Por Alberto Horacio Elsinger
28 Diciembre 2015
CONTRASTE. La vieja estación hoy es sede comunal. Los inmensos silos al frente y atrás, el club Barot, las casas nuevas y la nueva iluminación. LA GACETA / FOTOS DE OSVALDO RIPOLL
El calor es un tirano en Siete de Abril. “Aquí el agua es como el oro: escasa, valiosa y muy requerida”, comenta un lugareño de la ahora comuna ubicada al noreste de San Miguel de Tucumán, en el departamento Burruyacú. El trazado urbano, localizado sobre la nueva traza de la ruta nacional N° 34, es uno de los tantos pueblos de esta región que hasta mediados del siglo XX vivió de obrajes madereros, y que hoy extraña al ferrocarril.
Aunque la temperatura durante el día se mimetiza con la de un horno pizzero, la serenidad del lugar no se altera. No obstante, un grupo de obreros de la comuna local quiebra la monotonía del lugar sobre la calle del acceso sur a esta comuna. Ellos construyen los cordones cunetas de esta arteria, que no tiene nombre, al igual que las otras calles del pueblo.
Polémica nominación
La misma calma que caracteriza al pueblo exhibe Néstor Alberto “Piquiri” Coronel. El archivero e historiador de esta localidad de triple frontera -de la cual es hijo dilecto, desde hace 77 años- sabe todo de estos pagos tucumano-salteño-santiagueño. “El pueblo se llamaba Toro Muerto hasta 1930, cuando se empezó a denominar 7 de Abril”, contó a manera de introducción.
¿Por qué ese nombre?, se interroga, y le gana de mano a su interlocutor. “Mire, esta cuestión provoca tantos misterios y conjeturas como la zamba de igual nominación. Y al respecto hay cuatro teorías: una por un amor no correspondido; otra, porque el ferrocarril llegó aquí el 7 de abril de 1908. La tercera, y más verosímil, es porque el 7 de abril de 1840 se generó la Coalición o Liga del Norte contra el tirano Rosas. La cuarta y última, de otro investigador (que ni él mismo se da crédito), dice que el 7 de abril de 1695 se fundó oficialmente la ciudad de Catamarca”, detalló el memorioso “Piquiri” Coronel.
Pasión o Historia
Respecto de la historia de amor, Coronel aclaró que está más vinculada con el título de la zamba. “Dicen en el pueblo que la fecha del 7 de abril evoca una historia de amor prohibido. Un joven de familia acomodada se enamoró de una dama de origen humilde. Pero, la relación no fue aprobada por la familia del joven. El muchacho se fue a la Universidad y volvió recibido de abogado. Fue nombrado juez de paz de Toro Muerto y debió casar a la mujer que amaba con otro hombre, un 7 de abril”.
Por otro lado, añadió el inquieto vecino, “el 7 de Abril se conmemora el levantamiento de Tucumán contra el gobierno de Juan Manuel de Rosas. La proclama fue el 7 de Abril de 1840, cuando Marco Avellaneda encabezó el pronunciamiento de la llamada “Liga del Norte”. Rosas respondió enviando tropas al mando del general uruguayo Manuel Ceferino Oribe y Viaña y el coronel Mariano Mazza, para que reprimiera a los insurrectos comandados por el general Juan Galo de Lavalle. Los rebeldes fueron derrotados en Famaillá. Avellaneda huyó al norte, pero Oribe lo alcanzó en Metán y lo fusiló. Llevaron la cabeza del ´mártir de Metán´ a Tucumán y la expusieron en la plaza principal (Independencia) durante varios días”.
Características
El pueblo con nombre de zamba y de fecha que también conmemora el Día Nacional de la Zamba se caracteriza por sus calles de tierra. Todavía conserva gran parte del predio y varias vías de la vieja estación del tren del ramal Las Cejas-Antillas, del ex Belgrano, aún de pie, pero remozada y convertida en sede comunal. Además, los gigantes silos que lucen imponentes en la otrora playa ferroviaria, amedrentan al visitante. Sin embargo lo ubican en la nueva realidad de la zona. Antes, los árboles, que hoy tanto escasean, eran el origen de la arrolladora actividad maderera. “Había tanto quebracho blanco y colorado, que éramos la envidia del país”, contó Esteban González.
TV satelital
Otra de las curiosidades del paisaje de Siete de Abril son las antenas satelitales. Abundan tanto en los techos de las casas centenarias como de las más modernas, de las precarias y de los módulos habitacionales. Y ese contraste, de pretérito y futuro, de tecnología y de estancamiento, es tan evidente como caprichoso. Tan caprichoso como las leyendas de fantasmas y aparecidos que pululan por esta región.
NO RECONOCIDO.- Los pobladores cuentan que hace tres o cuatro años murió un nieto, no reconocido, de don Honorio Barot. Dicen que era hijo de Luis Barot, el primogénito del pionero galo, y una empleada. Se llamaba Manuel Nemesio Mendoza y llevaba el apellido materno.
MAS GENTE.- Hasta 2010 había más de 500 habitantes en el pueblo. En la actualidad hay 1.500 y 3.500 en la jurisdicción comunal.
DESDICHADO.- Hubo un inmigrante de origen alemán que se instaló en Siete de Abril. Era una persona generosa y próspero comerciante. Después de enviudar se casó en segunda nupcias. Pero un desengaño lo privó de su vida.
FANTASMAS.- El hombre de negro con sombrero se pasea de noche por el pueblo. Nadie conoce su rostro y cuando aparece, aturde el ladrido de los perros. Quien intenta verlo corre el riesgo de morirse en el acto. También aquí el perro Familiar hizo estragos entre 1910 y 1935.
OBRAS.- Desde hace tres años Siete de Abril fue dotado de una planta potabilizadora de agua y de un pozo más. Se inauguró la plaza, se construyeron más de 400 módulos habitacionales y se hicieron cordones cunetas.
Aunque la temperatura durante el día se mimetiza con la de un horno pizzero, la serenidad del lugar no se altera. No obstante, un grupo de obreros de la comuna local quiebra la monotonía del lugar sobre la calle del acceso sur a esta comuna. Ellos construyen los cordones cunetas de esta arteria, que no tiene nombre, al igual que las otras calles del pueblo.
Polémica nominación
La misma calma que caracteriza al pueblo exhibe Néstor Alberto “Piquiri” Coronel. El archivero e historiador de esta localidad de triple frontera -de la cual es hijo dilecto, desde hace 77 años- sabe todo de estos pagos tucumano-salteño-santiagueño. “El pueblo se llamaba Toro Muerto hasta 1930, cuando se empezó a denominar 7 de Abril”, contó a manera de introducción.
¿Por qué ese nombre?, se interroga, y le gana de mano a su interlocutor. “Mire, esta cuestión provoca tantos misterios y conjeturas como la zamba de igual nominación. Y al respecto hay cuatro teorías: una por un amor no correspondido; otra, porque el ferrocarril llegó aquí el 7 de abril de 1908. La tercera, y más verosímil, es porque el 7 de abril de 1840 se generó la Coalición o Liga del Norte contra el tirano Rosas. La cuarta y última, de otro investigador (que ni él mismo se da crédito), dice que el 7 de abril de 1695 se fundó oficialmente la ciudad de Catamarca”, detalló el memorioso “Piquiri” Coronel.
Pasión o Historia
Respecto de la historia de amor, Coronel aclaró que está más vinculada con el título de la zamba. “Dicen en el pueblo que la fecha del 7 de abril evoca una historia de amor prohibido. Un joven de familia acomodada se enamoró de una dama de origen humilde. Pero, la relación no fue aprobada por la familia del joven. El muchacho se fue a la Universidad y volvió recibido de abogado. Fue nombrado juez de paz de Toro Muerto y debió casar a la mujer que amaba con otro hombre, un 7 de abril”.
Por otro lado, añadió el inquieto vecino, “el 7 de Abril se conmemora el levantamiento de Tucumán contra el gobierno de Juan Manuel de Rosas. La proclama fue el 7 de Abril de 1840, cuando Marco Avellaneda encabezó el pronunciamiento de la llamada “Liga del Norte”. Rosas respondió enviando tropas al mando del general uruguayo Manuel Ceferino Oribe y Viaña y el coronel Mariano Mazza, para que reprimiera a los insurrectos comandados por el general Juan Galo de Lavalle. Los rebeldes fueron derrotados en Famaillá. Avellaneda huyó al norte, pero Oribe lo alcanzó en Metán y lo fusiló. Llevaron la cabeza del ´mártir de Metán´ a Tucumán y la expusieron en la plaza principal (Independencia) durante varios días”.
Características
El pueblo con nombre de zamba y de fecha que también conmemora el Día Nacional de la Zamba se caracteriza por sus calles de tierra. Todavía conserva gran parte del predio y varias vías de la vieja estación del tren del ramal Las Cejas-Antillas, del ex Belgrano, aún de pie, pero remozada y convertida en sede comunal. Además, los gigantes silos que lucen imponentes en la otrora playa ferroviaria, amedrentan al visitante. Sin embargo lo ubican en la nueva realidad de la zona. Antes, los árboles, que hoy tanto escasean, eran el origen de la arrolladora actividad maderera. “Había tanto quebracho blanco y colorado, que éramos la envidia del país”, contó Esteban González.
TV satelital
Otra de las curiosidades del paisaje de Siete de Abril son las antenas satelitales. Abundan tanto en los techos de las casas centenarias como de las más modernas, de las precarias y de los módulos habitacionales. Y ese contraste, de pretérito y futuro, de tecnología y de estancamiento, es tan evidente como caprichoso. Tan caprichoso como las leyendas de fantasmas y aparecidos que pululan por esta región.
NO RECONOCIDO.- Los pobladores cuentan que hace tres o cuatro años murió un nieto, no reconocido, de don Honorio Barot. Dicen que era hijo de Luis Barot, el primogénito del pionero galo, y una empleada. Se llamaba Manuel Nemesio Mendoza y llevaba el apellido materno.
MAS GENTE.- Hasta 2010 había más de 500 habitantes en el pueblo. En la actualidad hay 1.500 y 3.500 en la jurisdicción comunal.
DESDICHADO.- Hubo un inmigrante de origen alemán que se instaló en Siete de Abril. Era una persona generosa y próspero comerciante. Después de enviudar se casó en segunda nupcias. Pero un desengaño lo privó de su vida.
FANTASMAS.- El hombre de negro con sombrero se pasea de noche por el pueblo. Nadie conoce su rostro y cuando aparece, aturde el ladrido de los perros. Quien intenta verlo corre el riesgo de morirse en el acto. También aquí el perro Familiar hizo estragos entre 1910 y 1935.
OBRAS.- Desde hace tres años Siete de Abril fue dotado de una planta potabilizadora de agua y de un pozo más. Se inauguró la plaza, se construyeron más de 400 módulos habitacionales y se hicieron cordones cunetas.