fruta en el mercado interno e impactará aún más en el precio al productor, que hoy está cobrando un tercio de lo que necesitaría para cubrir los costos y seguir en la actividad.
Los productores de azúcar están recibiendo el mismo precio que hace 4 años, situación que impacta en la viabilidad del negocio de 4.800 pequeños productores cañeros, es decir el 90% del total. La pérdida de competitividad internacional le quita al sector la posibilidad de exportar, y la sobreoferta se vuelca al mercado interno e impacta aún más en el ya bajo precio al productor.
Los productores trigueros, desde 2006, están en un mercado cautivo, donde ni los exportadores ni los molinos compiten por este producto. De esta forma, la producción termina transfiriendo recursos al resto de la cadena debido a la distorsión e intervención perniciosa del mercado. Por la aplicación de cupos a la exportación (ROE-Res. 543/2008), al comienzo de la próxima siembra 2015/16 quedaría un remanente equivalente al 50% de la cosecha de la cosecha anterior, lo que deprimiría aún más los precios internos pagados al productor.
Los productores de maíz se enfrentan a una situación tan complicada como la del trigo, donde se ha hecho inviable producir debido a la distorsión del mercado, también por el cupo a las exportaciones, por la alta presión impositiva, el aumento de costos y por la fuerte incidencia del flete. En el NOA, el costo del transporte de granos puede representar más del 50% del valor del producto.
Realmente la situación de las diferentes actividades de la región sufre crisis complicadas y con un futuro incierto sino se plantea discriminar, en alguna medida, las diferentes políticas agropecuarias que aplica el Gobierno para toda la actividad agropecuaria nacional, y dejar de medir con la misma vara a una actividad pampeana de una regional como las nuestras.