Cómo alistarnos para lo que viene

05 Mayo 2020

Uno de los grandes beneficios de aplanar la curva de contagios de la covid-19 -nos han enseñado hasta el hartazgo ya- es ganar tiempo. La carrera contrarreloj que corremos en estos meses, es contra un brote severo de casos que harían colapsar el sistema sanitario como ya pasó en varios países. El tiempo que ganamos sirve para prepararnos mejor y dotarnos de lo suficiente para cuando ese brote llegue (si es que llega).

Por supuesto que nadie (o muy pocos) desconfían del éxito de la secuencia mencionada. Quizás por eso sea tan interesante trasladar la misma a nivel personal. ¿Hay alguna manera de prepararnos mentalmente para un eventual brote? ¿En qué aprovechamos nuestro tiempo “ganado” mientras estamos en casa? Si el estado se encarga de hacer más hospitales, proveernos de más camas y respiradores, ¿qué podemos hacer nosotros en nuestras casas para alistarnos? ¿Qué actividades, pensamientos o razonamientos nos harán estar “mejor preparados” para cuando todo empeore?

Mucho se ha hablado de la “productividad” en este aislamiento social obligatorio. La cantidad de trabajos, ejercicios, libros, películas, tareas, etcétera, que debíamos sumar a nuestro quehacer diario para no caer en el supuesto ostracismo, fue importante. Las estadísticas lo reflejaron: el consumo de Internet creció exponencialmente, en todo tipo de plataformas, según el Ente Nacional. En WhatsApp (144%), videoconferencias (430%) y en particular Zoom (1840%), Netflix (73%) y YouTube (21%).

La corriente contraria retrucó: “Nos piden ser productivos aún en este encierro. Pero no se puede replicar la vida tal y como era en las casas. Hay una exigencia mucho mayor en estos momentos”. Son palabras de la psicoanalista Alejandra Kohan.

Mucho podemos aprender de Italia y España, dos de los países más afectados por el virus mundialmente y que, lentamente, comenzaron a salir de la cuarentena. Casi que a partir de ellos, comprendimos lo que era estar confinados y lo que nos esperaría por meses. “La sociedad no será la misma hasta que no se encuentre la vacuna”, dijo el ministro de salud italiano, Roberto Speranza. Y así como escuchamos los videos de distintos profesionales de la salud de esos países para tomar medidas sanitarias, también es viable escuchar qué les pasó y les pasará por la cabeza una vez que haya pasado lo peor. “Incluso cuando los casos de coronavirus caigan a cero, la vida no será la misma”, advirtió el presidente del Instituto Superior de la Salud italiano.

Ambos augurios suenan fuerte pero tal parece que hacia allí vamos. Nuestra cabeza debería estar preparada para enfrentar una vida distinta por un buen tiempo y no solo por la utilización de un barbijo.

Si en algo nos prepara el aislamiento es en la manera en la que viviremos en el futuro: más aislados y algo encerrados. Quizás por eso, intentar ser los más productivos del mundo como si este fuera el mismo de siempre, no sea lo mejor.

“Los imperativos están ahí para suponer que la angustia no va a venir y no es así. Hay que darle lugar a la angustia”, recuerda Kohan con mucha razón. No es este un llamado a angustiarse, claro está. Pero parece importante, mirando lo que sucede en el resto del mundo, aprender que imponerse cosas y parámetros de productividad, no está bien. La vida no será la misma después de la covid-19. Nosotros tampoco lo seremos.

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