Sexting: 3 de cada 10 estudiantes publican y reciben contenidos de tipo sexual

Una investigación realizada en el ámbito del Invelec (Conicet- UNT) reveló datos impactantes sobre el hábito creciente de enviar fotos o grabaciones eróticas por las redes sociales.

Sexting: 3 de cada 10 estudiantes publican y reciben contenidos de tipo sexual

Sonó el timbre y ellos cerraron la puerta. En el centro del aula, como un juego, una de las estudiantes se subió al pupitre y empezó a bailar. Se desprendió un botón y luego otro. Se subió la pollera. Sus compañeros la filmaban y le coreaban la famosa canción del striptease mientras ella quedaba semidesnuda. Las imágenes empezaron a circular de celular en celular y se difundieron por las redes sociales. Pocos días después la joven, avergonzada y deprimida, abandonó la escuela y nadie la volvió a ver.

El episodio, que ocurrió en una escuela secundaria de Tucumán, sirvió como disparador de una investigación que realizó Evangelina Narvaja. Ella es docente de Lengua y desarrolla un doctorado en esa especialidad en el Instituto de Investigaciones sobre el Lenguaje y la Cultura (Invelec), de doble dependencia entre el Conicet y la Universidad Nacional de Tucumán (UNT).

La primera encuesta piloto que Narvaja realizó entre 119 estudiantes (13 a 18 años) ya tuvo resultados impactantes. En esta muestra pequeña se podía advertir que casi la mitad de los alumnos encuestados accedía a material sexual mediante nuevas tecnologías. El 45,5% admitía recibir fotos o videos sexuales que les enviaban amigos y un 30% hasta compartía ese material. Además, el 35% reconoció haber sido acosado a través de mensajes de carácter sexual por celular o redes sociales.

Después de ver esos resultados la investigadora decidió profundizar su trabajo sobre el sexting. La palabra viene de sexo y texting (mensajear en inglés) y es básicamente la difusión o publicación de contenidos (fotografías, videos, textos) de tipo sexual, explícito o provocativo. Se ha convertido en una moda para los adolescentes. Para algunos hasta significa aceptación social. Pero casi nunca miden los riesgos, que van desde la posibilidad de sufrir problemas emocionales hasta el peligro de ser víctimas de acoso o de una red de trata de personas, según expertos consultados para esta nota.

Narvaja detalla que en esta parte más avanzada de su estudio (empleó métodos cualitativos y cuantitativos) ha realizado 680 encuestas entre estudiantes secundarios de escuelas públicas y privadas y 64 entrevistas profundas. Aunque aún está procesando los resultados del trabajo, adelanta esta cifra: el 30% de los alumnos tucumanos participa activamente del sexting. Quiere decir que tres de cada 10 estudiantes produce y publica contenidos de tipo sexual, explícito o provocativo. A Narvaja le impactó la naturalidad con la que los jóvenes se filman. Del análisis más profundo la docente encontró testimonios que evidencian estas situaciones entre los jóvenes:

- “Para ellos el sexting es algo normal. Les gusta ser reconocidos. Al exponerse de esta forma creen que pueden tener más popularidad. Además, este reconocimiento por parte de su grupo de pares les refuerza la autoestima”.

- “Hay una cultura sexista que estigmatiza a las chicas: mientras que los chicos que se exponen son vistos como ganadores a ellas las ven como zorras (sic)”.

- “Hay una transformación, se difuminan las barreras entre lo público y lo privado. A ellos no les avergüenza mostrarse así, les dan vergüenza otras situaciones de las que sus pares puedan burlarse; cuestiones familiares por ejemplo”.

- Las mujeres lideran los contenidos sexuales. Los adolescentes de entre 12 y 13 años son más proclives a enviar fotos y videos sexuales. Mucho tiene que ver con su experimentación sexual.

- El sexting está muy relacionado con la cultura del espectáculo que vivimos. Todo tiene que ser un show.

- “A veces no miden las consecuencias. Hay casos en que se sacan fotos íntimas y las envían por canales privados (whatsapp) sin la idea de exponerlo a todo el mundo. Pero cuando esas imágenes empiezan a circular sufren por las consecuencias: se arrepienten, se deprimen y se aíslan… les hacen bullying. Algunos pueden hasta llegar a tener deseos de quitarse la vida”.

- Una vez difundidos sus videos o fotos, pueden sufrir acoso sexual por parte de adultos (grooming), extorsión (cuando se los amenaza con publicar las fotos si no hacen determinado mandato) y hasta pueden ser víctimas de las redes de trata de personas, opina Narvaja. Según ella, es fundamental avanzar con la educación sexual en las escuelas para darles más herramientas a los jóvenes ante el sexting, para que sean capaces de expresar sus deseos y para que conozcan las consecuencias de exhibir su intimidad.

¿Qué dicen ellos?

En la plaza Urquiza, después de la jornada escolar, los jóvenes se juntan a compartir videos y fotos con sus celulares. Es jueves al mediodía.

“¿Viste lo que subió Martina?”, pregunta Eliseo, de 15 años. Lucas (16) no cree que sea verdad lo que ve: es la compañera de ambos, semidesnuda en una cama, con la gorra de un alumno del último año de la escuela.

Para ellos, es común ver esas imágenes. Lourdes, de 15 años, alumna del Nacional, comenta que para la mayoría de las chicas y chicos de su edad la posta para hacerse conocidos es mostrando fotos provocativas, principalmente en instagram. Más rápido alcanzarán popularidad si filman un video erótico y lo suben a las redes.

De todas formas no siempre el resultado les da felicidad, admiten los adolescentes. Conocen el caso de una chica que luego de mostrarse en un video erótico no volvió más a la escuela. “Y eso que le pusieron miles de likes”, dice Eliseo. “¡Ojo! A muchas chicas tucumanas les encanta mostrarse así; dicen que es su cuerpo y su vida y que nadie se meta; no se sienten mal después de aparecer de esta forma”, añade.

“¿Sus papás saben de estas cosas? ¿Alguna vez les dieron un consejo sobre sexting?”, les preguntamos. Se ríen. “Mi mamá me dijo una vez que tenga cuidado. Dejé de usar facebook para que no opine sobre mis fotos”, dice Lourdes. A Lucas sus padres nunca le hablaron sobre el tema. “Creo que sí saben, pero no me dicen nada”, resume.

No es fácil protegerlos

En Argentina hay más de 13 millones de niños, niñas y adolescentes de los cuales el 80% usa internet. Según el estudio Chicos Conectados, que publicó Unicef, siete de cada 10 menores manifestaron haber visto imágenes o videos con contenidos sexuales en los últimos doce meses; de alguien desnudo; de partes íntimas; o de personas teniendo relaciones sexuales.

“La gran mayoría de ellos no miden los riesgos de publicar todo lo que hacen en la red”, opina Carina Sosa, docente de tecnología de la información. Pese a que desde el punto vista legal hubo avances y hoy la viralización de imágenes de contenido sexual en la que intervengan se puede castigar, según esta experta es muy difícil protegerlos. Y apunta a los padres: “tienen que estar, y no como amigos que hacen lo mismo en las redes. Deben aconsejar, escuchar sus preocupaciones, generar un espacio de confianza. Ese es el mejor salvavidas”.

> “Nati” te enseña sobre sexting
El robot de unicef que dialoga con los chicos
Un sistema dotado de inteligencia artificial, que simula ser una joven de 19 años y chatea a través de Facebook Messenger, es la nueva iniciativa de Unicef para que los adolescentes conozcan los riesgos de compartir imágenes íntimas en las redes sociales. “Nati Luetto”, el bot (robot digital) que además de usar expresiones coloquiales tales como “joya” o “bancame” establece diálogos fluidos sobre situaciones incómodas o violentas que se suelen vivir en Internet. Es más ella cuenta que tuvo una mala experiencia: “mi ex mandó un video nuestro para algunas personas… un video íntimo, ¿entendés? yo confiaba en él. Imaginate si alguien de mi familia lo ve”, es una de las frases que lanza Nati mientras comparte fotografías casuales y mensajes de audio con su interlocutor humano, para conseguir mayor realismo y empatía. Al conversar con los chicos, Nati les da consejos para que protejan su intimidad.

> PUNTO DE VISTA I

"Extrema vulnerabilidad"

AMELIA DEL SUELDO PADILLA

MÉDICA SEXÓLAGA. ASOCIACIÓN ARGENTINADE SEXOLOGÍA Y EDUCACIÓN SEXUAL

El sexting aparece con los primeros celulares, donde se podían mandar mensajes de texto únicamente y lo comenzaron a usar las adolescentes de EEUU, de esta forma enviaban mensajes de contenido sexual entre ellos. El problema comenzó cuando intervenían adultos haciéndose pasar por adolescentes. Y esto se profundizó aún más con el avance de la tecnología, las redes sociales y la viralización de un contenido y la manipulación del mismo que llevó al suicidio a adolescentes. La exposición que sufrieron de su intimidad fue terrible para un siquismo en desarrollo y en proceso de madurez.

Los estereotipos imperantes, los concursos de belleza, la hipersexualización de las niñas, más la falta de una educación integral de la sexualidad, hacen que estas situaciones pongan en riego a los menores, quienes deberían estar alertados, porque en muchos casos terminan sufriendo abusos. Entonces la única forma de protección es que esos niños tengan acceso a docentes formados e informados para que puedan trabajar de manera mancomunada con las familias a fin de proteger a los chicos y adolescentes.

Esta etapa es de extrema vulnerabilidad para los chicos porque todos quieren mostrarse y tener seguidores y likes. Es el tipo de sociedad que les mostramos nosotros los adultos. Y mientras nos sigamos negando a la implementación de la ESI, estarán en peligro. Porque no hablar sobre estos temas no significa que no existan.

El morbo de la sociedad, esa necesidad de espiar en la intimidad del otro o de la otra, debe ser tratado y abordado en todos los niveles. Empezando por la familia y la escuela.

> PUNTO DE VISTA II

"No hay que prohibir, sino aconsejar"

MARÍA GABRIELA ROSCONI

PSICÓLOGA E INVESTIGADORA

La hipersexualidad es un fenómeno que se ha impuesto desde hace más de una década. Constantemente vemos en las redes, medios gráficos y televisivos imágenes tanto de mujeres como de varones con poca ropa y en poses provocativas. Si a esto le sumamos la “cultura de imagen” imperante tenemos una combinación peligrosa.

Cuando pensamos en los adolescentes, la situación se complejiza un poco más, ya que éstos, por las características propias de su ciclo vital no miden los riesgos de exponer sus vidas en las redes. Y en muchas de estas imágenes se los ve con escasa ropa. El problema en sí no es mostrarse sino el desconocer el riesgo que encierran las redes, cuando esas imágenes dejan de ser “para los amigos” y pasan a ser del mundo virtual. Algo parecido pasa con el sexting. Los y las adolescentes envían sus fotos provocativas y hasta a veces explícitas a una persona en particular, pero no imaginan que esa foto puede luego viralizarse o utilizarse para otros fines tales como el escrache o el ciberbulliyng.

Recordemos que los adolescentes en general no tienen “conciencia del riesgo”, por lo que realizan la práctica del sexting sin imaginar las consecuencias negativas que puedan tener. Entre los adolescentes esta práctica es bastante habitual, pero muchas veces no termina como imaginaban y sufren al ver cómo sus fotos se viralizan y caen en manos de otras personas, generando situaciones de mucha angustia y malestar.

Cuando una imagen sube a una red, puede viajar a miles de lugares sin que se pueda hacer mucho para parar esa viralización. Muchos de estos se arrepienten pero lamentablemente ya es tarde, solo queda aprender de la experiencia. Con respecto al rol de los padres, es muy difícil para éstos hablar sobre el tema, ya que por un lado, muchos lo desconocen y otros creen que no es algo muy habitual por lo que no les parece un riesgo para sus hijos. Éste, como otros asuntos, deben ser hablados en familia, mostrando los riesgos que conlleva esta práctica.

Ahora bien, poder hablar con nuestros hijos también requiere tener ciertas consideraciones. Por ejemplo, el adolescente tiende a no respetar los “no” de los padres y demás adultos, entonces antes de prohibir hay que aconsejar algunas cuestiones a tener en cuenta si se desea practicar el sexting seguro, para poder realizar un uso saludable de la tecnología y que la práctica sea una decisión propia y no por presión del otro o por una moda. Por ejemplo, si van a sacarse una foto o hacer un video, no hacerlo en la habitación propia, donde de fondo puedan salir elementos que los vinculen, tales como portarretratos u otros elementos. Otro consejo es sacarse fotos sin el rostro y sin mostrar marcas personales (tatuajes o cicatrices). Es importante asegurarse que quien va a recibir la imagen es de suma confianza, como así también elegir de manera tranquila cuál foto es la que van a enviar. No es una conversación fácil, pero vale la pena intentarlo por la seguridad y el bienestar de nuestros hijos.

Comentarios