La conferencia de prensa de Sampaoli, siempre dentro del protocolo

El entrenador argentino habló en la previa al encuentro ante Islandia.

15 Junio 2018

Media hora. 19 preguntas. Récord de periodistas: Argentina-Islandia es el match de primera ronda que, hasta el momento, más pedidos de acreditación ha registrado. Es más; la conferencia de prensa de Jorge Sampaoli se transmitió por TV, como si de un partido se tratara. Los enviados de los multimedios pugnan por el micrófono, deseosos de anticiparse a la competencia. ¿Es tan trascendente para la vida en sociedad la palabra de un entrenador? Parecería que sí, a juzgar por semejante despliegue.

La cita es en las entrañas del gigantesco Spartak Stadium. Llegar a la sala no es fácil. Hay que recorrer pasillos, subir y bajar escaleras. “¡Qué laberinto!”, exclama un colega español. “¡Y para escuchar a Sampaoli!”, le acotan. El espacio queda chico frente a tanta presencia de enviados especiales, la mayoría con el traductor electrónico pegado al oído. Para algunos faltarán sillas. Los fotógrafos se acomodan a los codazos. Sube la temperatura, hasta que aparecen Sampaoli y Nicolás Tagliafico.

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La primera pregunta fue una de las más sensatas de todas. La formuló un periodista de Bangladesh, contundente: “¿por qué no está Messi en esta conferencia?” Sampaoli tiró la pelota afuera. “A esas cosas yo no las manejo”, apuntó. Luego respondió sobre los temas de siempre: cómo está el equipo, el juego aéreo de Islandia, la dupla Messi-Dybala que no arranca, la elección de la dupla Biglia-Mascherano, la presión por ganar, el caso Caballero-Armani, la actualidad de Messi… La enviada de un medio español quiso sacarle una opinión sobre el affaire Lopetegui, pero él gambeteó el convite.

Lenguaje corporal

El contraste del personaje Sampaoli es entre la corrección con la que se expresa y su falta de gestualidad. No sonríe, no cambia los tonos de voz, mantiene las manos bajo la mesa y, ocasionalmente, calza la izquierda bajo el mentón. Ese lenguaje corporal, 100% neutro, no tiene nada que ver con la electricidad que lo captura durante los partidos. Ayer sólo se salió del libreto cuando le pidieron una consideración personal de este momento histórico que le toca vivir y habló de que serán 40 millones de argentinos los que se alinearán detrás de la Selección. También cuando le recordaron que en su ideario futbolero, plasmado en un libro, no figuran los “doble cinco” defensivos. Dijo que hoy la solidez del equipo es más importante que las teorías que pregona. Además, dejó dos definiciones: “Meza es el volante que estábamos buscando” y “este no será el último Mundial de Messi”.

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El único instante en el que Sampaoli salió del protocolo fue al momento de la despedida, cuando le presentaron a Morena Sola y a Kirill Córdoba. Los niños fueron elegidos para salir a la cancha con los jugadores argentinos y contaron sus historias en una “posconferencia” a la que no se quedó la mayoría de la prensa. Kirill tiene 7 años, nació en Rusia y fue adoptado por una familia argentina; mientras que Morena (9) juega en un equipo infantil de una comunidad castigada por la pobreza. Para ambos, presentados por McDonald’s -uno de los sponsors de la FIFA- hubo besos y fotos con el DT.

A todo esto, ¿qué fue de la vida de Tagliafico? Paciente, esperó sus intervenciones a la izquierda del DT. Sólo intervino tres veces (y durante una respuesta se apagó la luz, cuando uno de los jefes de la sala se apoyó sin querer en el interruptor). La revancha le llegó al final, cuando desde el fondo se escuchó la arenga, que tuvo más de hincha que de periodista: “¡rompela, Nico!”

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