31 Agosto 2015
HASTA PRONTO. Desde Tucumán partieron Daniel Pérez (videoanalista), Santamarina, Keir Whenham-Flatt (preparador físico), Sánchez, Noguera Paz y Hourcade. la gaceta / foto de antonio ferroni
Se acabó lo que se daba. Este pequeño oasis de dos semanas libres de tensiones profesionales y cargadas de afecto hogareño llegó a su fin, y es momento de volver a rodar. O mejor dicho, a volar. La sala de embarque del aeropuerto Benjamín Matienzo vio partir ayer una vez más a la delegación tucumana de los Pumas, compuesta por Nicolás Sánchez y Lucas Noguera Paz (jugadores), Daniel Hourcade (head coach), José “Cheto” Santamarina (mánager deportivo) y Daniel Pérez (encargado de videoanálisis). Junto a ellos, uno que no salta porque es inglés: Keir Wenham-Flatt, preparador físico de EXOS (centro de alto rendimiento donde Los Pumas realizan todos los años su pretemporada), quien se incorporó al cuerpo de “profes” argentino para el Mundial.
Al mediodía arribaron a Buenos Aires, al igual que el resto de los jugadores y miembros del staff lo hizo desde sus respectivas provincias. Ya todos juntos, hoy, a las 13.05, abordarán el vuelo 244 de British Airways que los llevará hacia Leicester, Inglaterra, donde el próximo sábado jugarán el último amistoso antes de su participación en el Mundial, frente a Leicester Tigers.
“Acá estamos, despidiéndonos de nuestra familia y de nuestros amigos, pero ya con la mente puesta en el Mundial. Fueron días muy lindo, en los que traté de volver al club, a ver a los amigos, pero también exigentes, ya que lo tuvimos a Keir trabajando con nosotros”, contó Sánchez.
De todos, el más ansioso fue el mismo Hourcade. “No quiero subirme al avión, ya quiero estar allá. No veo la hora de llegar a Inglaterra y empezar a entrenar, a preparar la estrategia. En fin, a hacer lo que nos gusta. Todo este movimiento me pone más nervioso que un partido contra los All Blacks. Así que estoy disfrutando esto, pero a la vez deseando que pase rápido, porque sinceramente no veo la hora de que llegue el 20 de septiembre. Todo este tiempo nos hemos preparado para este momento que ya está llegando”, se sinceró “Huevo”.
Como los demás, el entrenador decidió usar estos días para bajar revoluciones, poner la cabeza en remojo y dejarla lista para el tirón que se viene. “Venimos trabajando ordenadamente, tenemos todo organizado, así que en ese sentido no hay mucho más para hacer. Quedan algunas cosas, pero son mínimas. Fueron dos semanas que sirvieron para la cabeza, para despejarse después del Rugby Championship y volver desesperados por estar en Inglaterra”, resumió Hourcade.
Desesperación seguramente habrá de sobra. Al fin y al cabo, hay un Mundial esperando. Pero todavía falta: luego del amistoso en Leicester, tendrán una última semana de preparación en Faro, al sur de Portugal. Entonces, el domingo 13, Los Pumas entrarán oficialmente en el Mundial.
Al mediodía arribaron a Buenos Aires, al igual que el resto de los jugadores y miembros del staff lo hizo desde sus respectivas provincias. Ya todos juntos, hoy, a las 13.05, abordarán el vuelo 244 de British Airways que los llevará hacia Leicester, Inglaterra, donde el próximo sábado jugarán el último amistoso antes de su participación en el Mundial, frente a Leicester Tigers.
“Acá estamos, despidiéndonos de nuestra familia y de nuestros amigos, pero ya con la mente puesta en el Mundial. Fueron días muy lindo, en los que traté de volver al club, a ver a los amigos, pero también exigentes, ya que lo tuvimos a Keir trabajando con nosotros”, contó Sánchez.
De todos, el más ansioso fue el mismo Hourcade. “No quiero subirme al avión, ya quiero estar allá. No veo la hora de llegar a Inglaterra y empezar a entrenar, a preparar la estrategia. En fin, a hacer lo que nos gusta. Todo este movimiento me pone más nervioso que un partido contra los All Blacks. Así que estoy disfrutando esto, pero a la vez deseando que pase rápido, porque sinceramente no veo la hora de que llegue el 20 de septiembre. Todo este tiempo nos hemos preparado para este momento que ya está llegando”, se sinceró “Huevo”.
Como los demás, el entrenador decidió usar estos días para bajar revoluciones, poner la cabeza en remojo y dejarla lista para el tirón que se viene. “Venimos trabajando ordenadamente, tenemos todo organizado, así que en ese sentido no hay mucho más para hacer. Quedan algunas cosas, pero son mínimas. Fueron dos semanas que sirvieron para la cabeza, para despejarse después del Rugby Championship y volver desesperados por estar en Inglaterra”, resumió Hourcade.
Desesperación seguramente habrá de sobra. Al fin y al cabo, hay un Mundial esperando. Pero todavía falta: luego del amistoso en Leicester, tendrán una última semana de preparación en Faro, al sur de Portugal. Entonces, el domingo 13, Los Pumas entrarán oficialmente en el Mundial.