Llamado a la reconciliación, apelando a la cultura del diálogo y el encuentro

“Tenemos que afrontar con rostro descubierto la cultura dominante, que quiere imponer modelos de vida sin Dios”, destacó el cardenal Re

MENSAJE DE DESPEDIDA. Re ofició la última misa del Congreso Eucarístico. la gaceta / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO MENSAJE DE DESPEDIDA. Re ofició la última misa del Congreso Eucarístico. la gaceta / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
20 Junio 2016

“Jesucristo, Señor de la Historia, te necesitamos”, fue la invocación motora del Congreso Eucarístico. El cardenal Giovanni Re la empleó en su homilía, la última de un encuentro religioso que conmovió a Tucumán por las impactantes muestras de fe que se sucedieron durante la semana pasada.

El enviado del Papa dejó conceptos interesantes en su mensaje, leído ante la multitud que copó ayer el hipódromo en un castellano correcto y comprensible. Algunos de esos pasajes sintetizan las motivaciones del Congreso y las conclusiones a las que se arribaron al cabo de talleres, charlas, conferencias e intercambios de pareceres.

“Esta ciudad llena de historia, en la cual hace 200 años fue declarada la independencia de Argentina, se ha convertido en estos días en un cenáculo abierto en el horizonte de la nación entera y en el corazón espiritual de todos los argentinos”.

“En nombre del Papa Francisco, a quien tengo el alto honor de representar, con intenso sentimiento saludo a todos los argentinos, deseando todo bien a cuantos viven en esta amada nación, de profundas raíces cristianas y fuertemente encaminada, con esperanza, hacia el futuro”.

“La fe nos asegura que Cristo, mediante los signos del pan y del vino, está realmente con nosotros en cuerpo, sangre, alma y divinidad. No es una afirmación vacía; no es sugestión, no es fantasía: es realidad”.

“En este mundo, orgulloso del progreso y de las maravillas conquistadas por la inteligencia humana, pero también desorientado y en búsqueda de razones para vivir y esperar, estamos llamados a reaccionar frente a las dificultades de nuestro momento histórico haciendo nuestras las palabras del apóstol Pedro: “Señor, ¿a quién iremos? Sólo tú tienes palabras de vida eterna”.

“Este Congreso es un fuerte llamado a acercarnos a Cristo y desde Él, y con Él, aprender qué significa ser cristianos. Es un llamado a no tener miedo a llamarnos cristianos y a manifestar nuestra fe, afrontando con rostro descubierto la cultura dominante que quiere imponer modelos de vida sin Dios”.

“Hay una gran necesidad de reedificar la familia y la sociedad sobre la roca de la fe en Dios y de su amor misericordioso”.

“Tú nos eres necesario, Divino Maestro, para conseguir una verdadera reconciliación entre los Argentinos en la justicia, en la fraternidad, en el amor y en la paz, para hacer crecer la cultura del dialogo y del encuentro”.

“La celebración del Congreso Eucarístico ‘en la benemérita y muy digna ciudad de San Miguel de Tucumán’ nos brinda una oportunidad para encontrarnos cerca de los lugares que dan a este Bicentenario un renovado fervor patriótico. Jesús en la Eucarístía es el mismo ayer, hoy y lo será siempre”.

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