Video: “Quería conocer la historia de la Pachamama”

De la mano de la música, Fall Madior Dieng dejó su Senegal de mar y playas para instalarse en Tucumán, cerca de las montañas. Alegrías y dificultades.

La decisión no fue fácil, aunque tampoco le costó demasiado. Por sus venas corre sangre nómade que lo arrastra a ir de un lugar a otro. Pero lo que le pasó con Tucumán fue diferente, acá se sintió en casa. Un poco por el nombre de nuestra provincia (que le recuerda a un pequeño poblado cargado de historia en su Senegal natal) y por las montañas. Fall Madior Dieng, tiene 50 años y es uno de los 120 senegaleses que viven en Tucumán. Cuenta que de niño anhelaba conocer nuestros paisajes. Donde nació hay playas y mucha arena. Buscaba el contraste y conocer a la Pachamama.

Lo trajo la música y por ella se queda. Llegó a Tucumán en 2007, junto a 11 amigos en el marco de un proyecto cultural con el cual planeaban conformar un ballet afro junto a otros músicos senegaleses. Con lo puesto, llegaron a Argentina abrazando sus instrumentos. En aquel entonces era invierno y el frío no fue un impedimento para los viajeros, que no hablaban ni una palabra del español. En nuestra provincia, recuerda, encontraron el calor que habían dejado atrás. “Los dos primeros meses fueron pura fiesta. Probamos el asado y compartimos con gente muy querida”, rememora Madior, quien se define como representante cultural de su pueblo, en la entrevista del ciclo “Inmigrantes” de La Otra Pregunta que se emite por LA GACETA Play.

- ¿Qué significa ser un representante cultural de Senegal en Tucumán?

- Soy músico y comunicador social. La colectividad senegalesa me ha definido así. Desde que llegamos, como me gusta hablar, soy a quien primero se dirigen. Cuando llegamos sólo hablaba francés. Mediante señas y la música se me hizo más fácil entender algunas palabras. La música es un lenguaje universal con el que nos encontramos.

- Contanos de tu llegada a Tucumán. ¿Qué te acordás? ¿Por qué decidiste viajar a Argentina e instalarte en Tucumán?

- Llegamos legalmente, con la visa. Y fueron varios motivos. Pero todo empezó porque conocí a un tucumano, Eduardo, con quien nos volvimos casi hermanos. Estuvo viviendo en casa mucho tiempo. Le enseñé la cultura africana y las costumbres de mi país. Eso me emocionó de él. Los senegaleses lo rebautizamos y le dimos un nombre de Senegal. El tucumano nos hablaba de la Pachamama y dije ¡qué lindo, quiero conocer esa historia! Luego ideamos el proyecto musical que nos permitió viajar.

- ¿Qué hacías en Senegal antes de venir a Tucumán?

- Soy percusionista. Hago música africana fusionada con música moderna. Combino la percusión con lo popular. Siempre me dediqué a la música, y mi familia también. En Senegal vivía con toda mi familia, mis hermanos, mis padres y sus hijos. Vivimos en armonía. En mi casa la música se respira desde chicos. Mi madre y mis hermanos son cantantes. En Senegal mi trabajo era tocar en shows privados y públicos. Tengo cinco hijos en Senegal, estuve casado dos veces. Cuando llegué a Tucumán, vine con mi esposa, pero después me pidió el divorcio, era muy difícil estar acá para ella y además no conseguíamos los papeles para estar más tranquilos.

- ¿Cómo tomó tu familia tu viaje a Tucumán?

- Es que en Senegal es muy común. Los senegaleses estamos en todo el mundo. Somos nómades, nos gusta viajar. Lo hice siempre con la música. La música me llevó a conocer otros lugares y gente nueva. No fue difícil para mí o para mi familia dejar el país. Cuando llegamos éramos 11 y hoy somos más de 120. Muchos se casaron, tienen niños afroamericanos y siempre estamos en contacto.

- ¿Cómo viven la situación económica del país y la búsqueda de trabajo formal?

- Estoy sufriendo como todos. Los senegaleses trabajamos para apoyar a nuestra familia. Viajamos tanto porque nuestro país tampoco está bien económicamente. Actualmente el dólar nos está preocupando, porque desde que llegamos enviamos todos los meses dinero a la familia. Pero últimamente es más difícil. Yo soy independiente, si hay laburo gano plata, si no, no puedo mandar nada. A los senegaleses nos cuesta encontrar trabajo formal. No sé por qué. Quizá por ser inmigrantes. En vez de darle laburo a un senegalés, se lo dan a un argentino. Muchos estamos en esa situación. Muchos de los que vinimos tienen títulos profesionales. Sin embargo hoy subsisten de la venta ambulante. Vinieron con otra expectativa, no se imaginaban esto. Hay algunos que están arrepentidos y quieren volver. Otros que tienen problemas de papeles y no pueden regresar.

- ¿Qué extrañas de Senegal?

- De Senegal extraño mis costumbres y mis amigos. Mis maestros, con quienes somos una familia. Y mis hijos, claro. Yo me adapto a cualquier lugar. Es lo mejor que tengo. Senegal es muy movido de noche, en todo momento hay eventos y todos participan, con mucha felicidad. Gastan todos los ahorros de años en bautismos o casamientos. Todos los días es una fiesta, no importa el horario. Hay diversidad cultural y eso extraño. Sin embargo estoy en Tucumán, pero me siento en Senegal. Cuando regreso a mi país, a los dos meses quiero volver acá. Me gusta viajar, y hace más de un año que no lo hago, así que tengo muchas ganas de ir a otro lugar, cambiar un poco. Pero mi familia no me acompaña. Mi hija es muy pequeña y no puedo trasladarlos. Me gusta viajar y conocer lugares. Soy así, es parte de mi vida.

Tamaño texto
Comentarios
NOTICIAS RELACIONADAS
Comentarios