San Martín: mucho dolor; una luz de esperanza

Gómez avisó que el grupo sufre el momento, pero que el nivel del domingo es una buena señal.

 CONFIANZA. Pese a que el equipo volvió a perder, Gómez tiene fe en que la mejoría comience a traducirse en resultados. CONFIANZA. Pese a que el equipo volvió a perder, Gómez tiene fe en que la mejoría comience a traducirse en resultados. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ
29 Diciembre 2020

“El balance del año es malo, un desastre. La pandemia, la quita de puntos, lo que pasó con el TAS y este arranque impensado. Todo mal”. Sergio Gómez no anda con vueltas. El entrenador pide olvidar rápido lo que pasó en este 2020 que semejó ser una película de terror para los hinchas de San Martín.

A la hora de rescatar algo positivo durante los últimos 365 días, las opciones no aparecen en cantidad. El equipo había arrancado atado en febrero, luego llegó la pandemia y todo lo que trajo consigo. El “Santo” intentó rearmar sus fuerzas para luchar por el ascenso, pero el equipo no se encontró rápido y el primer boleto se escapó casi en un abrir y cerrar de ojos.

Y como si todo lo que sufrió durante el último tiempo fuera poco, la derrota contra Villa Dálmine hizo que San Martín quebrara un marca negativa. Con el 0-1 ante el “Viola” sufrió la cuarta derrota en fila jugando en casa (Chacarita en marzo, Tigre, Atlético de Rafaela y Dálmine, en el nuevo campeonato); algo que no sucedía desde 1973, cuando disputando los viejos torneos nacionales también había sufrido cuatro caídas. (River, Racing, San Lorenzo y Estudiantes de La Plata).

Sí, los males parecen haber llegado todos juntos. Sin embargo, más allá del resultado del domingo por la noche el entrenador intenta aferrarse a la esperanza de que la última función de 2020 haya encendido la ilusión de cara a lo que se viene. “Creo que fue el mejor partido de los cinco que jugamos y lamentablemente no nos llevamos nada. Ni la jugada del final (Ricardo Noir marró una chance clarísima con el arco vacío) para al menos lograr el empate”, explicó Gómez, aceptando que pese a que San Martín tuvo volumen de juego y generó mucho peligro sobre el arco rival, eso no alcanza para sumar de a tres. “Jugamos mucho mejor de lo que lo veníamos haciendo y merecimos ganar, pero el fútbol no es merecimientos. Cometés un error como el que cometimos y lo terminás pagando. La dura realidad es que no estamos ligando”.

Antes del duelo contra Dálmine, la victoria de Atlético de Rafaela sobre Gimnasia de Mendoza le había quitado a San Martín la mínima esperanza de seguir peleando hasta el final el primer ascenso. Por eso, la idea de los entrenadores y sus pupilos era utilizar las últimas fechas de la primera fase para comenzar a preparar el equipo de cara a los playoffs.

“Sabíamos que había dos formas de ascenso y ahora debemos ir por la segunda. Debemos prepararnos y seguir mejorando. Esta vez volvieron algunos chicos que estaban lesionados y el funcionamiento estuvo. Hubo un equipo intenso y con juego; lamentablemente cuando perdés eso queda relegado. Pero lo cierto es que hubo otra intención y otra intensidad. Claro que no debemos quedarnos con eso. Tenemos que apuntar a llegar bien a los mano a mano porque ahí la historia es diferente”, dijo, mostrando sus ganas de que el equipo pueda parecerse al de la pasada temporada. “Todos queremos ganar y jugar bien. Nos duele mucho lo que está pasando, y todo lo que sufrió el hincha. Queremos darle alguna alegría pero no se puede. Hay que seguir trabajando y buscar cambiar la realidad. Esta vez toca poner la cara; Esperemos que desde la semana que viene comencemos a cambiar esta situación que estamos atravesando”.

Más allá de la derrota el último juego del año entregó algunas señales positivas. Ese debe servirle para sacarse la pesada mochila y pensar en grande. El 2020 que se va fue un fiasco, en La Ciudadela esperan que 2021 llegue con otro aura.

Se perderá el cierre de la primera fase

Los estudios realizados a Juan Imbert determinaron que sufrió la lesión parcial del ligamento colateral medial de su rodilla derecha. “Mañana mismo -por hoy- comenzará con un tratamiento fisioterapéutico. Tendrá la rodilla inmobilizada con una férula y se les administrará analgésicos. Es una lesión que lleva entre 15 y 21 días de recuperación. Veremos cómo responde”, dijo César Paliza, médico “santo”.

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