De México al Virla, recreando el mundo de los dioses ancestrales

05 Abril 2015
“Si tú eres pobre pero tienes un proyecto de vida, ya caminaste la mitad del camino. Si eres rico y no lo tienes, te vas a quedar comiéndote las herencias y nada más”, sentenció el pintor mexicano Martín Rojas Hernández, resumiendo la filosofía que lo llevó desde un hogar muy humilde de Puebla a convertirse, durante una etapa de su vida en pintor de la Guardia Suiza del Vaticano. En la muestra titulada “Mundo de Quetzalcoatl”, que inaugurará el jueves, a las 20, en el Centro Cultural Virla, refleja la cosmogonía prehispánica de sus ancestros.

“Mi obra -explicó- habla de las raíces profundas que el ser humano ha buscado siempre a través de lo sagrado. Y la técnica que uso en estas obras es la del collage texturizado. Con diferentes materiales pegados sobre la tela creo textura. Es como un juego, porque yo creo que el arte se debe disfrutar de esa manera”.

A Rojas Hernández, reconocido también como muralista y escultor, le gusta transmitir a los demás no solamente sus conocimientos de arte, sino también su experiencia de vida, como contar cómo a los 10 años lustraba zapatos a los clientes de una peluquería, y como a los 12 pintaba ataúdes en una funeraria. Hoy mantiene la cultura del esfuerzo como uno de sus principios más firmes y se la remarca a sus hijos, según afirma, para que aprendan a abrirse camino por su cuenta.

“En la funeraria me pagaban $7 por semana. Cuando llegué a casa con mi primer sueldo y extendí los billetes sobre la mesa, mi madre me dio la primera lección de economía. Me hizo separar $2 para los estudios, $2 para la comida, $2 para la ropa, y el peso que quedaba podía gastarlo en lo que yo quisiera. Pero me recomendó también que aprendiera a guardar para tener mis ahorros. Años después llegué a ser el sostén de mi casa”, recordó el artista.

Además de exponer en Tucumán, Rojas Hernández participará de una actividad de muralismo internacional en Miramar el próximo 17 de abril, sobre el tema de la niñez y su armonía con el medio ambiente. “La obra mural es un arte cuya función es sobre todo social. Su misión es despertar conciencias”, señaló.

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