Las 10 claves para que Argentina tenga un debut exitoso ante Islandia

Los puntos que el equipo de Sampaoli tiene que tener en cuenta para el primer partido.

1) La confianza puede ser mala consejera. ¿Islandia? ¿Debutante en un Mundial? ¿Contra Messi y compañía? Sí, es un rival de sumo cuidado. Conmovió al establishment futbolero con una victoria sobre Inglaterra y se fue de la pasada Eurocopa con la cabeza en alto. El comienzo de la historia, que no parece entrañar dificultad, llama a engaño si Argentina no impone intensidad, concentración, dureza bien entendida. Si no apuesta a someter al adversario desde el respeto. Los protagonistas subrayan en los discursos que la palabra subestimación no figura en sus vocabularios, pero del mismo modo es innegable que la catadura del adversario mide el grado de tensión de un equipo. Para la Selección, Islandia debe ser el Brasil de Neymar.

2) Hay una carga emotiva muy poderosa, representada por todos los obstáculos que aparecieron en la recta final de la preparación. Las turbulencias, que alcanzaron su pico máximo cuando se canceló el amistoso con Israel, reverdecieron las críticas que viene soportando el plantel desde que las Eliminatorias se hicieron cuesta arriba. Cada episodio, por más secundario que fuera -como la foto de Ansaldi en el yacuzzi con su esposa- retumbó como una bomba de estruendo. Y en el rubro infortunios se anotó la lesión de Manuel Lanzini. Suele decirse que los contratiempos galvanizan a los grupos humanos. Ojalá sea este el caso. Más allá de eso, será importante hacer borrón y cuenta nueva apenas la pelota empiece a rodar. Basta de pálidas, actitud positiva.

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3) En los últimos días tomó forma el equipo. Fue la mejor noticia, porque los permanentes ensayos de Jorge Sampaoli habían disparado toda clase de conjeturas, incluso puertas adentro del plantel. El DT eligió un volante de mucho recorrido para ocupar el lateral derecho, acudió al doble cinco histórico que le promete equilibrio en la mitad de la cancha, ratificó a Agüero por delante de Higuaín en la carrera por la titularidad y depositó su fe en una cara nueva: Maximiliano Meza. La base de nombres está; habrá que ver qué pasa con la idea de juego.

4) El partido que (casi) todos imaginan es con Argentina dueña de la pelota y al ataque, mientras Islandia se agrupa para salir de contragolpe. Con seis jugadores lanzados a la ofensiva permanente (Salvio, Tagliafico, Meza, Messi, Di María, Agüero) pueden generarse espacios. Saber ocuparlos será imprescindible. No en vano está instalada la certeza de que en el fútbol moderno, tan dinámico, hacen la diferencia quienes aprovechan los sectores del campo que el rival descuida. ¿Podrán Biglia y Mascherano distribuirse para que Islandia no gane esa pulseada? Es una de las claves, sin dudas.

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5) El concepto menottiano de las pequeñas sociedades nunca pierde vigencia. Argentina necesita que funcionen esas duplas o tríos, para que la suma de las partes conforme un todo armónico. Que Otamendi y Rojo luzcan coordinados y seguros; que Mascherano y Biglia desempolven sus mejores momentos; que nazcan los tándems Salvio-Meza y Tagliafico-Di María; que Messi y Agüero se conecten con precisión en velocidad. Cuando las individualidades se encuentran el fútbol fluye.

6) El tema recurrente por estas horas es el juego aéreo, una de las fortalezas de los islandeses. Se sabe que Sampaoli ensayó jugadas de pelota parada durante los últimos días, y que comparando el promedio de altura la selección tiene un déficit de unos 10 cm. El técnico de Islandia intentó quitarle importancia al tema, pero nadie come vidrio. Cuando ataquen, en buena medida lo harán lanzando centros al área argentina. Al zaguero más alto -Fazio- Sampaoli lo tendrá en el banco. Defender redoblando la concentración se impone como tarea primordial.

7) Desde hace varias semanas las tertulias futboleras les dedican horas al debate: ¿Caballero o Armani? Sampaoli ya eligió. Las atajadas de superhéroe que regaló Armani con la camiseta de River no alcanzaron a llenarle los ojos; o al menos eso se infiere de su decisión. Caballero, un arquero sobrio, muy valorado en Europa más allá de que no suele ser titular, le asegura buen juego de pies; y para el DT eso es importante. ¿Suficiente? Si optaba por Armani nadie lo hubiera criticado. Sampaoli se inclinó por el menos respaldado por prensa y público. La verdad estará en la cancha.

8) Fueron más de 30 los entrenamientos que condujo Sampaoli desde que cuenta con todos los jugadores. Puede decirse que no son suficientes para consolidar una idea de juego, es cierto. Pero tampoco son escasos. Hubo tiempo para ensayar y coordinar movimientos en ataque y en defensa, para ejercitar la presión que tanto les pide a sus hombres. Argentina necesita variantes para no transformarse en una formación previsible, para no chocar contra murallas como la que presentará Islandia. Eso se logra con la improvisación de las figuras; pero también con la mecanización del trabajo.

9) Las curvas de rendimiento no siempre coinciden con los momentos indicados. Siempre se habla de aquella selección de Marcelo Bielsa, que había llegado a su pico antes del Mundial y se desinfló en Japón. Es lo que se espera de los jugadores, que den lo mejor de sí en el instante indicado. Que Agüero y Di María, por caso, brillen como lo hacen en sus equipos. Y así con el resto. Nadie está en condiciones de guardarse nada.

10) Y finalmente, y a la vez en primer término, que Messi siga siendo Messi.

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