01 Febrero 2017
ACUSACIÓN. Ana, la madre del joven internado en el hospital Padilla, dice que sabe quienes lo atacaron. la gaceta / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Cuando Ana Amanda Vergara se enteró que un grupo de conductores de taxis se había llevado por la fuerza a su hijo después de lincharlo, pensó lo peor. Algunos de sus vecinos presenciaron esa secuencia y la llamaron para avisarle lo que había ocurrido.
De inmediato la mujer comenzó una desesperada búsqueda por diferentes sectores de Villa 9 de Julio. Finalmente dio con el chico en inmediaciones de calle Panamá y Autopista. La escena con la que se encontró no podía ser más aterradora. “Los remiseros dejaron a mi hijo tirado en la calle y tapado con una bolsa negra. Estaba ensangrentado por los golpes que había sufrido”, aseguró la mujer en diálogo con LA GACETA.
“A mi hijo lo secuestraron y torturaron. Lo picanearon y tiene quemaduras en las piernas y los brazos. Nunca imaginé que le podía pasar algo así. La verdad que esta gente no tiene límites, se manejan siempre igual con los chicos del barrio”, se lamentó Vergara.
El caso ocurrió ayer por la madrugada. La víctima, José Domingo Vergara, de 28 años, habría estado ingiriendo bebidas alcohólicas y se fue desde su casa en Estanislao del Campo al 1.600 hasta el Barrio 11 de Febrero. Al parecer, según confiaron fuentes policiales, el joven, que tendría problemas de adicción y que según las pesquisas tiene antecedentes por robos, habría asaltado a un conductor.
“Los remiseros lo levantaron en Panamá al 200, lo golpearon y lo llevaron hasta la remisería La Nueva Estrella para torturarlo. Después lo dejaron tirado en el mismo lugar”, explicó su madre a este medio. El local al que se refiere la mujer está ubicado sobre calle Juramento al 300, frente a la parroquia Nuestra Señora del Carmen, en Villa 9 de Julio.
De acuerdo a esa versión, un chofer que había sido víctima de un robo alertó al resto de sus compañeros. La flota de la remisería rondaría los 300 vehículos, según estimaciones extraoficiales. Varios de los choferes de esas unidades comenzaron a hacer averiguaciones en torno a la identidad del presunto asaltante. De esa manera habrían llegado hasta Vergara, a quien acusaban de ser el autor de ese robo.
Cuando la mujer encontró a su hijo tirado en la calle, pidió ayuda en la Seccional 10ª. Minutos después uniformados de esa sede policial fueron hasta el lugar y aguardaron hasta que llegó la ambulancia en la que el joven fue traslado hasta el hospital Padilla.
“Tuvimos que esperar a que llegaran los policías porque la ambulancia no quería entrar a esa zona por miedo”, contó Vergara.
“No son la Policía”
“Si mi hijo hizo algo, que lo detenga la Policía. Lo culpaban de un asalto a un chofer, pero él no fue, se equivocaron. Los taxistas no tienen derecho a sobrepasar a la Policía. No pueden detener ni golpear a la gente”, resumió la mujer entre lágrimas, mientras aguardaba en la sala de espera del hospital novedades sobre la salud del joven.
Después de realizarle una tomografía, los médicos confirmaron que Vergara sufrió un grave traumatismo encéfalo craneal (TEC) como consecuencia de la golpiza. Además, tiene una fractura en la pierna derecha y una herida de consideración en uno de sus ojos.
“Tengo los números de licencia de los autos de los choferes que participaron del ataque contra José. Fueron como mínimo ocho vehículos. Ahora voy a hacer la denuncia en los Tribunales penales. Voy a luchar para que esto se esclarezca porque no es justo lo que le hicieron a mi hijo. Es cierto que tiene problemas de adicción, pero lo que necesita es ayuda. No es un ladrón, siempre se dedicó a hacer ‘changas’ para ganarse la vida”, concluyó la mujer
La otra campana
A pesar de que desde la remisería no aportaron datos sobre el incidente, algunos choferes (pidieron que su identidad se mantenga en reserva) confirmaron algunos de los hechos que constan en la denuncia policial radicada por la madre de la víctima en la seccional 10ª.
“Sí, es cierto, pasó esta madrugada (por ayer). Algunos compañeros lo fueron a buscar a ese chico porque los vecinos lo entregaron. Todos saben que es un pipero (adicto al paco) y un ladrón. Había asaltado a un chofer, entonces lo buscaron y le pegaron”, precisó la fuente, quien dijo desconocer si es verdad al joven lo habían llevado hasta la remisería para torturarlo y después dejarlo tirado.
“Todos los que trabajamos en un vehículo estamos en riesgo todo el tiempo. Estamos expuestos a que nos roben y golpeen. Pero el Sutrappa no piensa en la seguridad de los choferes, no ven que nuestra vida es la que peligra”, concluyo.
De inmediato la mujer comenzó una desesperada búsqueda por diferentes sectores de Villa 9 de Julio. Finalmente dio con el chico en inmediaciones de calle Panamá y Autopista. La escena con la que se encontró no podía ser más aterradora. “Los remiseros dejaron a mi hijo tirado en la calle y tapado con una bolsa negra. Estaba ensangrentado por los golpes que había sufrido”, aseguró la mujer en diálogo con LA GACETA.
“A mi hijo lo secuestraron y torturaron. Lo picanearon y tiene quemaduras en las piernas y los brazos. Nunca imaginé que le podía pasar algo así. La verdad que esta gente no tiene límites, se manejan siempre igual con los chicos del barrio”, se lamentó Vergara.
El caso ocurrió ayer por la madrugada. La víctima, José Domingo Vergara, de 28 años, habría estado ingiriendo bebidas alcohólicas y se fue desde su casa en Estanislao del Campo al 1.600 hasta el Barrio 11 de Febrero. Al parecer, según confiaron fuentes policiales, el joven, que tendría problemas de adicción y que según las pesquisas tiene antecedentes por robos, habría asaltado a un conductor.
“Los remiseros lo levantaron en Panamá al 200, lo golpearon y lo llevaron hasta la remisería La Nueva Estrella para torturarlo. Después lo dejaron tirado en el mismo lugar”, explicó su madre a este medio. El local al que se refiere la mujer está ubicado sobre calle Juramento al 300, frente a la parroquia Nuestra Señora del Carmen, en Villa 9 de Julio.
De acuerdo a esa versión, un chofer que había sido víctima de un robo alertó al resto de sus compañeros. La flota de la remisería rondaría los 300 vehículos, según estimaciones extraoficiales. Varios de los choferes de esas unidades comenzaron a hacer averiguaciones en torno a la identidad del presunto asaltante. De esa manera habrían llegado hasta Vergara, a quien acusaban de ser el autor de ese robo.
Cuando la mujer encontró a su hijo tirado en la calle, pidió ayuda en la Seccional 10ª. Minutos después uniformados de esa sede policial fueron hasta el lugar y aguardaron hasta que llegó la ambulancia en la que el joven fue traslado hasta el hospital Padilla.
“Tuvimos que esperar a que llegaran los policías porque la ambulancia no quería entrar a esa zona por miedo”, contó Vergara.
“No son la Policía”
“Si mi hijo hizo algo, que lo detenga la Policía. Lo culpaban de un asalto a un chofer, pero él no fue, se equivocaron. Los taxistas no tienen derecho a sobrepasar a la Policía. No pueden detener ni golpear a la gente”, resumió la mujer entre lágrimas, mientras aguardaba en la sala de espera del hospital novedades sobre la salud del joven.
Después de realizarle una tomografía, los médicos confirmaron que Vergara sufrió un grave traumatismo encéfalo craneal (TEC) como consecuencia de la golpiza. Además, tiene una fractura en la pierna derecha y una herida de consideración en uno de sus ojos.
“Tengo los números de licencia de los autos de los choferes que participaron del ataque contra José. Fueron como mínimo ocho vehículos. Ahora voy a hacer la denuncia en los Tribunales penales. Voy a luchar para que esto se esclarezca porque no es justo lo que le hicieron a mi hijo. Es cierto que tiene problemas de adicción, pero lo que necesita es ayuda. No es un ladrón, siempre se dedicó a hacer ‘changas’ para ganarse la vida”, concluyó la mujer
La otra campana
A pesar de que desde la remisería no aportaron datos sobre el incidente, algunos choferes (pidieron que su identidad se mantenga en reserva) confirmaron algunos de los hechos que constan en la denuncia policial radicada por la madre de la víctima en la seccional 10ª.
“Sí, es cierto, pasó esta madrugada (por ayer). Algunos compañeros lo fueron a buscar a ese chico porque los vecinos lo entregaron. Todos saben que es un pipero (adicto al paco) y un ladrón. Había asaltado a un chofer, entonces lo buscaron y le pegaron”, precisó la fuente, quien dijo desconocer si es verdad al joven lo habían llevado hasta la remisería para torturarlo y después dejarlo tirado.
“Todos los que trabajamos en un vehículo estamos en riesgo todo el tiempo. Estamos expuestos a que nos roben y golpeen. Pero el Sutrappa no piensa en la seguridad de los choferes, no ven que nuestra vida es la que peligra”, concluyo.
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