Gustavo González: “a la Policía, jueces y Gobierno les pido que tengan mano dura contra los narcos”

El líder de La Inimitable, la barra de Atlético, reconoció que un traficante pretendió vender droga en el Monumental.

20 Agosto 2017

“Hace ya 12 años que no vivo en El Sifón. Me fui por el tema de la droga. Con mi esposa veíamos venir los problemas y decidimos salir de allí por el bien de nuestros tres hijos. Lo malo es que ese problema se está dando en todos los barrios”, explica Gustavo “Gordo” González, el líder de La Inimitable e integrante de la familia Acevedo, quien aceptó a ser entrevistado por LA GACETA para dar a conocer su versión sobre lo que está sucediendo en el caserío del noroeste de la capital.

- ¿Por qué cree que se acusa a su familia de comercializar drogas en El Sifón?

- Porque es más fácil decir que son los Acevedo. Ahora, me pregunto: ¿los Acevedo fabrican la droga? ¿Qué los Acevedo la trasladan? Quieren dejar muchas dudas en el camino para perjudicarnos. Hay gente que circula por la noche que se dedica a esto.

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- ¿Tu familia se dividió por esta cuestión?

- La droga hizo divisiones en todas las familias de Tucumán. Hoy se están enfrentando primos contra primos, hermanos contra hermanos y padres contra hijos. Tengo detenidos tres hermanos, pero ninguno por causas vinculadas a las drogas, sino por otros delitos. Sí tuvieron problemas de adicciones, pero hoy puedo decir con orgullo que “Chichilo” ya no consume más.

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- ¿Y si te investigan?

- Hace 10 años que tengo el mismo celular. Todo el mundo sabe dónde vivo y a qué me dedico. No tengo problemas en que lo hagan.

- ¿Qué se debe hacer entonces para cambiar este panorama tan desalentador?

- Los policías, los jueces y hasta el Gobierno deben poner mano dura para encerrar a todos los narcos. La droga es uno de los principales motivos por los que se incrementó la violencia en la provincia. En los barrios se está viviendo una guerra.

- ¿Es cierto que alguien buscó llegar a un acuerdo con La Inimitable para vender drogas en El Monumental?

- Un narco que decía que era el que más movía droga en la provincia se arrimó a un allegado nuestro porque quería hablar con nosotros. Le explicó que ellos querían saber cómo podían hacer para vender drogas en las tribunas. Le dijeron que ese encuentro nunca se haría. ¿Sabés por qué? Porque yo soy el enemigo número uno de las drogas. Ahora estoy trabajando en El Cadillal para llevar allí a los chicos que quieren curarse. Estamos pidiendo profesionales y también irá un pastor. Sin ayuda espiritual, es muy difícil salir.

- ¿Por qué hay tanta violencia en El Sifón?

- Hay violencia en todas las villas de la provincia. No sólo en El Sifón. La droga ha transformado en un campo de guerra a los barrios más humildes, pero tampoco pasará mucho tiempo para que haya problemas en Yerba Buena.

- ¿Qué siente cuando observa a sus sobrinos posando con armas en las redes sociales?

- Eso es el sistema de vida que existe actualmente en las villas de la provincia. Vos, si no sos más que el otro, no sos nadie. Por ejemplo, si hay uno que tiene un arma, tenés que tener por lo menos tres. Si se droga una vez por semana, tiene que estar drogado tres días seguidos. Es así de triste para todos.

- ¿Por qué aún no te enjuiciaron por el crimen de Adrián Brito?

- No veo la hora de que lo hagan. Desde hace mucho tiempo que estoy esperando que se haga el juicio para demostrar mi inocencia. Somos inocentes. Ellos (los barras de San Martín) comenzaron a hacer disparos en contra de nuestra casa. La Policía no encontró elementos suficientes para demostrar que nosotros tuvimos algo que ver en ese hecho.

- ¿Su hermano Walter “Chupete” también espera ser enjuiciado después de 15 años?

- Sí, también.

- ¿No reciben ayuda de la Justicia?

- (se ríe antes de contestar la pregunta) ¿Cómo crees que vamos a recibir ayuda? Todo el mundo habla del Clan Acevedo, pero nosotros queremos ser enjuiciados cuanto antes para demostrar nuestra inocencia.

- ¿Los afectó cuando los investigaron por el crimen de Paulina Lebbos?

- Nos hicieron mucho mal. De mi casa se llevaron la única colcha que teníamos y la ropa de mi hija. Nos dejaron pelados de tantas muestras de cabello que nos sacaron. Y después no pasó nada. No hubo ni un elemento que nos involucrara. Pero bueno, los Acevedo siempre son los culpables de todo. O por lo menos es lo más fácil de decir.

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