Macri desplegó ante el Papa su plan para combatir la pobreza y el narcotráfico

El Presidente calificó al Sumo Pontífice como un "líder moral".

EN EL VATICANO. Juliana Awada y Macri posan junto con el Papa y con sus hijas Agustina, Antonia y Valentina. dyn EN EL VATICANO. Juliana Awada y Macri posan junto con el Papa y con sus hijas Agustina, Antonia y Valentina. dyn
16 Octubre 2016
ROMA.- El presidente Mauricio Macri tuvo ayer una “buena reunión” con el papa Francisco en el Vaticano, a quien calificó como “un líder moral” y con quien tuvo “una charla larga (de una hora de duración) sobre lo que pasa en la Argentina y el mundo”; incluida la “preocupación compartida por la pobreza”, tras la que el Pontífice animó al mandatario a seguir “adelante”. El encuentro comenzó con un saludo cordial en la puerta de acceso y la invitación a pasar al lugar de la reunión. Cada uno se sentó a cada lado del escritorio de la sobria habitación en la que durante casi una hora Macri pudo escuchar las opiniones del Pontífice e intercambiaron puntos de vista sobre la agenda nacional e internacional.

En el segundo encuentro entre ambos en el año, y el cuarto desde que Francisco es Papa, tuvieron “una larga charla sobre lo que pasa en la Argentina y lo que está pasando en el mundo. Compartimos las preocupaciones como dos personas que hablan por teléfono e intercambian visiones”, apuntó Macri.“Siempre es positivo encontrarse con él y confirmar que para mí, siempre fue un líder moral”, repasó Macri en la conferencia de prensa que diera luego en la embajada argentina ante la Santa Sede. De hecho, el embajador ante el Vaticano, Rogelio Pfirter, fue el único miembro de la delegación que entró a la reunión cuando Macri y el Pontífice pasaron del estudio privado de la sala contigua.

Allí esperaba la “familia ampliada” del mandatario: su esposa Juliana Awada, la hija de ambos Antonia; la hija mayor de Macri, Agustina, y Valentina, la hija del matrimonio anterior de la Primera Dama. Todas posaron junto a Macri y al Papa para la foto que tomó el fotógrafo de L’Osservatore Romano, el diario oficial del Vaticano.

“Vine con una agenda de temas que quería compartir. Traje un montón de información sobre lo que hicimos estos meses, de las percepciones que tengo y quería saber sus opiniones. Fue muy útil”, indicó Macri.

El Presidente, además, contó que le llevó al Papa “los planos de las obras que estamos realizando en el país, pero Francisco se reveló como un ingeniero, ya que preguntaba con precisión sobre los detalles, de obras como la Hidrovía y el Plan Belgrano (contiene obras que se ejecutarán en el norte del país, con el fin de romper las asimetrías con otras zonas), por ejemplo”.

En esa línea, según narró luego el mandatario, la reunión tuvo pasajes con temas tanto nacionales como internacionales, de la lucha contra la pobreza y el narcotráfico en el país hasta la paz en el mundo y el cambio climático. “Fue una buena reunión, como estimo que siempre hemos tenido dos personas que nos conocemos hace mucho tiempo. Hablamos de los indicadores de pobreza en la Argentina, “una verdad compartida, aceptada ahora con los números del Indec, y que nos convoca a una tarea enorme en la que no tenemos que perder un segundo”, aseveró Macri.

En ese marco, durante la reunión que fue bien recibida en toda la comitiva de Gobierno, el papa Francisco elogió “fuertemente” la tarea de la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, y la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal. “Hablamos de la preocupación compartida sobre la pobreza y la necesidad de generar trabajo, educación, capacitación, y de volver a convocar a todos a la cultura del encuentro. Le mostré la enorme asistencia social que desplegamos en 10 meses, aumentando lo que había, y coincidimos en que el asistencialismo debe ser transitorio porque, sino, condena a mucha gente a la frustración”, explicó el Presidente.

También la batalla contra el narcotráfico estuvo en la agenda. “Me reiteró que es una batalla en la que no hay que ceder y que la frontera es el primer paso”, afirmó Macri en diálogo con la prensa.

Además de la realidad argentina, los dos jefes de Estado tocaron las preocupaciones comunes por el mundo, entre ellas “la agenda por la paz”, frente a la que el Pontífice transmitió su “preocupación”. Fue un capítulo aparte el tema Colombia, al que Macri calificó como “el conflicto que se siente más cercano para los argentinos” y para el que tanto él como Francisco esperan “un proceso de paz consolidado”. (Télam)

PUNTOS DE VISTA

El "efecto Antonia"

El “efecto Antonia”

La hija de Mauricio Macri y de Juliana Awada, contribuyó a distender la segunda audiencia, de por sí informal y no protocolar, entre el Papa y el Presidente argentino. Una charla larga entre dos personas que se conocen y que al parecer sirvió para avanzar en el camino de la reconciliación, después de años de desconfianzas mutuas.

Fue casi una hora de diálogo distendido, en la que el primer mandatario escuchó los consejos de Jorge Bergoglio, a quien considera “un líder moral”, e intentó ponerlo al tanto de la gestión de gobierno. Un tiempo prudencial para compartir la preocupación por la pobreza y el narcotráfico, y coincidir en la necesidad de trabajar por la unidad e inclusión de los argentinos.

El hecho de tratarse de una audiencia “no oficial” y desarrollarse en un estudio adjunto al Aula Pablo VI, y no en el Palacio Apostólico como ocurrió en la primera, hizo que los dos hablaran abiertamente y sin rispideces sobre la situación en el país y en el mundo.

En la previa, tanto el Gobierno como el Vaticano contribuyeron con gestos para mejorar la relación y evitar las especulaciones sobre tiempos, sonrisas y discrepancias políticas entre Macri y Francisco.

La edición argentina del diario L’Osservatore Romano, medio que difundió las imágenes, sintetizó en un tuit el clima que tuvo la reunión: “Sonrisas entre la familia de @mauriciomacri y un cálido Papa Francisco, en una audiencia marcada por la cercanía y la cultura del encuentro”.

Rompiendo el hielo

El Presidente hizo todo para pasar de la rigidez del protocolo a la cercanía, esa que prefiere Bergoglio. El Papa también hizo su aporte al romper el hielo con una pregunta inesperada que le hizo a Macri apenas lo tuvo cara a cara: “¿cómo le fue con la bicicleteada con el cardenal (Mario) Poli?”

Francisco lo consultaba sobre la vuelta en bicicleta por las calles de Roma que ayer había compartido con el purpurado porteño. Una propuesta que el jefe de Estado le hizo al arzobispo de Buenos Aires durante el vuelo de Alitalia que los llevó a la Ciudad Eterna.

Pero quien más influyó para este nuevo clima relacional entre el Papa y Macri fue Antonia, la hija del mandatario, por la que el pontífice tiene debilidad y cuya ausencia le había reprochado en aquel primer encuentro protocolar de 22 minutos que tuvieron en febrero.

La presencia de la niña de 5 años cambió las cosas y le arrancó más de una sonrisa a Bergoglio, en particular cuando le preguntó si tenía papás, si dormía con la misma ropa y qué comía. Una muestra de que, a veces, la ternura infantil puede más que la alta política.

Causas y efectos del encuentro

Macri tuvo una reunión con el Papa mucho más cordial que la vez anterior y ello fue consecuencia de un cambio de actitud hacia él. El Presidente, fue resolviendo los problemas que entorpecían la relación. El primero de ellos, es su posición frente al aborto. Francisco está dispuesto a flexibilizar varios puntos de la doctrina católica, pero no el aborto. Como jefe de Gobierno porteño, había tenido una actitud ambigua o incluso favorable. Cuando el 24 de junio, en su discurso de clausura del Congreso Eucarístico Nacional realizado en Tucumán, dijo textualmente “me comprometo a defender la vida de la concepción”, removió el problema más importante en la relación. 

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Ese mismo día, resolvió también el segundo: aceptó que el Episcopado sea su interlocutor -como plantea el Vaticano-, y que su relación no debe ser directa con el Papa, al hablar ante todo los obispos. El tercer problema, era la posición de Macri de que la relación con el Vaticano debía ser “de Estado a Estado”, como lo dijera más de una vez. El primer encuentro, fue en ese marco. Pero el Papa antes que un jefe de Estado, es una líder moral y el jefe de una de las religiones más importantes del mundo.

Dos semanas atrás, Francisco I dio una señala clara, al decir que “seguía viajando con el pasaporte argentino”. Esta segunda reunión, no fue una visita de Estado, sino extra-oficial, abandonando Macri su posición anterior. Por último, el encuentro con el Papa, fue la primera vez que Macri presentó su familia “ensamblada” y no sólo su hija menor. No es casual que la visita al Papa haya sido la oportunidad para ese cambio de actitud, que también tiene efectos políticos. En estos días, en la Universidad Católica Argentina -un ámbito confesional-, el rector (Víctor Fernández), acompañó a la Reina de Holanda (Máxima) y al ministro de Hacienda y Finanzas (Alfonso Prat-Gay) en la presentación del programa de microcréditos.

Más indicios

En la discusión dentro de la CGT respecto del paro se impuso la postura de postergarlo ante el encuentro de Macri con Francisco I. Y luego, oficialmente, se convocó a la mesa del diálogo. Sin que implique comprometer la opinión del Papa, una persona con acceso a él (Gustavo Vera), dijo públicamente que el Papa había ayudado a Cristina a terminar su mandato y ahora iba a evitar un “estallido social” en el gobierno de Macri. Puede parecer una exageración, pero algunos hechos parecen confirmarlo.

Conclusión: Macri ha tenido una reunión más cordial con el Papa, tras resolver los problemas que podían afectar la relación entre ambos y esta situación tiene efectos políticos, como la postergación del paro y la puesta en marcha del diálogo con el sindicalismo y el empresariado.

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