Causa DAU: tensión en la sala por la interpretación de leyes

28 Abril 2018

El interrogatorio a la testigo María Elena Lampa, perito contable del Poder Judicial, derivó en un intercambio de posturas entre dos de las integrantes del tribunal, y en un pedido de recusación -finalmente rechazado- por parte del fiscal de Cámara, Carlos Saltor, hacia una de las vocales.

La jueza María Elisa Molina (integra la Sala VI, pero preside la Sala I) le pidió a la contadora precisiones respecto de su informe sobre el caso “DAU”, ya que, a su criterio, no había especificaciones en ese texto de que se hubieran infringido leyes. “Es para que nos ubiquemos, porque nosotros estamos preparadas para otro tipo de análisis de normas, no específicamente las de Derecho Administrativo, relacionadas con la contabilidad, las obras públicas, que las estamos conociendo ahora. Usted que es contadora y tiene mayor conocimiento al respecto...”, planteó Molina. Su colega, Stella Maris Arce, la interrumpió desde el ala izquierda del estrado. “Disculpe, doctora. Hizo una apreciación: que no estamos en condiciones de hacer una interpretación de la norma administrativa, y yo sí me siento en condiciones”, apuntó. La jueza Alicia Freidenberg, que preside el debate, transmitió el pedido de Arce a Molina, y la testimonial continuó. Cuando Lampa finalizó, el fiscal Saltor planteó la recusación de Molina en función del principio “Iura novit curia” (el juez conoce el derecho). “Esto es por su manifestación, respecto a que no va a poder interpretar normas administrativas directamente relacionadas con los delitos imputados a Brito”, añadió.

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La jueza Molina expresó su rechazo. “No escuché que la Fiscalía consignara artículo e inciso de las causales de recusación. Más allá de esto, me considero en condiciones de interpretar la ley, al igual que mis colegas. Pero como la testigo es una funcionaria auxiliar de la Justicia y especialista, le pedía que responda si advertía una flagrante violación a alguna de las normas (específicas)”, replicó la magistrada. Advirtió que dejaba el tema a resolución de sus colegas. “Si ellas advierten que hubo alguna parcialidad de mi parte o alguna incorrección, que lo decidan. No tengo ningún problema en retirarme, como no tengo problema de continuar en la causa, colaborando con la sala. (Yo) dejo mi tarea de presidencia en la sala I, con trabajo atrasadísimo, con problemas de salud, para apoyar que esta causa se lleve a cabo. No sólo conozco las leyes (específicas), sino la jurisprudencia relacionada con el tema. En lo personal, no tengo interés en beneficiar ni perjudicar al imputado”, aclaró Molina. Luego, pidió un intervalo de 10 minutos y se retiró de la sala. Finalmente, Freidenberg y Arce deliberaron y rechazaron el pedido del fiscal. “Surge evidente que la vocal sólo interrogó a la (testigo) para que aclare sobre el informe vertido, quizás en un involuntario exceso en el lenguaje”, leyó Freidenberg. Y recordó que Saltor “no invocó causal alguna” de las fijadas por ley. “Es de público conocimiento que la vocal (Molina) desempeña su judicatura con independencia, imparcialidad y profesionalidad”, estamparon en la resolución. Arce, luego, agregó que todo se debió a una falla de comunicación. Tras esto, Saltor aclaró que no quería poner en duda “la honestidad y la imparcialidad” de Molina. La magistrada insistió en que no quería generar una presunción de parcialidad. “Ante ello, ofrecí apartarme”, marcó. Por fin, el juicio continuó. Si la jueza era reemplazada, el debate oral debía empezar de cero.

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