Por Guillermo Monti
21 Marzo 2015
“Insurgente”: Todo el poder es de ellas
El futuro plantea la existencia de una sociedad ideal, dividida en cinco facciones: erudición, cordialidad, verdad, osadía y abnegación. En ellas están agrupados los ciudadanos. Tris Prior se reveló como una divergente, incapaz de encajar en alguna de ellas. La muerte de su madre formó parte de un complot que esconde los peores secretos de la ciudad, y contra esas fuerzas luchan Tris y sus amigos en esta secuela.
“Insurgente” se inscribe en el club de películas sandwich que Hollywood inventó para sacarles el jugo a las sagas literarias juveniles. Al que no vio “Divergente”, la primera parte, le resultará casi imposible entender lo que pasa, y el final es un cliffhanger: uno de esos desenlaces abiertos que prolongan el suspenso y la frustración del espectador hasta el próximo capítulo, que se estrenará el 18 de marzo de 2016. Y habrá un cuarto episodio, porque el modus operandi impone dividir el último libro en dos. Paciencia.
Así como Suzanne Collins se hizo rica gracias a “Los juegos del hambre”, Veronica Roth la pegó con “Divergente”. Dos mujeres puestas a escribir distopías sci-fi coincidieron en la elección de una heroína posadolecente para llevar el pulso de las historias. Katniss Everdeen y Tris Prior son caras de la misma moneda, con la diferencia de que Jennifer Lawrence irradia mucha más fuerza, enojo y magnetismo que Shailene Woodley cuando las papas queman.
Woodley se corta el pelo como un soldado para salir a cazar a la malvada Jeanine (Kate Winslet), pero en el camino se cruzará con otra dama de armas llevar e intenciones bien ocultas (Naomi Watts). Todas son líderes y atienden su juego. El de Tris apunta, en buena medida, a vengar a su madre (Ashley Judd), otra pieza clave en este puzzle de chicas superpoderosas dispuestas a todo.
La naturaleza sandwich de “Insurgente” se nota en los puntos muertos a los que llevan diálogos insustanciales y escenas estiradas al máximo, dominantes en la hora y media inicial. Después, el alemán Robert Schwentke (el mismo de “Red” y “Plan de vuelo”) recupera algo de la tensión y el dinamismo que constituían el capital de “Divergente”. Y cuando las cosas se ponen realmente buenas... fundido a negro y hasta la próxima.
Miles Teller (el baterista de “Whiplash”) sobresale en un reparto cotizado. Los personajes entran y salen de la historia sin demasiado tratamiento, otra característica de la saga. Todo pasa por esperar lo que viene.
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