Video: comenzó el histórico juicio contra el “Clan Ale”

Son 16 los acusados de haber integrado una asociación ilícita. El delito principal que se les atribuye es el de lavado de dinero que se habría originado en actividades ilícitas.

CARIÑOSOS. El “Monito” Eduardo Ale se acercó en cada ocasión que pudo a abrazar y besar a su padre, “El Mono”.  CARIÑOSOS. El “Monito” Eduardo Ale se acercó en cada ocasión que pudo a abrazar y besar a su padre, “El Mono”.
17 Diciembre 2016
La tensión reinó en la sala del Tribunal Oral Federal (TOF) durante las cinco horas y 10 minutos que duró la primera audiencia del juicio contra el “Clan Ale”, el primer proceso oral por presunto lavado de dinero de origen ilegal que se realiza en Tucumán. Se notó en los rostros severos, en las miradas clavadas en el piso, en el llanto de los familiares de acusados que colmaron el público y en las pocas pero encendidas intervenciones de algunos defensores.

El único momento en el que se rompió el clima para dar lugar a algunas risas fue cuando se citó un fragmento de una carta de la imputada Jesús Rivero a Rubén “La Chancha” Ale que forma parte de la prueba. “La gerenciadora que en definitiva era tuya porque el boludo de Roberto (posiblemente por el imputado Dilascio) era un prestanombre”, se leyó. Rivero miró a Dilascio, que estaba sentado a su lado, y ambos rieron. Lo hicieron también otros de los acusados.

Paso formal

A las 14.30 estaba todo listo. Quince de los 16 imputados esperaban sentados en sus asientos, las partes en sus sitios y los jueces Alicia Noli, Gabriel Casas y Carlos Jiménez Montilla en el estrado. El único que faltaba era “La Chancha”, quien se sospecha lideraba la banda junto a su hermano Ángel “El Mono” Ale.

Diez minutos después, las puertas de vidrio de la sala de audiencias se abrieron, el resto de los acusados tuvo que hacer espacio y él entró en silla de ruedas, acompañado por una enfermera. El acto comenzó de inmediato.

Ayer sólo se cumplió con un paso formal. El debate se reanudará el tres de febrero y en la primera jornada se efectuarán una batería de presentaciones, según adelantaron las defensas. Luego recién se abrirá el debate y comenzarán a producirse pruebas mediante la declaración de los testigos.

Ayer se leyeron el requerimiento fiscal de elevación a juicio (intervienen los fiscales Pablo Camuña y Agustín Chit) y los requerimientos de las querellas de la Unidad de Información Financiera (UIF), representada por Gabriel Merola y Martín Olari Ugrotte, y de la AFIP, cuyas abogadas son Lucía Trabadelo y Daniela Artaza.

Los documentos contienen las acusaciones de los 16 imputados. Figuran los posibles delitos de lavado de activos, asociación ilícita, evasión impositiva, presunta producción y venta de estupefacientes, cobro extorsivo de acreencias propias y ajenas y tenencia ilegítima de armas de fuego.

La lista de sospechosos encabezada por los Ale, Rivero y Dilascio se completa con Fabián González, Ernesto Catulo, María Florencia Cuño, Julia Picone, Valeria Bestán, Enrique Chanampa, José Lucero, Hernán Lazarte, Víctor Suárez, Sergio Parrado, César Manca y Carlos Ocampos.

Sin celos.- María Florencia Cuño y María Jesús Rivero, la actual pareja y la ex de Rubén Ale, se sentaron juntas y dialogaron durante un buen rato. Del otro lado de Rivero se sentó Roberto Dilascio.

Concentrados en su charla.- Ángel Ale no le prestó demasiada atención a la lectura de la acusación. Durante casi toda la primera audiencia estuvo dialogando con sus abogados, Víctor Taleb y Cergio Morfil.

La fila del cariño.- Cuando el Tribunal (foto) ordenó pasar a un cuarto intermedio y le permitió a Rubén Ale pasar a otra sala por su estado de salud, este decidió quedarse en el recinto. En ese momento se formó una larga fila de familiares para darle un beso, abrazarlo y preguntarle cómo estaba. Una enfermera le tomó la presión, lo auscultó y le dio agua. Al lado del acusado siempre hubo un tanque de oxigeno y un aparato con desfibriladores por su deteriorado estado de salud.

Sala llena.- Alrededor de 90 espectadores asistieron a la primera audiencia del juicio y llenaron la sala del TOF. De hecho, tuvieron que poner sillas de plástico para que pudieran sentarse. Más de uno se cruzó de brazos y sucumbió al sueño durante la extensa lectura de la acusación.

Paso restringido.- Los únicos vehículos que pudieron transitar por la calle Chacabuco fueron las vehículos que trasladaron a los acusados privados de su libertad y a los gendarmes. Estos últimos se mantuvieron recelosos durante la audiencia y en todo momento dejaron en claro a los espectadores que debían mantenerse sentados. Esta medida incluyó a los reporteros gráficos, camarógrafos y periodistas.

Zona abarrotada.- Los 16 acusados, los 14 defensores, algunos colaboradores y efectivos de Gendarmería y unidades carcelarias abarrotaron la zona ubicada a la derecha del estrado y a la izquierda de los espectadores. Tuvieron que poner tres filas de sillas para que abogados y procesados pudieran sentarse.

Papel misterioso.- Víctor Suárez, uno de los acusados, se bajó de la combi que lo traslado desde el penal de Pinto con una carpeta en las manos. No la soltó ni siquiera cuando lo liberaron de las esposas. El procesado dio a entender que en los próximos días dará a conocer el contenido de los papeles que tenía, pero se estima que están relacionados con la denuncia que hizo en contra de Susana Trimarco.

Relevos.- Es tan extensa la acusación que tres personas de la Secretaría se turnaron para leerla. Todos los abogados de los acusados solicitaron que se la acortara porque querían ejercer su derecho a defensa, pero recién lo podrán hacer en febrero.

Elegantes.- Enrique Santos Catulo, César Manca y Ángel Ale fueron los únicos procesados que asistieron con saco de vestir. A la luz de la bajísima temperatura que había en el TOF por los potentes aires acondicionados, además de darles un aire de elegancia, estas prendas los protegieron del frío.

Sin comentarios.- “Buenas tardes. He decidido que no voy a hablar con la prensa hasta que pase a prestar mi declaración. Muchas gracias”, fueron las únicas palabras que le dirigió María Jesús Rivero a LA GACETA.

LA DESPEDIDA.- Con la primera jornada del juicio finalizada, los familiares de los imputados se amontonaron en la calle para saludarlos antes de que los subieran a las combis para devolverlos a las celdas que ocupan.

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