El paseo de los sabores abría el apetito

Los turistas no distinguieron horario de almuerzo o de merienda, se comió de todo, a cualquier hora

PAELLA PULSUDA. En Tucumán también se pudo comer mariscos a $100.  PAELLA PULSUDA. En Tucumán también se pudo comer mariscos a $100.
10 Julio 2017

La cuadra de la Catedral olía rico. Una mezcla de aromas hacía tronar las tripas. Dos hileras de puestos de comidas saladas, manjares dulces y bebidas artesanales hacían irresistible el paso por la 24 de Septiembre, entre Congreso y 9 de Julio. Los turistas arrasaron especialmente con algunos puestos, como el de empanadas. “¡No quedó ninguna!”, dijo Juan Abel Pérez Pedraza, sobrino de Elena Britos, dueña del título de Campeona Nacional de la Empanada de 1999. Costaba $ 15 cada una y se vendieron 1.800 solamente en ese stand.

No podía quejarse el chef Claudio Nisman que con su idea de choripanes y sándwich de carne vacuna y cerdo a la parrilla convocó una larga fija de comensales hambrientos. Cada sándwich de pan francés costaba $ 70. Las opciones eran: carne al verdeo, cerdo con barbacoa y pollo con salsa Teriyaki, todo hecho en el momento. A Miguel Galán tampoco le fue mal con su “pique macho”, una comida boliviana que contiene carne de vaca, morrones, cebolla salteada, salsa de soja y vino blanco sobre una base de papas fritas ($ 70). “Este es el segundo disco que se vende y seguramente esta noche haremos otros dos”, afirma el cocinero.

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“Yo vine aquí exclusivamente para probar los tamales y el locro”, dice Carmen Romilk, de Buenos Aires. Sus hijos Nicolás y Santiago hicieron cara fea. “A nosotros nos gustaron las humitas”, coincidieron. Víctor Salomón está conforme con la respuesta del público. Solamente al mediodía vendió 150 tamales y 150 humitas, a $ 30 cada uno.

Había propuestas gastronómicas para todos los gustos. Las cazuelas de carne de llama ($ 80) tuvieron tanto éxito como las paellas con toda clase de mariscos ($ 100), el locro ($ 80) y los tacos de carne y pollo ($ 50).

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De postre, el dulce de leche fue la vedette. “Las más dulceras son las mujeres, no hay duda”, ríe Yoana Núñez, del puesto Sweet Dreams. Ellas prefieren las masas rellenas con crema pastelera y las de chocoorio y chocotorta.

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