La hipótesis más fuerte apunta al narcotráfico

Si bien ninguna línea se descartó aun, se sigue reforzando la teoría de un crimen narco en una zona estratégica para la distribución y el mercado de droga

LAS VÍCTIMAS. Víctor Hugo Brito, de 58 años, y su hijo Gonzalo, de 19. LAS VÍCTIMAS. Víctor Hugo Brito, de 58 años, y su hijo Gonzalo, de 19.

La Invernada es una localidad del sur de la provincia donde pocas veces ocurren acontecimientos noticiables. Por eso el doble homicidio que se registró el viernes dejó varios interrogantes abiertos. Y uno de ellos es determinar si se trataron de crímenes narcos.

Los familiares de las víctimas, aseguran que el hecho de sangre está vinculado al mundo de los prestamistas y de la usura. Pero los pesquisas siguen sumando indicios para establecer que el negocio de la droga estaría detrás de estas muertes y que fueron sicarios los que las consumaron.

El viernes por la mañana en la vivienda del paraje Domingo Melián se encontró sin vida Víctor Hugo Brito, de 58 años. Lo habrían ejecutado de un disparo en la nuca, pero antes le desfiguraron la cara a golpes y le quebraron los dos brazos, signos indiscutibles de que había sido torturado. Por la tarde, se encontró el auto VW Gol de su hijo Gonzalo (19) totalmente incendiado y con los restos de un cuerpo calcinado en el asiento del acompañante. La confirmación de su identidad se hará a través de una pericia de ADN.

Los familiares de los Brito reconocieron abiertamente que eran prestamistas y que podrían haber tenido problemas porque ellos cobraban menos intereses que sus “colegas” del sur de la provincia. Para los pesquisas esa es una estrategia con la que podrían pretender desviar el verdadero foco de la investigación. Fuentes judiciales y de las fuerzas federales le comentaron a LA GACETA que padre e hijo estaban siendo investigados en una causa por droga. Al parecer, habrían comenzado con una red de narcomenudeo con base en Alberdi, La Cocha y Aguilares. No descartaron además que pudieran haber comenzado a dar los primeros pasos en el tráfico a otras provincias, especialmente a Santiago del Estero y Catamarca, los destinos más próximos para una ubicación “estratégica” en La Invernada.

MACABRO. En El Sacrificio, los peritos analizan el auto incinerado donde se encontró un cuerpo calcinado.  MACABRO. En El Sacrificio, los peritos analizan el auto incinerado donde se encontró un cuerpo calcinado.

La principal hipótesis que se maneja sostiene que había una decisión de los Brito de ampliar el negocio ilegal, la cual habría molestado al grupo que dominaba la zona, por lo que esa asociación ilícita habría decidido eliminarlos. Para ello, habría recurrido a los servicios de sicarios, es decir, a personas que cobran dinero para matar.

Posición estratégica

La sospecha de que el sur de la provincia se haya transformado en un centro de acopio y distribución de drogas no es nueva.

“En la mayoría de las investigaciones que hemos realizado hay un elemento común: todos los caminos conducen al sur tucumano”, señaló el juez federal catamarqueño, Alejandro Contreras en julio de 2019. Hizo esas declaraciones al referirse a un cargamento de 350 kilos de marihuana que había sido decomisado junto con el desbaratamiento de una banda que operaba en Tucumán, Santiago y Catamarca y que tenían como basa de operaciones una finca en la localidad de Arcadia.

“Dado el trazado de los caminos, es imposible que la droga no pase por Tucumán. Rutas nacionales como la 38 y la 157, entre otras, unen Tucumán, Catamarca, Santiago del Estero y hasta Córdoba. Se han transformado en zonas rojas”, agregó en una entrevista con LA GACETA.

El magistrado basó sus dichos en los expedientes que manejaba. Por ejemplo, el desbaratamiento del clan Paradi en mayo de 2018, quienes eran “dueños” de una carga de 277 kilos de marihuana que estaban enterradas en una finca de Monteagudo. Los miembros, considerados de alta peligrosidad están esperando ser enjuiciados, habían contratado un vuelo narco para recibir la droga, aparentemente, desde Paraguay.

Otros casos en el sur

En diciembre de 2018, vecinos de un camino vecinal que unía Taco Ralo con La Cocha advirtieron a las autoridades sobre el avistamiento de una avioneta que arrojaba “bultos extraños” sobre una finca. Los uniformados se presentaron en el lugar e incautaron 270 kilos de cannabis y concretaron tres detenciones. La causa quedó en manos del juez federal Daniel Bejas, quien por entonces estaba a cargo del Juzgado Federal I de nuestra provincia. Hasta el momento no se conocieron los avances de esta causa.

En diciembre de 2019, un vecino de Alberdi llamó a la Policía advirtiendo que una persona estaba alterando un vehículo particular con calcomanías de una empresa de telefonía celular. “Inmediatamente el personal diagramó un operativo para dar con el vehículo, debido a que podría estar relacionado con una causa que investigan sobre estafas y robos. Finalmente, lograron interceptar la camioneta en la ciudad de Alberdi”, detalló en ese momento el por entonces jefe de la Unidad Regional Sur (URS), Jorge Díaz. Al inspeccionar el vehículo, la Policía encontró 10 kilos de cocaína ocultos en las puertas del rodado.

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