Manzur suma un legislador y la ola fragmentadora no cesa

“El peronismo es verticalista y así funciona: no puede haber dos cabezas”, sentenció Julio Silman, que deja la bancada alperovichista y se suma al bloque Lealtad Peronista.

REGRESO. El manzurismo desbancó al jaldismo del Concejo de Alderetes y Benegas y Silman vuelven al ruedo. REGRESO. El manzurismo desbancó al jaldismo del Concejo de Alderetes y Benegas y Silman vuelven al ruedo.

La onda expansiva de la interna oficialista que explotó el lunes 8, cuando el jaldismo se impuso en la elección del defensor del pueblo por sobre los intereses del manzurismo, no deja de producir quiebres y reacomodamientos. Ahora, el impacto da de lleno en el bloque del alperovichismo, que se quiebra para engrosar a la bancada Lealtad Peronista, que reúne a los “fieles” al gobernador. Desde mañana, ese nucleamiento contará con 12 bancas legislativas.

Julio Silman es el décimo segundo integrante del bloque que preside Sergio Mansilla. Él personalmente lo anunció ayer a LA GACETA, luego de reunirse con el gobernador Juan Manzur.

“Soy peronista. Llegué con el bloque Hacemos Tucumán, pero siempre apoyé a la bancada mayoritaria en todas las leyes que consideré valiosas para los tucumanos. Soy un convencido de que si al Gobierno le va bien, a la Provincia le va bien. Y con esa convicción me puse a disposición del gobernador”, manifestó.

Silman puntualizó que esa dinámica dejó de ser posible ahora que la unidad del oficialismo estalló por los aires. Y por las bancas. “Ya no puedo seguir en el bloque. Antes, cuando había unidad en el peronismo, había una situación. La de ahora es otra. El gobernador es quién conduce y hay que sumar lo que uno pueda para ayudarlo. El peronismo es verticalista y así funciona. No puede haber dos cabezas”, sentenció.

Justamente, Silman dice, en palabras y en acto, lo que el pregón manzurista difunde por estas horas: el peronismo tiende naturalmente a encauzarse detrás de su líder. Y en esa misma batalla discursiva se encuentran enfrascados sus adversarios. “Hoy mi conductor es Osvaldo Jaldo”, dice Maia Vanesa Martínez, quien (como consigna en esta página el periodista Martín Soto) asumirá en los próximos días en la banca que dejó vacante Eduardo Cobos al asumir como ombudsman.

Por la revancha

El pase de Silman se da en el contexto de la pelea sin cuartel entre manzuristas y jaldistas. Muestra el espacio parlamentario afín al gobernador en crecimiento a sólo dos semanas de su aparición. Y el parlamentario deja un mensaje entre líneas en su reubicación: “me interesa hacer aportes en materia de políticas de seguridad y de bienestar social. Sé que en el bloque Lealta Peronista voy a ser escuchado”, anuncia.

Pero su nuevo encuadre trasciende el recinto de sesiones de la Legislatura. Se da luego de que el manzurismo propiciará el jueves pasado ya no el quiebre de un bloque sino la fractura del propio Concejo Deliberante de Alderetes. Seis concejales (el órgano deliberativo cuenta con 10) conformaron el bloque Lealtad Peronista y desbancaron a la conducción afín al intendente Aldo Salomón y a su esposa, la legisladora Graciela del Valle Gutiérrez, identificados con el jaldismo. Fanny Salomón ya no presidente el cuerpo vecinal.

Silman fue tres veces intendente de Alderetes, en coincidencia con las tres gobernaciones de José Alperovich, en la docena de años que van de 2003 a 2015. Ese último año fue electo legislador y se desempeñó nadad menos que como presidente subrogante de la Legislatura: el reemplazante natural del vicegobernador.

En la intendencia dejó a uno de sus aliados: Sergio Benegas. Pero en 2019, Silman ratificó su pertenencia al alperovichismo y encabezó la lista de legisladores de Hacemos Tucumán por el este. Eso le valió ser despeñado de las alturas de la Presidencia Subrogante y, además, perder la intendencia de Alderetes. Aunque Benegas buscó la reelección, perdió contra Salomón, que contó con la bendición de Jaldo y con el respaldo de Manzur.

“Ahora que José Alperovich está retirado de la política, y con la fractura de la bancada mayoritaria, creo que soy necesario en el bloque Lealtad Peronista para sumar a que al gobernador y al Gobierno le vayan bien”, le dijo ayer a este diario. Todo un eufemismo para hablar de “revancha”. Y por estas horas, el revanchismo es suficiente documento para acreditar identidad política en cualquiera de las dos orillas de la grieta oficialista.

Precisamente, como adelantó ayer el periodista Marcelo Aguaysol en LA GACETA.com, Benegas asumirá como subinterventor del Instituto de Previsión y Seguridad Social (Ipsst) reemplazo de Sara Noemí Correa, madre del legislador Pablo Alfaro, quien se definió jaldista en la interna del justicialismo.

La pregunta que se va a instalar como rectora en los reacomodamientos por venir en el oficialismo dividido es conocida: el adversario de mi adversario, ¿es mi aliado o mi adversario?

En el marasmo, el alperovichismo ha quedado reducido a su mínima expresión en el recinto. Aunque la alianza Hacemos Tucumán consagró cuatro legisladores en 2019 (Silman, Armando “Cacho” Cortalezzi, Dante Loza y Sara Alperovich), desde la semana próxima será un unibloque, en la persona de la hija del senador Alperovich.

La "grieta" en Yerba Buena

Un concejal del peronismo se suma a las críticas contra un discurso del gobernador

La “grieta” abierta en el oficialismo a partir del estallido de la interna en el oficialismo se ramifica hacia las municipalidades del oeste. Por ejemplo, alcanza al Concejo Deliberante de Yerba Buena. El concejal peronista Alejandro Sangenis (h) se sumó a los críticos de las declaraciones vertidas por el gobernador en la noche del jueves en el hipódromo cuando afirmó “se acabó la joda”, en un mitin con dirigentes peronistas de la capital. “Espero que las palabras de Manzur sean ciertas y se termine la joda de la inseguridad y de los asesinatos impunes, de los niños que están mendigando en la calle, de las vacunas para los amigos del poder”, manifestó el edil justicialista.

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