PASO 2017: hubo un clientelismo electoral edulcorado

En la comuna de San Pablo, donde hubo urnas quemadas y heridos en 2015, todo fue tranqulidad. En algunos barrios capitalinos y en Famaillá, en cambio, volvieron a asomar mañas y vicios electorales

EN VILLA ALEM. La camioneta, con el cartel que identificaba el espacio político al que respondía la puntera Claudia. LA GACETA / FOTO DE MATÍAS AUAD EN VILLA ALEM. La camioneta, con el cartel que identificaba el espacio político al que respondía la puntera Claudia. LA GACETA / FOTO DE MATÍAS AUAD
14 Agosto 2017

Por Matías Auad - Redacción LA GACETA

En San Miguel de Tucumán no se puede hablar de clientelismo electoral en tiempo pasado. Al menos, no en estas Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Las prácticas disvaliosas volvieron a decir presente, pero de una manera disimulada, si se la compara con los comicios de 2013 o de 2015. En eso coincidieron presidentes y fiscales de mesa, delegados de centros de votación, taxistas y electores, en diálogo con LA GACETA.

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No hubo grandes movilizaciones de autos. Hasta tal punto que Andrea Molina tuvo que pedirle a su hijo que la llevara a votar. “Antes se peleaban por buscarnos. Ahora nada. Tuve que pedirle a mi hijo que me traiga”, comentó, sorprendida. “Está bueno porque uno vota más tranquilo. Preferimos esto”, sostuvo, mientras ingresaba a sufragar junto con su madre y con su hijo en la Escuela Delfín Jijena, en el sur de la capital. “A diferencia de otros años, la gente vino sola a votar. Sin grupos”, comparó Claudia Marcela Gómez, quien ayer se desempeñó como fiscala de mesa en la Escuela 9, en Villa 9 de Julio.

“Se nota (el desarrollo de los comicios) con total tranquilidad. Hasta en el movimiento de los fiscales. Hubo pocos punteros y remises. Se ve gente que vino por sus propios medios”, opinó Gonzalo Lagoria, agente de la Policía Federal que custodió la jornada electoral en la Escuela Elmina Paz, en Villa 9 de Julio.

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“(Antes, los electores) venían en grupo con una persona (un puntero político) que les decía: ‘acá tenés que votar’”, diferenció, por su parte, Fabiana Abregú, quien fue presidenta de mesa en la Escuela Fortunata García de García, en Las Talitas.

Hace unos años, los vehículos que acarreaban votantes estaban a la vista de quienes se acercaban a los centros de votación. Incluso llevaban en el parabrisas del vehículo una identificación del funcionario al que respondían. Eran tantos que generaban congestionamientos.

Ayer sí hubo autos, camionetas, combis y colectivos que llevaron y trajeron electores -práctica penada por el Código Electoral de la Nación (Ley N° 19.945)-, pero de una manera camuflada: fueron escasos los que pegaron un papel con el nombre de un funcionario. Al menos en los barrios periféricos a la ciudad. Los principales precandidatos a diputados se habían comprometido a erradicar el clientelismo electoral. Por eso hubo 3.000 uniformados -entre Gendarmería, Policía Federal Argentina, Aeroportuaria y el Ejército Argentino- que intentaron evitar la trampa electoral. Hasta la Municipalidad capitalina anunció operativos de tránsito para que ningún vehículo del transporte público (taxis, colectivos ni transportes escolares) trasladara electores. En total fueron 21 los taxis que esa repartición secuestró ayer por llevar a cabo esa práctica, informó el subdirector de Tránsito y Transporte, Enrique Romero. El funcionario también coincidió en que la actividad disminuyó con respecto a otros años.

Sobre este clientelismo edulcorado hubo diversas interpretaciones. Algunos consideraron que se debió a que las PASO no definían nada. “En octubre se elige el verdadero candidato. Ahí se va a saber cuál es el próximo gobernador. Hoy no se define nada, no es como otros años que la gente estaba desesperada”, analizó Juan Ramón Escobar, un taxista que trabajó de forma privada.

Otros, más optimistas, como la directora de la Escuela Banderita 301 (Villa Alem), María Haydee Sosa, confíaron en que se debió a una mayor responsabilidad por parte de los políticos. “Hay más conciencia”, consideró.


como para no perder la costumbre ilegal
algunos vehículos no ocultaron para qué político acarrearon votantes
En diálogo con LA GACETA, una puntera política contó que acercó a votar a vecinos de barrios como Villa Alem y Ex Aeropuerto. Lo hizo en una camioneta blanca (ver foto) que llevaba un papel con el nombre “Heredia”, por lo que respondían a los ex legisladores Daniel Heredia y Teresa Felipe de Heredia, que apoyaban al vicegobernador Osvaldo Jaldo. “Trabajo para la gente que es honesta, como (José) Alperovich, (Juan) Manzur y (Pablo) Yedlin. Son excelentes personas”, comentó Claudia, que prefirió no revelar su apellido. Y sostuvo que no entregó bolsones a cambio del voto. “(Es) todo light, todo tranquilo”, consideró.
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sorpresa en el oeste
lo detuvieron por “acarreo” y era un candidato
El funcionario de Tránsito capitalino Enrique Romero informó que en el Barrio Etcheverría se detectó que el candidato justicialista Humberto Baigorria manejando un auto con votantes y carnet vencido. Baigorria explicó que las pasajeras eran sus tías. 

Como para no perder la costumbre ilegal
Algunos vehículos no ocultaron para qué político acarrearon votantes

En diálogo con LA GACETA, una puntera política contó que acercó a votar a vecinos de barrios como Villa Alem y Ex Aeropuerto. Lo hizo en una camioneta blanca (ver foto) que llevaba un papel con el nombre “Heredia”, por lo que respondían a los ex legisladores Daniel Heredia y Teresa Felipe de Heredia, que apoyaban al vicegobernador Osvaldo Jaldo. “Trabajo para la gente que es honesta, como (José) Alperovich, (Juan) Manzur y (Pablo) Yedlin. Son excelentes personas”, comentó Claudia, que prefirió no revelar su apellido. Y sostuvo que no entregó bolsones a cambio del voto. “(Es) todo light, todo tranquilo”, consideró.

Sorpresa en el oeste
Lo detuvieron por “acarreo” y era un candidato

El funcionario de Tránsito capitalino Enrique Romero informó que en el Barrio Etcheverría se detectó que el candidato justicialista Humberto Baigorria manejando un auto con votantes y carnet vencido. Baigorria explicó que las pasajeras eran sus tías.  

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