River está a tiro de una remontada histórica luego de superar ampliamente a un digno Atlético

CON EL FRENO DE MANO PUESTO. Moreira cruza a un Menéndez que tuvo todo el tiempo del mundo para definir pero falló. la gaceta / foto de héctor paralta CON EL FRENO DE MANO PUESTO. Moreira cruza a un Menéndez que tuvo todo el tiempo del mundo para definir pero falló. la gaceta / foto de héctor paralta

“Porque al ‘Deca’ lo quiero, lo vengo a alentar; en las buenas y en las malas mucho más”, cantó gran parte del público de Atlético luego de que Gonzalo Martínez marcara el 3-0 que sería definitivo. ¿Las malas? ¿En serio, fanático y fanática “decano”? Usted sabe cuáles son “las malas”. Hay que recordar esos años en los que las hojas de los calendarios eran arrancadas, una tras otra, y el equipo seguía sin poder salir del Argentino A. Atlético viene de ser eliminado de la Copa Libertadores por Palmeiras en San Pablo y perdía -en ese momento- con River, el mejor equipo del país, hoy.

Interpretar literalmente la letra de esa canción (y otra que aludía a lo mismo) no es lo más recomendable y ambas tienen al aliento como denominador común pero es necesario dejarlo en claro.

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Atlético está en las buenas pero no más buenas que las de River. El equipo de Marcelo Gallardo concretó -o al menos está a punto de- una remontada que podría ser histórica: empezó el año 10 puntos abajo de Boca y ahora está a sólo uno, con cuatro fechas por jugar.

Pero más que la distancia numérica lo que seguramente preocupa a Guillermo Barros Schelotto, si vio el partido de anoche y, probablemente, los anteriores 15 partidos de River, es la distancia futbolística que los separa.

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Ayer quedó claro: River juega para ser campeón, así como lo hizo Boca en la primera parte del torneo. Atlético lo sufrió pasando por las situaciones que ningún equipo quiere pasar en un partido: recibir un gol antes del primer minuto de juego; convertir un gol válido sin ser sancionado por una supuesta posición adelantada y perder por lesión al futbolista que mejor estaba jugando como Favio Álvarez.

De todo eso, al “Millonario” sólo puede dársele crédito en el primer escenario, pero hizo mucho más que eso. Adentro y afuera de la cancha. Afuera, jugó el día que quiso, a la hora que quiso y con los jugadores que quiso (aún estando algunos suspendidos, como Jorge Moreira, autor del primer gol). Adentro, jugó a una velocidad diferente, en todas las líneas. Lo cual no significa que Atlético esté en las malas. Sí que River está en las buenas.

La definición, un final de película

Está claro que la racha positiva de River hizo entrar en clima de superclásico la definición del título del Torneo de Primera. Porque con Boca, el líder actual con un punto de ventaja, el “Millonario” luchará palmo a palmo por la corona. Esta levantada de uno no es la primera. Hubo otras con finales con luchas apretadas.

En 2008, hubo otro gran cierre en el Torneo Apertura, por citar uno de tantos recuerdos. Boca remontó ocho puntos de distancia con San Lorenzo, fue a un triangular con Tigre y luego se consagró.

Antes, en el ‘75, River le llevaba 14 puntos a Boca al término de la primera rueda y esa diferencia se redujo a tres, aunque el “millonario” finalmente terminó obteniendo el título.

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