Un arte a tono con la realidad social

En las diferentes expresiones artísticas que circularon este año por Tucumán el compromiso se impuso. Marea verde.

“EL SILUETAZO”. Las fotos de Eduardo Gil tuvieron gran repercusión. “EL SILUETAZO”. Las fotos de Eduardo Gil tuvieron gran repercusión.

“Quizá este es el año en que se está haciendo foco en el tema, que la atención está centrada en los procesos creativos y en la temática”.

La reflexión del jurado de la Fiesta Provincial de Teatro puede extenderse a las artes visuales: es un año que estuvo marcado por un contenido político y por diversos reclamos en los espacios de cine y teatro, fundamentalmente.

“El motoarrebatador”, “La ausencia de Juana” o “Bazán Frías. El elogio del crimen” (estrenada en diciembre 2017) son algunas de las realizaciones que dieron el tono en la producción cinematográfico local. Un tono marcado por lo social que debate, incluso, el tradicional perfil del delincuente o que interviene activamente en la construcción y deconstrucción de los géneros. El feminismo y su marea verde tiñeron la mayoría de las actividades artísticas. Y también la violencia y la pobreza generalizada. El festival de DOCA (Documentalistas Argentinos) y el Espacio Queer colaboraron en ese tono apuntado.

“La principal fuente de inspiración es la realidad”, decía hace unos meses el director Agustín Toscano. Esta frase podría ser repetida por decenas de artistas en esta ciudad y en el país, seguramente.

Contundentes han sido las exposiciones de la Bienal de Fotografía Documental, tanto para acentuar la distancia con “la verdad” como para resaltar su compromiso con esa realidad. Las obras de Eduardo Gil o Pepe Mateos, el “Estéreo (auto)scopio” de Esteban Pastorino y Nicolás Sáez y “Siluetas & Lazos”, fueron algo así como los tenores y sopranos de esta ópera social, porque son los que más alto brindaron a ese tono.

Igualmente fuerte sonó la frase del padre del anarquismo, Pierre-Joseph Proudhon, que se podía leer en la sala central del MUNT, pintada desprolijamente, desde julio en adelante: “la propiedad es un robo”.

El Bondi Colectivo fue reconocido por su trabajo “Duty free. Zona Franca”; una instalación de una feria de copias, piratas, ropa usada, PC’s que disparan textos y una fotocopiadora. Cita de citas, puede ser un verdadero outlet de arte. Un arte político que no tanto se desmarca de la institución (museo, salón) sino que le interesa incorporar la realidad a esas instituciones y dislocar su situación de obra.

El primer premio “High school”, de Lucrecia Lionti contiene leyendas punzantes como “Queremos ser socios de Argentina”, o “Austeros y Cuidadosos” y, más directa aún, “Tirar un piedrazo de este tamaño es un intento de asesinato (sic). Matar, no”.

Así como “El siluetazo” cumplió 35 años, “Tucumán Arde”, una de las operaciones artísticas y políticas más importantes del siglo pasado, que derivó del cierre de 11 ingenios, conmemoró medio siglo. Curiosamente, no participó ningún artista tucumano en su inicio. Tal vez por ello y por el grado de desconocimiento que existe en esta provincia, se hayan sumado distintas actividades a recordar esta acción. Pero también a darle un contenido con reivindicaciones de este tiempo.

Cuando se inaugure esta semana el Salón de Tucumán, se verá si este tono se mantiene en las producciones nacionales y locales.

En las salas

En el teatro, tanta realidad en las puestas dio cuenta de que las movilizaciones contra la violencia de género y el enfrentamiento de pañuelos celestes y verdes, y la educación sexual, se libra tanto en las salas como en las calles.

Lo que ocurrió con la obra “Chicos católicos, apostólicos y romanos” fue todo un dato: por un lado, la multitud que reunió, pero también las reacciones que provocó por el otro. Los guiños de “La micro superpoblación de Antón” y la vigencia del clásico “Danza macabra”, hicieron otro tanto.

Se sabe, todo arte es de su tiempo, pero el actual parece que acentuó ese compromiso con una realidad de la que no pudo escapar.

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