20 Marzo 2015
TRÁNSITO. El mayor problema en los campos fue el agua entre los surcos.
Las lluvias intensas y frecuentes registradas a partir de fines de febrero y hasta el 10 de marzo en los cultivos de caña de azúcar, han acumulado volúmenes de agua muy por encima de las valores normales, por lo que vastos sectores de la zona cañera se encuentran inundados, especialmente en aquellos terrenos más bajos, donde la salida de grandes volúmenes de agua se hace sumamente difícil.
En algunos casos extremos el agua llegó a cubrir la mayor parte de la longitud de los tallos, que en estos momentos tienen más de dos metros de altura. Pero se espera que el agua escurra en uno o dos días.
Es tal el volumen de agua que cayó y corrió a través de la provincia, que es difícil no pensar en algún daño, aunque más no sea menor sobre el cañaveral, el suelo, las obras de infraestructuras, los caminos internos y externos, etc., y en las fincas cañeras de la provincia.
Los grandes excesos de agua traen aparejado algún inconveniente. En muchos lotes, el agua ya circuló por el cañaveral y solamente las trochas se encuentran con agua, de modo que la situación de cada finca es particular de acuerdo con la incidencia de una serie de factores, entre los que se pueden contar la cantidad de agua precipitada, topografía y características de los suelos, cursos de agua, etc.
En líneas generales, se puede decir que, en lo inmediato, el cañaveral no ha sido gravemente afectado, salvo algunas situaciones muy puntuales, que habrá que evaluar una vez que se estabilice el clima y se regrese a las condiciones normales.
Hacia el futuro podemos esperar algunos perjuicios. En primer lugar, y para el caso que persistan las condiciones de precipitaciones abundantes, las zonas bajas de la zona cañera pueden llegar a mantener el estado de anegamiento de los suelos por mucho tiempo, lo que sería una limitación para completar el crecimiento de las cañas y, posteriormente, habría dificultades muy grandes para abordar el proceso de cosecha en esos lotes.
Tiempo seco
La situación conveniente para la caña de azúcar sería que el ciclo húmedo finalice inmediatamente, y de aquí en más, se den condiciones de tiempo seco. Esto permitiría que la planta concrete un buen proceso de maduración y el suelo adquiera la condición ideal para el inicio de la cosecha.
El proceso de maduración es uy importante que se cumpla adecuadamente para lograr que los porcentajes de sacarosa en el jugo de la caña molida sea lo suficientemente alto para lograr un adecuado rendimiento fabril. Ademas, si el clima mejora hará que no solo los caminos se sequen, sino que los excesos de agua en los perfiles de suelo disminuyan y permitan que las maquinarias puedan ingresar a cosechar en un momento adecuado. Lo que sí se puede afirmar, desde ya, es que las copiosas precipitaciones que han dominado a la provincia, dejaron los caminos en muy mal estado, de manera que las principales sectores productivos estarían con serias dificultades para trasladar a destino las materias primas o los productos.
Algunos caminos se han trasformado en verdaderos lechos de río, de manera que queda una ardua tarea para dejarlos en condiciones de transitabilidad.
En algunos casos extremos el agua llegó a cubrir la mayor parte de la longitud de los tallos, que en estos momentos tienen más de dos metros de altura. Pero se espera que el agua escurra en uno o dos días.
Es tal el volumen de agua que cayó y corrió a través de la provincia, que es difícil no pensar en algún daño, aunque más no sea menor sobre el cañaveral, el suelo, las obras de infraestructuras, los caminos internos y externos, etc., y en las fincas cañeras de la provincia.
Los grandes excesos de agua traen aparejado algún inconveniente. En muchos lotes, el agua ya circuló por el cañaveral y solamente las trochas se encuentran con agua, de modo que la situación de cada finca es particular de acuerdo con la incidencia de una serie de factores, entre los que se pueden contar la cantidad de agua precipitada, topografía y características de los suelos, cursos de agua, etc.
En líneas generales, se puede decir que, en lo inmediato, el cañaveral no ha sido gravemente afectado, salvo algunas situaciones muy puntuales, que habrá que evaluar una vez que se estabilice el clima y se regrese a las condiciones normales.
Hacia el futuro podemos esperar algunos perjuicios. En primer lugar, y para el caso que persistan las condiciones de precipitaciones abundantes, las zonas bajas de la zona cañera pueden llegar a mantener el estado de anegamiento de los suelos por mucho tiempo, lo que sería una limitación para completar el crecimiento de las cañas y, posteriormente, habría dificultades muy grandes para abordar el proceso de cosecha en esos lotes.
Tiempo seco
La situación conveniente para la caña de azúcar sería que el ciclo húmedo finalice inmediatamente, y de aquí en más, se den condiciones de tiempo seco. Esto permitiría que la planta concrete un buen proceso de maduración y el suelo adquiera la condición ideal para el inicio de la cosecha.
El proceso de maduración es uy importante que se cumpla adecuadamente para lograr que los porcentajes de sacarosa en el jugo de la caña molida sea lo suficientemente alto para lograr un adecuado rendimiento fabril. Ademas, si el clima mejora hará que no solo los caminos se sequen, sino que los excesos de agua en los perfiles de suelo disminuyan y permitan que las maquinarias puedan ingresar a cosechar en un momento adecuado. Lo que sí se puede afirmar, desde ya, es que las copiosas precipitaciones que han dominado a la provincia, dejaron los caminos en muy mal estado, de manera que las principales sectores productivos estarían con serias dificultades para trasladar a destino las materias primas o los productos.
Algunos caminos se han trasformado en verdaderos lechos de río, de manera que queda una ardua tarea para dejarlos en condiciones de transitabilidad.
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