Por Martín Soto
05 Junio 2019
En unos comicios donde habrá hasta 79 boletas por cuarto oscuro, el “riesgo electoral” se dispara: se puede potenciar la posibilidad de que el elector, que tenga la decisión tomada desde su casa, sucumba ante la maraña de papeletas y termine entregando su voto a candidatos que no eran los previstos. O al menos una parte de ellos.
La opulenta oferta electoral es evidente: son 18.296 los dirigentes de casi 2.000 listas que competirán por 347 cargos. El padrón está conformado por más de 1,2 millón de personas, por lo que habrá un candidato cada 65 electores.
Una de las categorías más reñidas será la de concejales, donde 14.126 se disputarán 184 bancas municipales. Algo similar ocurrirá en la carrera para llegar Legislatura, que tendrá 2.227 participantes en la línea de salida, pero sólo conseguirán el premio los primeros 49.
En la Resolución 43/2019, la Junta Electoral Provincial (JEP) dispuso las instrucciones para acomodar las boletas en el cuarto oscuro: en orden creciente, según el número de partido, seguido por los acoples -también de menor a mayor-, y que los frentes sin listas colectoras se ubiquen en un pupitre individual, por separado.
El candidato Ariel Osatinsky (FIT), no obstante, había solicitado que las boletas estén diferenciadas de manera que las listas únicas estén para un lado y los acoples, para el otro.
Ante este escenario es que la mayoría de los partidos sale a la caza de votantes y apuesta de manera masiva al “delivery de votos”. Es decir, enviar la boleta al domicilio del interesado que se contacta a través de plataformas digitales. De esta manera, el partido busca -de algún modo- la fidelización del votante, y el elector evita demoras y frustraciones en el cuarto oscuro. Se busca un doble beneficio.
Alta conversión: lo pedís, lo tenés
Dirigentes y candidatos de distintos partidos consultados por LA GACETA coincidieron en que se esperan unos comicios muy parejos. En ese contexto, apostaron por el sistema de envío de boletas a domicilio, que se piden por redes sociales o por Whatsapp. A diferencia del reparto casa por casa, estiman que sólo piden las papeletas aquellos que están decididos a apoyarlos. Es decir, que puede haber una “tasa de alta conversión”: que buena parte de los que piden la boleta terminen votando con ella. “Cuando es casa por casa, en la mayoría de los casos a la boleta se la termina usando para el asado”, dijo el colaborador de un acople oficialista.
Antecedente de 2015: mejor en el bolsillo
Un candidato a concejal por la capital del Frente Vamos Tucumán afirmó que en las elecciones pasadas les funcionó muy bien el “delivery de votos”, por lo que decidieron potenciarlo. Además de cuestionar el sistema de acoples, por las decenas de boletas que habrá en cada cuarto oscuro, el aspirante a edil reveló que utilizan diversas estrategias para que su votante llegue al centro de votación con su boleta en el bolsillo. Además de responder a las solicitudes, habilitaron la página “www.silviaygerman.com.ar”, con un mapa donde se indican más de 100 domicilios de voluntarios donde se puede pasar a retirar la boleta.
Distribución: en auto o en moto
Los pedidos varían según el partido o la popularidad del candidato. Algunos afirmaron que distribuyen al menos una decena de boletas diariamente, mientras que otros sostienen que hay días en que reparten cerca de 100 papeletas con el modo puerta a puerta. Muchos optan por las motocicletas, pero hay espacios que prefieren el auto. “Nos parece una excelente acción para que la gente que no tiene tiempo porque trabaja todo el día o no pueda pasar por la sede”, reconoció Luciano Villegas, candidato a concejal por Acción Regional. Dijo que la distribución la hacen en auto porque Yerba Buena se expandió mucho en los últimos años.
Costos: corren por cuenta de los partidos
Según la estructura de los espacios, se opta o no por el “delivery de votos”. Desde Fuerza Republicana, la candidata a intendenta de la Capital, Nadima Pecci, aseguró que tratan de cumplir con quienes los contactan por redes sociales, en la medida de lo posible. “Siempre nos han pedido votos, pero ahora la demanda se ha potenciado”, manifestó. “La oferta es muy amplia y es mucha la gente que está cuidando el litro de nafta. Tratamos de resolverle eso también, para que no tenga que acercarse hasta una sede para buscar su boleta”, afirmó el candidato que respalda la candidatura de Bernardo Racedo Aragón como intendente de la “ciudad jardín”.
Mejor control: circuitos sin fiscales
Hay dirigentes que señalaron que el hecho de que sus votantes vayan con la boleta en el bolsillo les beneficia también a la hora del control y de los costos, dado que sólo los espacios con una estructura importante pueden tener un fiscal en cada mesa. Donde no logran contar con este contralor, pueden estar expuestos al robo de boletas. “Algunas listas sientan fiscales en todos lados, hay otras que no. Hay acoples que sólo cuidan ciertos circuitos. Entonces en el otro, que no llegan a cubrir, piden a los votantes que lleven la boleta desde la casa”, reconoció un candidato opositor que respaldó el servicio de “delivery” para los votantes de su espacio.
Apuesta digital: se publicita por las redes
Las redes sociales posibilitaron a los candidatos ampliar los horizontes para seducir a los electores en sus tiempos de ocios. Además de ofrecer los “delivery de votos” a través de publicaciones en páginas de Facebook y a través de estados de Whatsapp, en los últimos días se multiplicaron las publicidades pagadas de candidatos que ofrecen este servicio. Donde más quedó en evidencia esta estrategia para captar votantes es en la plataforma de Instagram. El legislador Guillermo Gassenbauer, que no será candidato, se inclinó por esta táctica para ofrecer el envío de boletas para respaldar a José Alperovich.
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