Ganadores y perdedores de la Cumbre

Todos los laureles fueron para Trump, mientras que Macri terminó como el gran negociador.

DISTENDIDOS. Casi como en casa, Trump y May, la primera ministra de Reino Unido, no repararon por los fotógrafos al momento de sus gestos extraños. credito DISTENDIDOS. Casi como en casa, Trump y May, la primera ministra de Reino Unido, no repararon por los fotógrafos al momento de sus gestos extraños. credito
03 Diciembre 2018

Terminó el G20 y llegó la hora del balance. Y el gran negociador terminó siendo..., Mauricio Macri, quien estuvo en los “cara a cara” a través de 17 reuniones bilaterales, donde pidió inversiones y apoyo internacional a su programa económico. Pero los especialistas le endilgan “dos jornadas negras”: su encuentro con el príncipe saudita Mohammed Bin Salman, con quien habló de comercio e inversiones, y no haberle planteado su preocupación por el asesinato del periodista Jamal Khashoggi.

Pero a decir de los entendidos, el gran ganador de las dos jornadas fue, sin dudas, Donald Trump. Sin sus habituales estridencias, el presidente de EEUU se llevó un documento del G20 que remarca la salida de su país del Acuerdo de París. Además, puso sobre la mesa la reforma de la Organización Mundial de Comercio (OMC), y rubricó junto a Justin Trudeau, de Canadá, y Enrique Peña Nieto, de México, el nuevo Nafta, diagramado a medida del republicano. Su victoria hubiera sido total si doblegaba a China, a quien le declaró la “guerra comercial”. Esa rivalidad estratégica amenazaba con no agotarse en la cena con su par Xi Jinping.

Otro que supo capitalizar el encuentro fue el premier japonés Shinzo Abe, que sumó bilaterales de peso con Trump y Xi, entre otros, y una trilateral con Estados Unidos e India, dos inmensos mercados para sus exportaciones. Además, asumió la presidencia del G20, que tendrá su próxima cita en Osaka el 28 y 29 de junio de 2019.

Por su lado, Bin Salman, heredero al trono en Arabia Saudita, se va mejor de lo que llegó. Su cálido saludo inicial con Vladimir Putin le dio aire ante las cámaras de televisión, en momentos en que la CIA y Turquía lo acusaban de haber dado la orden de matar (fue descuartizado) a Khashoggi, y la Justicia argentina lo investigaba por una denuncia de Human Rights Watch.

Putin tuvo una cumbre más deslucida, aunque no se puede decir que salga derrotado. Trump le canceló la cumbre bilateral prevista, la segunda de este año, pero esa baja le evitó oír en persona los reproches de la diplomacia estadounidense por la captura de 24 marineros ucranianos y buques en el Mar de Azov. Tampoco habrá dardos para Trump en EEUU, por la investigación de la presunta intromisión del Kremlin en la campaña presidencial de 2016.

Michel Temer y Peña Nieto llegaron a Buenos Aires con el partido perdido desde el vestuario. El presidente brasileño entregará el poder el próximo 1 de enero y la sombra de su sucesor, Jair Bolsonaro, planeó el viernes y sábado sobre Costa Salguero. Emmanuel Macron, hábilmente, lo responsabilizó por el futuro de las negociaciones entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur, sin aludir al proteccionismo al agro de su gobierno.

Recep Erdogan también tuvo una cumbre accidentada. No sólo fue testigo de cómo el príncipe saudita rompía el aislamiento y sumaba una bilateral tras otra, sino que también respondió a una pregunta que nunca le hubieran hecho en su país. “¿No es hora de que Turquía reconozca el genocidio armenio?”, lo interrogó un periodista argentino, bisnieto de una de las víctimas. Él negó el hecho.

Párrafo aparte para la primera dama argentina, Juliana Awada, que atendió personalmente a las acompañantes de los líderes del G20 y eligió los regalos y comidas para ellas. Aprobó el examen.

Comentarios