Convirtieron una plaga de langostas en fertilizantes

En Kenia, una firma compra los insectos para procesarlos y utilizarlos en las granjas.

OBJETIVO. Buscan una salida a los que sufren daños con las langostas. OBJETIVO. Buscan una salida a los que sufren daños con las langostas.
27 Febrero 2021

Kenia está luchando contra algunas de las peores plagas de langostas en décadas. Según un artículo publicado por la agencia Reuters, numerosos científicos aseguran que los mares más cálidos están creando más lluvia, lo que origina que huevos dormidos despierten, mientras que los ciclones que dispersan las mangas son cada vez más fuertes y frecuentes. Pero lograron convertir un problema en una alternativa e incluso generar ingresos.

En ese contexto, la empresa The Bug Picture espera transformar las plagas en ganancias y traer esperanza a los desesperados, cuyos cultivos y medios de vida están siendo destruidos por estos insectos.

La información destaca que este proyecto está siendo llevado a cabo con comunidades alrededor del área de Laikipia, Isiolo y Samburu, en el centro de Kenia, para cosechar los insectos y molerlos, convirtiéndolos en alimento animal rico en proteínas y fertilizante orgánico para granjas.

“Estamos tratando de crear esperanza en una situación desesperada y ayudar a estas comunidades a cambiar su perspectiva para ver estos insectos como un cultivo estacional que se puede cosechar y vender por dinero”, afirmó Laura Stanford, fundadora de The Bug Picture.

El Bug Picture apunta a conseguir mangas ubicadas en áreas de cinco hectáreas o menos, habitadas, que no son aptas para su control con pulverizaciones. Los enjambres pueden viajar hasta 150 kilómetros por día y pueden contener entre 40 y 80 millones de langostas por kilómetro cuadrado.

“Destruyen todos los cultivos cuando entran a las granjas. A veces son tantos que no se pueden distinguir entre cultivos y langostas”, comentó el productor Joseph Mejía.

The Bug Picture les paga a Mejía y a sus vecinos 50 chelines kenianos ($ 0,4566) por kilogramo de insectos. Entre el 1 y el 18 de febrero, el proyecto supervisó la cosecha de 1,3 toneladas de langostas, según Stanford, quien dijo que se inspiró en un proyecto desarrollado en Pakistán, supervisado por el estatal Pakistan Agricultural Research Council.

Las langostas se recolectan por la noche, a la luz de las antorchas, cuando descansan sobre arbustos y árboles.

“La comunidad está recolectando langostas; una vez que se recolectan, se pesan y se pagan”, explicó Albert Lemasulani, un coordinador de campo con la puesta en marcha.

Los insectos se trituran y se secan, luego se muelen y se procesan en polvo, que se utiliza en la alimentación animal o como fertilizante orgánico.

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