Por Carlos Páez de la Torre H
11 Abril 2015
PADRE LEÓN MARQUE. Desde su retiro en Francia, nunca ha perdido contacto con sus ex alumnos y amigos tucumanos la gaceta / archivo
Mañana celebra su cumpleaños número 100 el sacerdote lourdista León Marqué. Para quienes fueron sus alumnos en el Colegio Sagrado Corazón de Tucumán, o lo trataron y apreciaron cabalmente como ministro, la fecha constituye un verdadero acontecimiento.
Nació el 12 de abril de 1915 en el pueblito francés de Juncalas. En ese momento, Francia estaba envuelta en la Primera Guerra Mundial, y su padre revistaba en el ejército. Pero al nacer León, como era su quinto hijo, le permitieron regresar y trabajar en una fábrica. “Él me dio la vida y yo se la salvé”, comentaba el padre Marqué. En efecto, su progenitor se salvó así de participar en la tremenda batalla de Verdún.
Una fuerte vocación lo llevó a cursar el seminario. Pero en marzo de 1939, fue movilizado como soldado raso a la frontera con Bélgica. Poco después, se iniciaba la Segunda Guerra Mundial. En febrero de 1940 lo llevaron a Francia para unos días de descanso. Allí preguntaron quienes estaban dispuestos a ir a las colonias de África para hacer reclutamiento. “Me ofrecí y Dios me salvó con esa decisión”. Meses más tarde, los tanques de Rommel “aniquilaron a dos terceras partes de mi regimiento”.
En 1942 se ordenó sacerdote y viajó a la Argentina, destinado al Colegio Sagrado Corazón. Llegó al país tras 45 días de un sufrido viaje en barco. Iniciaría así su permanencia de más de sesenta años entre nosotros. Fue profesor y director del Sagrado Corazón, y también del Colegio San Miguel, de Buenos Aires. Dirigió la Escuela Apostólica, fue maestro de novicios, párroco del Santísimo Sacramento, delegado del Superior General para Argentina y vicario episcopal en Tucumán.
Hace unos años regresó a su tierra, sin perder nunca contacto con Tucumán. ¡Que tenga un feliz cumpleaños!
Nació el 12 de abril de 1915 en el pueblito francés de Juncalas. En ese momento, Francia estaba envuelta en la Primera Guerra Mundial, y su padre revistaba en el ejército. Pero al nacer León, como era su quinto hijo, le permitieron regresar y trabajar en una fábrica. “Él me dio la vida y yo se la salvé”, comentaba el padre Marqué. En efecto, su progenitor se salvó así de participar en la tremenda batalla de Verdún.
Una fuerte vocación lo llevó a cursar el seminario. Pero en marzo de 1939, fue movilizado como soldado raso a la frontera con Bélgica. Poco después, se iniciaba la Segunda Guerra Mundial. En febrero de 1940 lo llevaron a Francia para unos días de descanso. Allí preguntaron quienes estaban dispuestos a ir a las colonias de África para hacer reclutamiento. “Me ofrecí y Dios me salvó con esa decisión”. Meses más tarde, los tanques de Rommel “aniquilaron a dos terceras partes de mi regimiento”.
En 1942 se ordenó sacerdote y viajó a la Argentina, destinado al Colegio Sagrado Corazón. Llegó al país tras 45 días de un sufrido viaje en barco. Iniciaría así su permanencia de más de sesenta años entre nosotros. Fue profesor y director del Sagrado Corazón, y también del Colegio San Miguel, de Buenos Aires. Dirigió la Escuela Apostólica, fue maestro de novicios, párroco del Santísimo Sacramento, delegado del Superior General para Argentina y vicario episcopal en Tucumán.
Hace unos años regresó a su tierra, sin perder nunca contacto con Tucumán. ¡Que tenga un feliz cumpleaños!