ATEP: 70 años de luchas docentes y por la escuela pública

Un repaso por la historia del gremio y sus sucesivos dirigentes. Las conquistas de los últimos años.

SEDE. El edificio de San Lorenzo al 400 donde funciona la agremiación. atep SEDE. El edificio de San Lorenzo al 400 donde funciona la agremiación. atep
10 Enero 2020

La lucha de los docentes tucumanos por sus derechos es la historia misma de ATEP, desde que abrió para constituirse en uno de los primeros gremios del país. El 26 de noviembre de 1949, el Ministerio de Trabajo de Tucumán ponía en funciones la Agremiación Tucumana de Educadores Provinciales (ATEP), conformada por ex integrantes del Sindicato del Magisterio de Tucumán. Esa primera comisión directiva estaba integrada por mujeres bajo la conducción de Rosa Vozza de Zapata.

Las asambleas de delegados por escuela arrancaron el 19 de diciembre de 1949. Su primer objetivo era lograr la equiparación de los sueldos de los maestros tucumanos con los de la Nación, que cobraban más. Esa lucha, que tardó décadas en conseguirse, y las muchas que siguieron, sólo intentaron ser frenadas por las dictaduras militares de 1955 y de 1976, con sendas intervenciones. Esta última le costó la vida a uno de sus dirigentes más combativos y emblemáticos, el monterizo Francisco Isauro Arancibia, cuyo nombre lleva el auditorio de la sede central de ATEP en San Lorenzo 434.

Moral y patriotismo

“Arancibia era un dirigente que vivía pura y exclusivamente para el gremio. Él vivía allí, tenía una habitación donde dormía muy humildemente. Había una cama, una mesa de luz, libros, revistas y diarios por todos lados”, recuerda -para la revista “Caminando juntos”, de ATEP- el periodista Tulio Dardo Barcala, que trabajó en los extintos diarios Noticias y La Tarde. En la misma nota, firmada por Sonia Cisneros, agrega: “yo pasaba por la sede todos los días, en mi recorrida por los gremios para ver qué novedades había. Cubría las reuniones y comenzaba ya a destacarse como dirigente una figura joven, César Américo Zelarayán”.

“Arancibia tenía un sentimiento muy arraigado a los valores morales y patrióticos. Sentía profundamente las necesidades del pueblo, sus desgracias y miserias, se interesaba por el destino de Latinoamérica”, describe Barcala. Fue bajo su mandato, en 1959, que ATEP realiza la primera huelga de su historia. Duró 40 días y le valió la represión de la Policía. Pedía un aumento salarial y la equiparación con los sueldos de la Nación.

Tras lograr la personería gremial en 1962, ATEP junto a otros sindicatos del país fundan, en 1973, la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera). Arancibia llegó a ser su secretario adjunto. Hasta que el mismo día del golpe militar, el 24 de marzo de 1976, un grupo armado ingresa a la sede de ATEP y acribilla a Isauro y a su hermano Arturo René, también docente. A mediados de los 80, también le toca a ATEP participar en la normalización de la Ctera.

En democracia

El regreso a la vida democrática requiere un enorme esfuerzo de reorganización. Los docentes eligen a Raúl Núñez por dos períodos consecutivos, de 1983 a 1989. Italia Arancibia de González, la hermana Isauro, era su adjunta, pero en 1985 renuncia y le sucede Lauro Herrera. En 1989, triunfa la fórmula César Américo Zelarayán - David Nicolás Toledo (actual secretario general). Cacho, como era el apodo de Zelarayán conduce el gremio durante 20 años hasta que fallece el 24 de diciembre de 2009. Toledo completa su mandato hasta 2012, y ese mismo año gana las elecciones ya como titular. En 2016 reedita el triunfo junto a Juan José Jiménez, como adjunto, cuya comisión conduce hasta hoy.

En su historia, las luchas se suceden por recomposición salarial, concursos, titularización, paritarias (dentro del Frente Gremial junto a APEM y AMET) y resistencia a normativas que afectan a los docentes, pero siempre orientadas hacia un mismo fin. Como le gustaba repetir a Zelarayán: “en defensa de la escuela pública y por una educación en igualdad de posibilidades para todos”.

El nombre del dirigente corona en letras gigantes el frente de la sede que se compró y edificó durante su mandato, a media cuadra de la Casa Histórica. También una escuela de La Cocha lleva su nombre.

Puertas adentro, ATEP cuenta con hosterías en San Pedro de Colalao y Tafí del Valle, remodeladas en la última gestión, así como un complejo deportivo y recreativo en avenida Adolfo de la Vega al 200, inaugurado hace un año y sedes propias en Juan B. Alberdi y Aguilares, Concepción. Para Toledo el lema es “hechos y no palabras” lo que hace grande a un gremio con 16.000 afiliados que incluye a todos docentes de los distintos niveles y modalidades de la educación en Tucumán.

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