Francia: alerta y detenciones antes de las protestas

El arresto de más de 100 estudiantes provocó indignación Cierran monumentos y retiran contenedores y vallas en París. Temen que la jornada termine en actos violentos.

EN LLAMAS. El reclamo contra Macron, en la Plaza de la República. Reuters EN LLAMAS. El reclamo contra Macron, en la Plaza de la República. Reuters
08 Diciembre 2018

PARÍS.- El gobierno francés cerrará hoy la torre Eiffel y otros monumentos de París, a la vez que desplegará 90.000 policías para tratar de evitar nuevos hechos de violencia, luego de más de tres semanas de protestas contra el presidente Emmanuel Macron. Además de los 8.000 policías que se movilizarán en la capital, autoridades de París identificaron 14 sectores restringidos al público para la jornada de protesta de los “chalecos amarillos”.

Por temor a ataques al mobiliario urbano u obras en construcción, la Policía removerá todos los contenedores para vidrio, las barandas y la maquinaria de construcción en ciertos sectores, incluyendo la avenida de los Campos Elíseos.

En la víspera de las manifestaciones, imágenes de decenas de alumnos de secundaria obligados a arrodillarse con sus manos en la nuca durante un operativo policial exacerbó aún más el malestar en el país.

El Gobierno prometió una investigación luego de que políticos de izquierda expresaron su indignación ante los videos, que circularon por las redes sociales, en los que se ve a los adolescentes arrodillados mientras policías les dan órdenes a los gritos.

Los 146 estudiantes fueron detenidos ayer frente a un colegio del suburbio parisino de Mantes-la-Jolie, donde -según el Gobierno- jóvenes ajenos a la escuela quemaron contenedores de basura, robaron garrafas de gas y atacaron a la Policía.

La protesta estudiantil, que comprende a 280 colegios y expresa el rechazo contra los nuevos requisitos para entrar a la universidad, realza el clima de revuelta general en Francia, en coincidencia con las marchas contra la suba del combustible.

Las protestas de los “chalecos amarillos”, llamadas así por los chalecos de seguridad que usan los manifestantes, terminaron, el sábado pasado en los peores disturbios en décadas.

Convertidos en el mayor desafío para Macron desde que llegó al poder, el año pasado, los “chalecos amarillos” están furiosos por el alto costo de vida, que achacan a los impuestos.

Procedentes en su mayoría de zonas rurales y de pequeñas ciudades del interior, acusan a Macron de favorecer a los ricos con sus políticas liberales.

El ministro del Interior, Christophe Castaner, expresó que el gobierno teme que haya manifestantes que lleven armas a las protestas y no descartó el arribo de manifestantes extranjeros. “Frente a la violencia sistemática y organizada, nuestras fuerzas responderán con firmeza”, advirtió Castaner en rueda de prensa. (Télam-Reuters)

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