Ya son seis los detenidos por el crimen de “Kim Acevedo”

Los dos últimos prófugos se entregaron ayer a la madrugada.

FOTO GENTILEZA DIARIO EL LIBERAL / JOSÉ JIMENEZ FOTO GENTILEZA DIARIO EL LIBERAL / JOSÉ JIMENEZ
23 Agosto 2017

Los seis hombres que estaban siendo buscados por el asesinato de un barrabrava de Atlético Tucumán ya se encuentran tras las rejas, según confirmó el fiscal de Termas de Río Hondo, Ignacio Guzmán, a LA GACETA. Se trata del homicidio de Guillermo Héctor Ramos, alias “Kim Acevedo”, dijo de Sergio “Chupete” Acevedo, ex líder de “La Inimitable”.

A última hora del lunes, los policías habían logrado capturar a cuatro hombres que se encontraban escondidos en el monte desde el momento del crimen, es decir, el domingo a la mañana. Luego de cuatro horas de búsqueda, los arrinconaron y los atraparon arriba del techo de una casa. Cargaban un arma, que no sería la utilizada para ultimar de un balazo en el pecho a Ramos. Entre los detenidos estaban los principales sospechosos, dos mellizos de apellido Carrizo. Todos ellos tienen antecedentes delictivos.

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“Nos estaba faltando capturar a otros dos hombres. Uno se entregó a la Justicia después de la medianoche y el otro estaba en la casa de unos familiares. Cuando se lo fue a buscar, no opuso resistencia”, informó Guzmán.

Por otro lado, el fiscal comentó que ya se tomaron declaraciones a varios testigos de la escena, pero que aún no se presentaron en su despacho los acusados. “Por ahora seguimos con las investigaciones para determinar el móvil. Aún no descartamos ninguna hipótesis. Estimo que las personas detenidas declararán entre el jueves y el viernes”, informó.

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“Kim” fue golpeado y recibió un balazo en la Villa Balnearia el domingo a la madrugada por los seis atacantes, según lo que comentaron los testigos del hecho. Antes de huir, uno de los asesinos le rompió una botella de vidrio en la cabeza.

En cuanto a la víctima, según lo que le informó la Justicia tucumana a la santiagueña, tenía pedido de captura por robo y lesiones por violencia de género.

Un día antes del crimen, los Carrizo habían denunciado que Ramos les había tiroteado la casa. Ante el miedo a represalias, Guzmán ordenó mayor presencia policial en la frontera y en la ciudad.

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