Una organización “narco” que rompió con todos los moldes

Usaban el nombre de terceros para las ventas de bienes, con las que hacían ingresar el dinero al circuito financiero Crecieron a través de un contacto en el Litoral y aceitaron una forma de lavar el dinero

ALLANAMIENTOS. El lunes, la Policía Federal detuvo a dos presuntos miembros de la banda narco tucumana. policía federal ALLANAMIENTOS. El lunes, la Policía Federal detuvo a dos presuntos miembros de la banda narco tucumana. policía federal
21 Septiembre 2016
Con el correr de las horas surgen detalles sobre la organización narco que tenía base en la provincia para traficar, procesar y distribuir drogas a nivel nacional. Cómo importaban cocaína y marihuana, la manera de distribuirla y cuál era el sistema para ingresar el dinero al circuito financiero sorprendió a los investigadores.

La organización, según fuentes judiciales, comenzó a operar hace varios años, pero a gran escala recién hace por lo menos dos. Los investigadores confirmaron que en un principio se dedicaban a la compra de sustancias en Bolivia (cocaína) y en Paraguay (marihuana). El gran salto lo dieron cuando encontraron un contacto en una provincia del Litoral que les conseguía ambas drogas en tierra paraguaya.

El negocio marchaba viento en popa. En el expediente judicial figura que hasta llegaron a trasladar 1.000 kilos de “hierba” que, según las escuchas telefónicas, habrían sido distribuidos en la provincia y enviadas a Santiago del Estero, Córdoba y, posiblemente, Mendoza.

Hace unos seis meses, según los investigadores, algo pasó en el grupo. Al parecer, el problema que se había registrado con un cargamento causó una división. A partir de ese momento, la banda “narco” comenzó recibir golpe tras golpe.

Gendarmería Nacional y la Agencia Antinarcóticos Córdoba de la Policía Federal, sin saberlo, estaban investigando al mismo grupo. Los de verde se adelantaron cuando, por orden del juez federal de Santiago del Estero Guillermo Molinari, secuestraron más de 100 kilos de marihuana en Chaco. Allí detuvieron a los hermanos Walter y Ricardo García.

El hallazgo aceleró los tiempos de los investigadores cordobeses. Con autorización del juez federal Fernando Poviña realizaron varios allanamientos en distintos puntos de la ciudad. Si bien es cierto que no secuestraron drogas, encontraron elementos que podrían complicar a los procesados.

Entre otros, ubicaron el negocio donde supuestamente compraban tachos de 200 litros de aceite y grasa para esconder allí la droga y trasladarla a otras tierras. En una casa de venta de insumos agrícolas secuestraron acetonas y ácido sulfúrico, precursores químicos que normalmente se utilizan para “cocinar” y “estirar” cocaína. En una vivienda ubicaron una prensa para compactar la “blanca” y, horas después, en Termas de Río Hondo, detuvieron a su propietario, José García, hermano de los hombres detenidos en Chaco.

El otro arrestado en esta causa es Julio César Trayán, ex empleado del legislador oficialista Ramón “Cacho” Cano. Fuentes judiciales confirmaron que a través de las escuchas telefónicas que se realizaron se probaría la vinculación de Trayán con el negocio. Además, en el domicilio se incautó alguna documentación que respaldaría la hipótesis que maneja la Justicia.

La ruta del dinero

“Esta es una causa muy bien investigada. Tenemos varias pistas que seguirán siendo analizadas. El trabajo no terminará aquí”, señaló el juez Poviña en una charla con LA GACETA.

Una de las líneas de investigación que fue profundizada por los federales fue la ruta del dinero, es decir, que hacía el grupo con el efectivo que conseguían con el negocio. Al parecer, según consta en el expediente judicial, habrían logrado aceitar un mecanismo de compra y venta de bienes para poder “blanquear” el efectivo a nivel nacional.

Siempre de acuerdo con la hipótesis de los investigadores, los acusados buscaban a personas que quisieran prestarles sus nombres (se estiman que le pagaban entre $ 500 y $ 1.000 por cada operación) para realizar alguna compra. Luego de un tiempo, vendían esos bienes en otras provincias en operaciones que eran legales.

Los sospechosos, a través de esta maniobra, cumplían con dos objetivos: hacían ingresar el efectivo al circuito financiero (sin importar que perdieran dinero en la transacción) y sus nombres permanecían alejados de los controles de los organismos tributarios.

En una de las tres viviendas allanadas, según confiaron fuentes judiciales, encontraron documentación con la que se probaría que el grupo realizó unas 50 operaciones que, en total, rondarían los $ 10 millones.

No se informaron más detalles de esta operatoria porque no se descarta que la Justicia realice allanamientos en las empresas donde se realizaron las transacciones cuestionadas. Con el correr de las horas se podrían producir más novedades.

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