“Con la banda desarticulada se pueden realizar muchas investigaciones complementarias. Este trabajo puede ampliarse y seguir consiguiendo buenos resultados. Uno de ellos es analizar el aspecto económico”, señaló el fiscal Pablo Camuña durante un encuentro que se realizó para presentar los detalles de “Bagayo blanco”, operativo en el que logró desarticular la “Banda de Mario” que está acusada de traficar cocaína.
El comisario Carlos Hernández, jefe de la División Antidrogas Tucumán de la Policía Federal, destacó los resultados. “Después de un año de trabajo logramos desactivar una organización que se dedicaba a traer la droga desde la localidad salteña de Orán y la distribuía en la capital, Famaillá, Monteros, Bella Vista y Acheral”, explicó.
“Era un grupo bastante violento. En base a las investigaciones que realizamos descubrimos que el jefe de la organización tenía entrenados a los miembros del grupo para que no se dejen atrapar fácilmente. Tanto es así que en Orán atropelló a un hombre de la fuerza cuando le dio la orden de que se detuviera”, dijo Daniel Mataruco, uno de los jefes de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la fuerza.
Camuña confirmó que ya elaboró la acusación en contra de los integrantes y que en los próximos días declararán ante el juez federal Daniel Bejas. Ayer se informó que Mario Pasarín sería el líder de la organización. El sospechoso, según trascendió, no tendría antecedentes en el tráfico de droga, pero sí en presuntas estafas que habría cometido con la venta de vehículos y camiones “mellizos”.
La “Banda de Mario” podría haber traficado cocaína por U$S 120.000 semanalmente
También se conoció que los oranenses Gustavo Flores y Valerio Subía habrían sido implicados en el caso por ser los supuestos proveedores de la “Banda de Mario”. “Es muy probable que se inicie una investigación para ver cómo hacían para conseguir la cocaína”, aseguró Hernández, que estuvo acompañado por Jorge Luján, el segundo de la división.
Cómo operaba la banda tucumana que traía cocaína de Orán
Camuña, por su parte, destacó que “este el resultado que uno siempre busca tener”. “No sólo se desbarató una organización importante, sino que se golpeó desde el proveedor, pasando por el comprador, los transportadores, los distribuidores y los que tenían actividades de narcomenudeo. Esto se consiguió gracias a un importante esfuerzo que significó muchísimas horas de trabajo y coordinación logística”, agregó.
Números
Según los datos aportados por los investigadores, en Orán compraban a U$S 80.000 (unos $1,6 millones) los 20 kilos que habrían traído semanalmente. De acuerdo a la versión oficial, en nuestra provincia podrían haber comercializado la carga en hasta unos U$S 120.000 (unos $ 2,45 millones), ya que vendían el kilo a U$S 6.000. La suma de U$S 2.000 de diferencia es por el valor del traslado de la mercadería.
El supuesto líder de los traficantes tenía un perfil bajo
Por cada viaje, la organización podría haber conseguido una ganancia líquida de U$S 40.000 (unos $ 818.000). En principio, se cree que realizaban cuatro excursiones mensuales, es decir, que podrían haber ganado U$S 160.000 (unos $ 3,72 millones) cada 30 días y, si hubieran extendido el negocio durante todo un año, podrían haber obtenido hasta más de U$S 1,9 millones (más de $ 39 millones)
Sin embargo, las ganancias podrían haber sido mayores si se tiene en cuenta que la organización también contaba con quioscos propios. Por ejemplo, de la carga promedio de 20 kilos, la podrían haber estirado cinco veces, es decir, podrían haber colocado en el mercado unos 100 kilos.
Fraccionadas en “alita de mosca”, habrían puesto en las calles unas 120.000 dosis. Cada una de ellas cuesta en el mercado $ 100, por lo que podrían haber conseguido una ganancia de por lo menos $ 12 millones. “Los volúmenes que generaba el grupo eran importantes”, dijo Camuña.