Lionel Messi recargado

El crack recuperó su mejor nivel y en Barcelona confían en que los ayudará a conseguir más éxitos.

NO SE CANSA DE CELEBRAR. Messi es una máquina de marcar goles desde que empezó el año. El sábado hizo otros dos. reuters (archivo) NO SE CANSA DE CELEBRAR. Messi es una máquina de marcar goles desde que empezó el año. El sábado hizo otros dos. reuters (archivo)
16 Marzo 2015

Alberto Bravo - DPA

Lionel Messi cambió su cara en 2015 y a partir de esa explosión llevó a Barcelona a su mejor momento. La racha llenó de moral al conjunto azulgrana antes de encarar una semana vital en la temporada.

Barcelona jugará el miércoles con Manchester City por la Liga de Campeones y el domingo recibirá a Real Madrid en el gran clásico de la Liga española. Y lo hará con Messi en efervescencia.

Atrás quedan las imágenes de vómitos del rosarino angustiado. Ahora a Messi se lo ve feliz en el campo, mientras el equipo catalán continúa acumulando triunfos que le permiten soñar con obtener el “triplete” conformado por la Liga española, la Liga de Campeones y la Copa del rey.

Una fecha supuso el punto de inflexión de Messi y de Barcelona esta temporada. Fue el 4 de enero, cuando el equipo cayó por 1 a 0 a manos de Real Sociedad, con el rosarino integrando el banco de suplentes. Aquel encuentro desató muchas críticas para el técnico, Luis Enrique, y destapó desencuentros entre el entrenador y la gran estrella.

“Después del partido contra Real Sociedad, donde no habíamos arrancado bien el año, cambió todo”, afirmó Messi durante una entrevista brindada en febrero al programa de TV “Mundo Leo”.

El crack se propuso para 2015 volver a ser el que era. “Este año intenté desde el inicio arrancar lo mejor posible. Sabía que no venía de un gran año, ya que pasé por muchos problemas tanto dentro como fuera de la cancha. Era un desafío cambiar la imagen que había dejado la pasada temporada. Y volver a ser el que era. Ese era mi objetivo”, explicó.

Desde que cayó ante Real Sociedad, Barcelona comenzó a volar para sumar 16 triunfos y una sola derrota en los 17 encuentros jugados a partir de entonces.

Al frente se situó Messi, cuyos registros remiten a los de su mejor época. Desde el comienzo de la Liga española hasta el choque ante Real Sociedad, el rosarino había anotado 15 goles en 17 partidos, mientras que después de ese encuentro logró 17 tantos en 10 jornadas del torneo.

Messi dobló su media para pasar de 0,8 gol por encuentro a 1,7. Su última actuación decisiva ocurrió el sábado, cuando marcó los dos goles del triunfo de Barcelona por 2-0 en el campo de Éibar, para mantenerse en el liderato de la Liga.

“A Leo le da igual que el rival sea el Éibar, el City o el Madrid... Él siempre está a un nivel superior y el Barça se aprovecha de ello”, celebró un columnista del diario catalán “Sport”.

Messi es el termómetro de un Barcelona que se deprime cuando su estrella no es feliz y que emerge cuando muestra su mejor sonrisa sobre el campo.

Ahora el conjunto azulgrana afronta el tramo decisivo de la temporada en la mejor condición posible. Es favorito ante Manchester City, al que superó por 2-1 en Inglaterra en la ida, y también aparece por delante en las apuestas para el clásico contra Real Madrid, que llegará al Camp Nou por detrás de los azulgranas en el campeonato español.

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