22 Enero 2017
DOS AÑOS DE SU MUERTE. Un manifestante sostiene un cartel de Nisman en la última marcha en su memoria. Reuters
BUENOS AIRES.- Estuvo a cargo de la parte inicial de la investigación por la muerte dudosa Alberto Nisman, el fiscal especial de la causa por el atentado a la AMIA. Y aunque no logró dilucidar las circunstancias del hecho y se le impute una posible destrucción de pruebas, la ex fiscal Viviana Fein insistió en defender su pesquisa.
“Gracias a Dios que estuve adentro del baño (donde fue hallado el cuerpo de Nisman) para supervisar lo que pasaba. Si no, hubieran dicho, ¿por qué no estaba?”, relató la ex magistrada, ya jubilada de ese cargo.
Fein también cuestionó a la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, ex mujer de Nisman y madre de las dos hijas del fallecido fiscal federal. Según Fein, Arroyo Salgado “tenia un interés particular” en realizar una segunda autopsia que -dijo- nunca solicitó de modo formal.
La ex fiscal, además, aseguró que nada ha desmentido la versión dada por Diego Lagomarsino, el técnico informático que admitió haberle prestado a Nisman el arma de la que salió el disparo letal. Según Arroyo Salgado, ese especialista en realidad está ligado a los servicios de inteligencia y tiene una relación directa con la muerte del fiscal.
Ratificando datos
La ex fiscal volvió a sostener que la data de muerte, según la autopsia, fue el domingo 18 de enero de 2015, por la mañana, y no en la noche del sábado 17, como sostiene la querella.
A dos años del hecho, Fein en repasó los detalles del caso, a dos años del hecho, y de cómo se efectuó la recolección de pruebas en el departamento donde fue hallado muerto Nisman.
En diciembre pasado, el fiscal Eduardo Taiano -a cargo de investigar la muerte del fiscal del caso AMIA- imputó a Fein, al ex secretario de Seguridad kirchnerista Sergio Berni y a un grupo de policías para saber si hubo irregularidades “intencionales” en la falta de preservación de las pruebas. Además, deberá determinar si ese eventual daño sobre las evidencias tuvo el objetivo de encubrir otro delito.
Al recordar esa noche, y sin querer avanzar en lo que será su defensa técnica, la fiscal Fein subrayó el papel que desempeñó Sara Garfunkel. “La madre de Nisman es la mayor garante de que nadie entró en el baño (de forma irregular)”, relató.
Y añadió: “cuando yo ingreso (al departamento) no había desorden. Todos los pormenores que hacen a las circunstancias que en la actualidad me han sido imputadas, van a ser contestadas ante la autoridad judicial competente.
Expresó que se sintió molesta cuando algunos medios difundieron que ella había “chancleteado” la sangre. “Nadie afectó (la escena). El primero que entra es el personal policial de fotografía y videofilmación, que va caminando delante mío”, añadió. Fein remarcó que “nunca nadie pidió la indagatoria” por homicidio en contra de Lagomarsino. “Cuando hay una persona que está imputado de un delito menor, me deben demostrar por pruebas, que nunca se aportaron, su vinculación, añadió”. (DyN)
“Gracias a Dios que estuve adentro del baño (donde fue hallado el cuerpo de Nisman) para supervisar lo que pasaba. Si no, hubieran dicho, ¿por qué no estaba?”, relató la ex magistrada, ya jubilada de ese cargo.
Fein también cuestionó a la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, ex mujer de Nisman y madre de las dos hijas del fallecido fiscal federal. Según Fein, Arroyo Salgado “tenia un interés particular” en realizar una segunda autopsia que -dijo- nunca solicitó de modo formal.
La ex fiscal, además, aseguró que nada ha desmentido la versión dada por Diego Lagomarsino, el técnico informático que admitió haberle prestado a Nisman el arma de la que salió el disparo letal. Según Arroyo Salgado, ese especialista en realidad está ligado a los servicios de inteligencia y tiene una relación directa con la muerte del fiscal.
Ratificando datos
La ex fiscal volvió a sostener que la data de muerte, según la autopsia, fue el domingo 18 de enero de 2015, por la mañana, y no en la noche del sábado 17, como sostiene la querella.
A dos años del hecho, Fein en repasó los detalles del caso, a dos años del hecho, y de cómo se efectuó la recolección de pruebas en el departamento donde fue hallado muerto Nisman.
En diciembre pasado, el fiscal Eduardo Taiano -a cargo de investigar la muerte del fiscal del caso AMIA- imputó a Fein, al ex secretario de Seguridad kirchnerista Sergio Berni y a un grupo de policías para saber si hubo irregularidades “intencionales” en la falta de preservación de las pruebas. Además, deberá determinar si ese eventual daño sobre las evidencias tuvo el objetivo de encubrir otro delito.
Al recordar esa noche, y sin querer avanzar en lo que será su defensa técnica, la fiscal Fein subrayó el papel que desempeñó Sara Garfunkel. “La madre de Nisman es la mayor garante de que nadie entró en el baño (de forma irregular)”, relató.
Y añadió: “cuando yo ingreso (al departamento) no había desorden. Todos los pormenores que hacen a las circunstancias que en la actualidad me han sido imputadas, van a ser contestadas ante la autoridad judicial competente.
Expresó que se sintió molesta cuando algunos medios difundieron que ella había “chancleteado” la sangre. “Nadie afectó (la escena). El primero que entra es el personal policial de fotografía y videofilmación, que va caminando delante mío”, añadió. Fein remarcó que “nunca nadie pidió la indagatoria” por homicidio en contra de Lagomarsino. “Cuando hay una persona que está imputado de un delito menor, me deben demostrar por pruebas, que nunca se aportaron, su vinculación, añadió”. (DyN)