La venganza será terrible

El descabezamiento de la mesa de autoridades de la Legislatura es la reacción pura y dura del vicegobernador, Osvaldo Jaldo, al resultado del domingo. En esa elección, la diferencia de votos entre el PJ y Cambiemos varió de 200.000 a 140.000 con respecto a las PASO. Y la diferencia en el reparto de bancas pasó de “3 a 1” a “2 a 2”. Hacia afuera, el jaldismo dice que la inseguridad le hizo perder votos a manos de FR. Hacia adentro, que el PJ perdiera 5,5 puntos y que FR ganara 6,4 es leído como traición.

Sobre todo, luego de analizar la información “finita” de los comicios. Sección por sección electoral. Circuito por circuito de la capital.

Las conclusiones a las que arribó Jaldo se tradujeron en hechos: la mesa de la Cámara, ahora, es no alperovichista. Ninguna de las nuevas autoridades tiene una foto reciente desayunando en la casa del ex gobernador José Alperovich.

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Fernando Juri enfrentó como vicegobernador a Alperovich (a la Legislatura que presidió le vetaron 90 normas). Juan Antonio Ruiz Olivares coquetea con el gobernador Juan Manzur, pero no es alperovichista. Y Ariel García (definitivamente, un hombre del “espacio” de Jaldo) es antialperovichista, antiCambiemos y está enfrentado con el intendente Germán Alfaro y con el diputado electo José Cano.

A la vez, la guillotina marca una toma de distancia inmediata con el legislador Guillermo Gassenbauer, ex secretario privado del ex mandatario e hijo del ministro más influyente del alperovichismo. Y también decapita a Julio Silman, ex intendente de Alderetes, donde FR salió segunda en los comicios.

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No hay mucho que leer entre líneas. La venganza jaldista promete ser terrible. Y recién comienza...

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