¿Pandemia? ¿Cuál pandemia? A juzgar por el nivel y el ritmo que mostró en estos dos primeros partidos desde la reanudación de la Copa Libertadores, River parece no haberse enterado de que estuvo casi 200 días sin competir. Hasta ese punto llega la influencia de Marcelo Gallardo: la idea está tan clara y aceitada que no necesita demasiado ensayo, incluso después de seis meses de hibernación futbolística y con un par de ejecutantes menos. Cada uno sabe lo que tiene que hacer, y lo hace. El resto sale solo.
Un detalle que resume cabalmente esa identidad se aprecia en el hecho de que, teniendo el asunto prácticamente liquidado en el primer tercio del partido contra Binacional, siguió atacando con no menos de cuatro hombres en cada incursión, como si hubiera estado perdiendo. Eso es el River de Gallardo: un equipo voraz, que no especula ni se conforma. Ni siquiera contra un rival tan endeble como el peruano, al que sólo la altura de Juliaca le hubiera permitido plantarle algún tipo de resistencia. En Lima, al nivel del mar, River hizo lo que quiso. Si metió "solo" seis goles y no ocho como en el partido de ida, fue por derroche y no por escasez de oportunidades.
Como bonus track, la recuperación de Lucas Pratto: el goleador, cuya historia con River parecía haber terminado tras la Copa del año pasado, se reencontró con la red después de 29 partidos, una sequía demasiado larga para un 9, y más para uno de su jerarquía. Dos goles con unos pocos minutos en cancha son una gran inyección de confianza, pero está claro que hoy la prioridad ofensiva la tienen Matías Suárez y Rafael Santos Borré, una dupla que se entiende y funciona de maravillas. Entre los dos, anotaron casi la mitad de los goles que el "Millonario" marcó en el año. Tratándose de un equipo tan ofensivo, no es poca cosa.
River queda entonces como el equipo con mejor diferencia de gol en lo que va de la Copa: +11, por encima de Independiente del Valle, que tras la paliza que le pegó Junior bajó a +8. De no ser por el triunfo de Liga de Quito ante San Pablo, el equipo del "Muñeco" también sería líder de su zona. No obstante, quedó a un paso: con ganar uno de los dos partidos que le quedan, está adentro. Por eso, podría sellar la clasificación el miércoles que viene, a partir de las 21.30, cuando reciba a San Pablo en cancha de Independiente.
Un detalle a tener en cuenta es que tanto los brasileños como los ecuatorianos todavía deben enfrentar al débil Binacional, por lo que es casi seguro que ambos sumen por lo menos tres puntos más de los que ya tienen. Por eso, River no debe bajar la guardia. Está un paso más cerca, pero el trabajo aún no está completo. Depende de sí mismo y, por fortuna, le sobra con qué.