La sala de audiencia se colmó de llantos y abrazos de impotencia y dolor, en momentos en que se terminaba de leer la sentencia por el crimen de Marta “Coty” Díaz. Los familiares, amigos y allegados expresaron desconsuelo y pesar, al conocer el fallo definitivo. En el quinto y último día de debate, la Sala en lo Penal VI condenó ayer a Maximiliano Zelaya Pourrieux a 25 años de prisión, al considerarlo culpable del delito de abuso sexual “gravemente ultrajante” y de la muerte de la víctima en concurso real. También impuso la misma cantidad de años como pena para Enrique Aslán, por abuso sexual con acceso carnal, en concurso real con el homicidio.
El Tribunal, a la vez, resolvió absolver a los otros tres imputados -José Luis Rodríguez, Sergio Fernández y Diego Palacio- por el asesinato y ataque sexual contra la joven, ocurrido el 8 de febrero de 2015 en un descampado de Yerba Buena. Por ello, dispuso la libertad de Rodríguez, quien estaba en prisión. El próximo viernes 14 se conocerán los argumentos del fallo.
“Me parece absurda la decisión. Esperaré a conocer los considerandos, pero desde ya no entiendo por qué se dictamina que había habido abuso sexual y después, homicidio, como hechos independientes. Es un oxímoron; están relacionados el homicidio con el abuso sexual. Salta a las claras que se trata de un homicidio ‘criminis causae’, cuya condena es la perpetuidad”, cuestionó Guillermo Villalba, abogado de la familia de Díaz (la querella).
Luis María Rizo, defensor de Aslán, cuestionó que el fallo condenara a su cliente. “Sostenemos la inocencia de mi defendido y la no participación en la general del hecho. Desde ya, la resolución será objeto del recurso de casación, pero esperamos conocer los fundamentos”, expresó .
Su colega y representante de Zelaya, Erika Corbera, expresó: “no estamos de acuerdo con la calificación de abuso sexual, ya que entendemos que Zelaya no abusó de la señorita ‘Coty’ Díaz. Por esa razón, se presentará recurso de casación en el tiempo correspondiente”. “Por el lado del homicidio, considerábamos que tenía que ser una pena justa y considerable, por el hecho y por la familia”, agregó la letrada, teniendo en cuenta que el condenado había confesado ser el autor del crimen.