"Ni siquiera el capitán sabe"; el relato de un camarista tucumano en altamar

El vocal Pedicone está a bordo de un crucero que intenta llegar a un puerto europeo en medio de la crisis del coronavirus.

Ni siquiera el capitán sabe; el relato de un camarista tucumano en altamar COSTACRUCEROS.COM
16 Marzo 2020

Durante enero, Enrique Pedicone llevó adelante una audiencia histórica en la causa por presunto abuso sexual que tiene como denunciado al senador José Alperovich. Dos meses después, el vocal de la Cámara de Apelaciones en lo Penal de Instrucción de esta provincia, es uno de los más de 3.000 argentinos a bordo de un crucero que deambula en busca de un puerto en el que amarrar.

El camarista viaja junto a sus hijos en un barco de la empresa Costa que zarpó de Buenos Aires el 3 de este mes. Debía llegar a Barcelona el 21, pero el destino es incierto: por la crisis que desató el coronavirus en Europa, muchos países prohíben que lleguen cruceros a sus puertos. 

Dentro del navío se combinan el miedo, la incertidumbre y el nerviosismo. Muchos pasajeros se quejan por la falta de información. De hecho, el ex camarista Salvador Ruiz -que también está en ese crucero- ayer cuestionó que aún no hayan regresado. Según Pedicone, la situación cambia minuto a minuto. "Hay pánico, hay asambleas a bordo que proponen desde pedir compensaciones hasta escrachar al capitán", describió en diálogo con LA GACETA. Precisó que Máximo Pennisi, el capitán, también espera instrucciones ante una realidad que se modifica a cada rato. Y así como hay pasajeros enojados con Pennisi, él y otros se muestran agradecidos por la atención que reciben en medio de una crisis. "Ayer hice una nota en agradecimiento que  firmaron muchos otros pasajeros, en italiano y en español, dirigida al capitán y al director Oscar Salvi por las atenciones que tienen en un momento de pandemia", precisó. 

Enrique Pedicone. LA GACETA/FOTO DE ANA DANERI Enrique Pedicone. LA GACETA/FOTO DE ANA DANERI

Luego de haber desechado la posibilidad de amarrar en Barcelona, había surgido la alternativa de llegar a Génova, pero Italia no es hoy un destino posible porque ese país registra el pico de casos. Así, la chance más concreta es desembarcar en Marsella. A ese puerto deberían llegar dentro de tres días, ya que el barco navega por estas horas frente a las costas de Marruecos. Sin embargo, una probabilidad es que el presidente francés, Emmanuel Macron, cambie de opinión. 

"Se supone que bajaremos en Marsella, pero ahora a las 20 Macron hablará y creo que progresivamente va a cerrar los puertos. Hasta ahora nos anotaron para bajar en Marsella y subir a los aviones de Aerolíneas Argentinas que dispuso el Gobierno nacional", advirtió el camarista.

Pedicone aclaró que cuentan con víveres, pero que ya hay restricciones: evitar aglomeraciones en los bares y lugares públicos dentro del crucero. "Hay personas grandes que están muy lábiles, y necesitan contención afectiva; u otros como un uruguayo al que le llevó la comida porque esta débil. Hay abuelos a los que les escriben sus parientes preguntándoles respuestas que ni siquiera el capitán puede dar. Y hay otros preocupados porque se les terminan los remedios", relató. 

Dentro del clima de incertidumbre y temor que se vive en una situación así, Pedicone intenta que la experiencia sirva. "Intento que mi hijo Constantino de 14 años aprenda que hay que gestionar las dificultades como paso necesario a gestionar el éxito", completó. 

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