Calentamiento global: “sólo quedan diez años”

Nina Sosnitsky es una tucumana que integra Jóvenes por el Clima, una de las ONG que impulsó la declaración de la emergencia climática.

DESHIELO. Un grupo de candienses observa el desprendimiento del iceberg Alley en Ferryland, al este del país. DESHIELO. Un grupo de candienses observa el desprendimiento del iceberg Alley en Ferryland, al este del país.
09 Agosto 2019

Las cada vez más alarmantes consecuencias del calentamiento global no desesperanzan a un grupo de chicos que primero no dudó en salir a la calle y después decidió ingresar al Senado. El 17 de julio, ambientalistas del movimiento Jóvenes por el Clima, junto con otras organizaciones de la sociedad civil organizadas alrededor de la Alianza por el Clima, consiguieron que la Cámara Alta declarara la emergencia climática y ecológica. Este documento, impulsado en el recinto por el senador Fernando Solanas, exhorta al Poder Ejecutivo a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y cumplir con los objetivos del Acuerdo de París.

Entre los Jóvenes por el Clima se encuentra una chica tucumana, Nina Sosnitsky (San Miguel de Tucumán, 1999), que se mudó a Buenos Aires a principios de este año. Unos meses después, Nina aprovecha sus ratos libres para informarse sobre el cambio climático y actuar en consecuencia. “Muchos jóvenes estamos tomando conciencia de este problema, de esta crisis. Los datos están y son contundentes, sólo que la gente no tiene conciencia de lo que esto implica. Entonces nosotros, chicos jóvenes, decimos: ‘no, si hay empresas y gente con poder que están rompiendo los platos de nuestro futuro, nosotros decidimos ahora empezar arreglarlo’”, declama.

Urgente

Jóvenes por el Clima es un movimiento apartidario de la sociedad civil cuya principal herramienta son las redes sociales: en Instagram el grupo tiene más de 23.000 seguidores. Los compañeros de ruta de Nina comenzaron a pensar en la declaración de emergencia en abril de este año, después de que el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) publicara un informe especial sobre los impactos del calentamiento global a 1,5 grados Celsius. El IPCC, un organismo de las Naciones Unidas, estima que el desastre ambiental podría evitarse si se limitara el aumento de temperatura a ese nivel, pero advierte de que ese fin requiere transiciones “rápidas y de gran calado” en la tierra, la energía, la industria, los edificios, el transporte y las ciudades. Las emisiones netas mundiales de dióxido de carbono de origen humano deberían que reducirse en un 45 % para 2030 con respecto a los niveles de 2010, y alcanzar el “cero neto” en 2050.

Para Nina, esta crisis requiere políticas transversales, apartidarias, porque el cambio climático amenaza el futuro de todos: “nosotros nos preguntamos: ‘si sólo quedan 10 años y los que nos representan no asumen ninguna responsabilidad, entonces ¿cómo hacemos?’”. Encontraron la respuesta en la sociedad civil: “los jóvenes nos podemos levantar y hacer, como estamos haciendo, lobby político para generar conciencia, porque la declaración implica decir: ‘okey, el Senado toma conciencia y acepta la situación nacional, que es consecuencia de la internacional y consiste en una crisis ambiental a un nivel súper elevado’”.

Marchar, concientizar

La declaración de emergencia climática les requirió a los Jóvenes por el Clima muchísimo trabajo: reuniones, charlas y las movilizaciones del 15 de marzo y el 24 de mayo. Según datos de la organización, a la primera marcha asistieron 5.000 personas y a la segunda 7.000. “La verdad es que estamos muy contentos -expresa Nina- de que se haya declarado la emergencia climática, porque es un gran primer paso para seguir activando. Esto recién empieza”.

Estos chicos ambientalistas piensan que si bien las acciones individuales son muy importantes, ya es tarde para limitarse a ellas. “Claro que hay cosas que yo puedo hacer en mi casa para aportar mi grano de arena, pero del grano de arena deberíamos haber tomado conciencia hace 30, 40 años atrás. Este problema existe desde hace 200 años, desde la Revolución industrial, y ahora se acrecentó con la globalización”, explica Nina.

Sin embargo, el primer paso para salvar nuestra casa sí es individual: consiste, según Nina, en “tomar conciencia de que la naturaleza nos dio el mundo y nosotros lo estamos destruyendo”. “Nos duele mucho que haya gente como Donald Trump que diga que el cambio climático no existe, que es un invento, cuando en realidad él debe tener un montón de empresas y construcciones que contaminan. Yo creo que Trump va a tomar conciencia cuando se le empiecen a inundar sus cosas. Pero, aun así, los Jóvenes por el Clima, en vez de quedarnos de brazos cruzados, dijimos: ‘no, hay que hacer algo ya’. Y empezamos este año y ya logramos que se declare la emergencia climática”, se entusiasma.

Hacia una ley

Los Jóvenes por el Clima no se relajan. Tras conseguir esta declaración de emergencia climática, que les demandó tres meses de presión, ahora trabajan en un proyecto de ley de emergencia climática y ecológica. “Lo vamos a presentar más adelante, porque al ser para una ley tiene que pasar por las dos cámaras y es un proceso más largo. Entre otras cosas, el proyecto crearía la Comisión de Medio Ambiente, que sería la encargada de tratar de reducir en el 100 % los gases de efecto invernadero hasta el 2050”, anticipa Niña.

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