17 Enero 2016
SECUELA. La madre del niño muestra la radiografía donde se observa el balín alojado en el brazo del pequeño. la gaceta / fotos de florencia zurita
Un niño de seis años tiene un balín de plomo alojado en el brazo derecho porque, según denunciaron sus padres, un pastor evangélico le disparó con un rifle de aire comprimido. El ataque sucedió el miércoles a las 18.30, en Bella Vista, cuando la víctima jugaba junto a otros chicos, de entre cinco y nueve años, en el predio de la iglesia protestante Hebrón.
El agresor, según consta en los registros de la comisaría de esa ciudad, fue identificado como Fernando Alderete y oficiaría como pastor en Bella Vista desde hace más de 10 años.
El oficial principal Flavio Sánchez informó ayer a LA GACETA que las actuaciones sobre el ataque fueron remitidas a la Fiscalía I, a cargo de Marta Mariana Rivadeneira, que cubre el primer turno de la Feria Judicial. “Solicitamos que nos autorice a realizar un allanamiento en la casa del acusado para ver si hallamos el rifle que supuestamente utilizó, pero todavía no nos enviaron ninguna notificación”, dijo Sánchez.
Situación de riesgo
Romina Carrazán y Gustavo Sandoval, padres de Nahuel, el niño herido, fueron entrevistados por LA GACETA y dieron su versión acerca de lo que pasó. “Los chicos estaban jugando acá (por la casa en la que viven) y después se fueron al predio. Eran seis chiquitos que no sé qué daño le podían hacer si el más grande tiene nueve años. Estaban jugando en un escenario que hay ahí y el pastor no tuvo mejor idea que agarrar un rifle a balines para correrlos”, explicaron.
El pequeño regresó a su casa ensangrentado. Sus padres lo llevaron al Hospital de Niños, donde los médicos les dijeron que no podían operarlo. Según el matrimonio, los especialistas indicaron que el proyectil quedó alojado en un área muy sensible del brazo. “Si lo operan tienen miedo de tocarle algún nervio que le pueda afectar la movilidad de la mano. No nos queda otra opción que esperar. Los médicos nos explicaron que este tipo de proyectiles suele circular por el cuerpo. Si llega a ubicarse en un lugar menos peligroso, lo podrán operar”, remarcó Carrazán.
Luego del ataque perpetrado por el pastor, Sandoval fue a increparlo en la iglesia que Alderete dirige pero, según dijo, se retiró del lugar para llevar a Nahuel al hospital.
“Fue sin querer”
Cuando la familia Sandoval regresó a su casa, el pastor Alderete -siempre según la versión del matrimonio- se acercó para hablar con ellos. “Vino a nuestra casa y nos dijo que hirió a nuestro hijo sin querer. También nos explicó que en realidad había hecho varios tiros al aire para que se fueran. Ahí le pregunté ¿si estaba disparando al aire, cómo hirió a mi hijo que estaba jugando en el piso? Por suerte no le pegó en la cara porque le podía haber sacado un ojo. Vino a pedir disculpas, pero demostró que no le interesa nada porque después de ese día no volvió a aparecer por acá para preguntar cómo estaba”, afirmaron Carrazán y Sandoval.
Los vecinos se mostraron preocupados. “Hace unas semanas había corrido con un látigo a otros chicos que estaban en el predio. Incluso él me dijo que ya estaba cansado de que los chicos se metan en el predio porque le rompían todo. Pero ese lugar es un centro recreativo y el lugar en donde tiene la iglesia era la construcción del hospital viejo. No sabemos cómo, pero ahora todo ese predio lo ocupó él”, subrayó Rafaela Sandoval, tía del menor que fue herido.
Roberto Paz señaló, por su parte, que el comportamiento de Alderete es cambiante. “Cuando ellos hacen alguna actividad vienen a buscar a los chicos casa por casa, pero ahora no quiere que los niños vayan a jugar en el predio”, remarcó.
Según los demandantes, el pastor hizo pintar en una de las paredes del predio una leyenda que dice “propiedad privada”. Pero ese cartel fue pintado -aseguran- después del ataque del que fue víctima su hijo.
El agresor, según consta en los registros de la comisaría de esa ciudad, fue identificado como Fernando Alderete y oficiaría como pastor en Bella Vista desde hace más de 10 años.
El oficial principal Flavio Sánchez informó ayer a LA GACETA que las actuaciones sobre el ataque fueron remitidas a la Fiscalía I, a cargo de Marta Mariana Rivadeneira, que cubre el primer turno de la Feria Judicial. “Solicitamos que nos autorice a realizar un allanamiento en la casa del acusado para ver si hallamos el rifle que supuestamente utilizó, pero todavía no nos enviaron ninguna notificación”, dijo Sánchez.
Situación de riesgo
Romina Carrazán y Gustavo Sandoval, padres de Nahuel, el niño herido, fueron entrevistados por LA GACETA y dieron su versión acerca de lo que pasó. “Los chicos estaban jugando acá (por la casa en la que viven) y después se fueron al predio. Eran seis chiquitos que no sé qué daño le podían hacer si el más grande tiene nueve años. Estaban jugando en un escenario que hay ahí y el pastor no tuvo mejor idea que agarrar un rifle a balines para correrlos”, explicaron.
El pequeño regresó a su casa ensangrentado. Sus padres lo llevaron al Hospital de Niños, donde los médicos les dijeron que no podían operarlo. Según el matrimonio, los especialistas indicaron que el proyectil quedó alojado en un área muy sensible del brazo. “Si lo operan tienen miedo de tocarle algún nervio que le pueda afectar la movilidad de la mano. No nos queda otra opción que esperar. Los médicos nos explicaron que este tipo de proyectiles suele circular por el cuerpo. Si llega a ubicarse en un lugar menos peligroso, lo podrán operar”, remarcó Carrazán.
Luego del ataque perpetrado por el pastor, Sandoval fue a increparlo en la iglesia que Alderete dirige pero, según dijo, se retiró del lugar para llevar a Nahuel al hospital.
“Fue sin querer”
Cuando la familia Sandoval regresó a su casa, el pastor Alderete -siempre según la versión del matrimonio- se acercó para hablar con ellos. “Vino a nuestra casa y nos dijo que hirió a nuestro hijo sin querer. También nos explicó que en realidad había hecho varios tiros al aire para que se fueran. Ahí le pregunté ¿si estaba disparando al aire, cómo hirió a mi hijo que estaba jugando en el piso? Por suerte no le pegó en la cara porque le podía haber sacado un ojo. Vino a pedir disculpas, pero demostró que no le interesa nada porque después de ese día no volvió a aparecer por acá para preguntar cómo estaba”, afirmaron Carrazán y Sandoval.
Los vecinos se mostraron preocupados. “Hace unas semanas había corrido con un látigo a otros chicos que estaban en el predio. Incluso él me dijo que ya estaba cansado de que los chicos se metan en el predio porque le rompían todo. Pero ese lugar es un centro recreativo y el lugar en donde tiene la iglesia era la construcción del hospital viejo. No sabemos cómo, pero ahora todo ese predio lo ocupó él”, subrayó Rafaela Sandoval, tía del menor que fue herido.
Roberto Paz señaló, por su parte, que el comportamiento de Alderete es cambiante. “Cuando ellos hacen alguna actividad vienen a buscar a los chicos casa por casa, pero ahora no quiere que los niños vayan a jugar en el predio”, remarcó.
Según los demandantes, el pastor hizo pintar en una de las paredes del predio una leyenda que dice “propiedad privada”. Pero ese cartel fue pintado -aseguran- después del ataque del que fue víctima su hijo.
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